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Al menos 300 personas murieron en bombardeo a teatro de Mariúpol, según autoridades ucranianas

La ONU estima que alrededor de 1.035 civiles han muerto en Ucrania tras la invasión por parte de Rusia.

25 de marzo de 2022
Teatro en Mariúpol
Al fondo, el teatro en Mariúpol destruido. | Foto: AFP

Unas 300 personas murieron como consecuencia del ataque lanzado por Rusia sobre un teatro de la localidad ucraniana de Mariúpol, según las autoridades locales, que recordaron que junto al edificio había escrito la palabra “niños” para advertir de que dentro había civiles.

Las autoridades han expresado su pesar por “todas las víctimas inocentes de la loca guerra librada contra Ucrania”, iniciada el 24 de febrero por orden del presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Moscú ha justificado el ataque al teatro afirmando que era un objetivo militar, pretexto similar al que ha utilizado en otros incidentes polémicos como el bombardeo a un hospital de la misma zona o el reciente ataque sobre un centro comercial a las afueras de Kiev.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos estima que 1.035 civiles han muerto en Ucrania desde que estalló el conflicto, entre ellos 90 niños. Sin embargo, asume que la cifra real de víctimas será “considerablemente mayor”, en parte por la falta de datos que hay sobre lo ocurrido en áreas como Mariúpol.

El presidente Volodímir Zelenski reclamó este jueves que la Otan “salve” a Ucrania con una “ayuda militar sin restricciones” que le permita pasar de la resistencia a la ofensiva contra las tropas rusas que hace exactamente un mes invadieron su país.

Zelenski hizo este llamado en un mensaje de video difundido durante una cumbre extraordinaria de la Otan en Bruselas e intervino también en las reuniones del G7 de potencias económicas avanzadas y de la Unión Europea (UE), que se aplazó de madrugada y continuará el viernes.

Ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), el mandatario denunció el uso de bombas de fósforo y los ataques indiscriminados contra zonas civiles por el ejército ruso.

Rusia “utiliza sin restricciones todo su arsenal contra nosotros” y, en consecuencia, “para salvar a su gente y sus ciudades, Ucrania necesita una ayuda militar sin restricciones”, alegó.

Ante el G7, indicó que ve un riesgo “real” de que el presidente ruso, Vladimir Putin, contrariado por las dificultades de sus tropas en el terreno, decida usar armas químicas.

Los países de la Otan, que se dijeron igualmente “preocupados” por el eventual uso de ese tipo de arsenal, “acordaron aportar equipos para ayudar a Ucrania a protegerse contra las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares”, informó su secretario general, Jens Stoltenberg.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que el viernes viajará a una ciudad polaca cerca de la frontera con Ucrania, afirmó que la Otan “responderá” si Rusia recurre a armas químicas.

En Nueva York, la Asamblea General de la ONU pidió por segunda vez el “cese inmediato” de las hostilidades rusas en Ucrania y el fin de los ataques contra civiles. La resolución, no vinculante, fue adoptada por 140 votos a favor, 5 en contra y 38 abstenciones, mostrando el aislamiento diplomático de Moscú.

“Gran error”

Zelenski quiere que la Otan entregue a Ucrania aviones de combate avanzados, sistemas de defensa antimisiles, tanques, vehículos armados y misiles antibuques.

“En estas tres cumbres veremos quién es un amigo, quién es un socio y quién nos ha traicionado por dinero”, afirmó antes de los cónclaves del jueves.

Los miembros de la Otan han mantenido un envío constante de armas a Ucrania, pero se trata principalmente de dispositivos defensivos.

Estados Unidos indicó que los aliados podrían suministrar misiles antibuques y anunció que donará 1.000 millones de dólares más en ayuda humanitaria. También propuso acoger a 100.000 refugiados ucranianos.

En Ucrania, el Parlamento aprobó un proyecto de ley que prevé penas de hasta 12 años de cárcel para cualquiera que “coopere” con Rusia, “el enemigo”.

En el terreno, los movimientos militares importantes parecían en pausa, atribuida por el Instituto estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW) a la necesidad rusa de reforzar sus efectivos y reorganizar sus operaciones.

En el este, las fuerzas rusas están presentes en las inmediaciones de Járkov, pero no han conseguido rodear la ciudad. Allí, los bombardeos mataron el jueves a al menos seis civiles, según las autoridades ucranianas.

Otras cuatro personas, incluyendo dos niños, murieron en otros ataques en el este, indicó el gobernador de Lugansk, Serguii Gaidai, quien acusó a las fuerzas rusas de usar bombas de fósforo en el pueblo de Rubijné.

La marina ucraniana aseguró por su lado que había destruido un navío de transporte militar ruso en el mar de Azov, cerca de la asediada ciudad de Mariúpol.

Rusia “está enfrentando una mayor resistencia de la que esperaba”, dijo Stoltenberg, para quien Putin cometió un “grave error” al ordenar la invasión.

Desde que empezó la invasión más de 10 millones de ucranianos - alrededor de un cuarto de la población del país - han tenido que abandonar sus hogares. Entre los desplazados hay 4,3 millones de niños, según Unicef.

“Es una triste realidad que corre el riesgo de tener consecuencias duraderas para las generaciones venideras”, declaró la directora general de Unicef, Catherine Russell.

De los 10 millones de desplazados, 3,7 millones huyeron al extranjero, de acuerdo con datos de la ONU.

Con información de Europa Press y AFP

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