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Alerta roja en Pekín: la contaminación del aire perdurará hasta noviembre
La capital China enfrenta una grave crisis de contaminación atmosférica debido a los altos indices de emisiones.
La preocupante problemática de la contaminación atmosférica persiste en Pekín y sus alrededores, según lo informado por medios estatales de prensa, y se prevé que este fenómeno adverso continúe afectando la región hasta mediados de noviembre. Esta prolongada situación está afectando a decenas de millones de residentes en la capital china y sus zonas aledañas, quienes han experimentado en esta semana una de las peores olas de contaminación atmosférica en meses.
El miércoles, la concentración de partículas finas PM2,5, cuyo diámetro es inferior a 2,5 micras, en Pekín alcanzó niveles alarmantes que superaron en más de 20 veces las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un informe de la empresa de vigilancia de la calidad del aire IQAir. Esta situación resalta la gravedad del problema y sus impactos potenciales en la salud pública de la región.
De acuerdo con la evaluación de la empresa suiza, Pekín se sitúa actualmente como la tercera ciudad más contaminada del mundo, lo que subraya la urgencia de abordar este problema a nivel global. Ante esta ola de contaminación atmosférica, las autoridades han implementado medidas drásticas para mitigar los efectos nocivos, incluyendo restricciones al tráfico de vehículos con altas emisiones y la promoción de la permanencia de los residentes en sus hogares como medida preventiva.
Este desafío medioambiental representa un llamado de atención para encontrar soluciones sostenibles y efectivas para abordar la calidad del aire en una de las áreas urbanas más pobladas del mundo, y destaca la importancia de tomar medidas significativas para proteger la salud de la población y reducir la contaminación atmosférica en la región.
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Se anticipa que los niveles de contaminación alcancen cotas “graves y elevadas” en las regiones de Pekín, Tianjin y Hebei hasta mediados de noviembre, según han informado funcionarios chinos, citados por el diario estatal Beijing Daily. Esta vasta área alberga a una población que supera los 100 millones de habitantes, lo que acentúa la preocupación por la salud pública y el medio ambiente en la región.
En Pekín, las autoridades emitieron una advertencia el lunes debido a que se alcanzó el segundo nivel más alto de contaminación en el país, desencadenando alarmas sobre los riesgos para la salud de los residentes. La calidad del aire se ha deteriorado significativamente, y en algunas partes de Hebei, la visibilidad se ha reducido a menos de 50 metros, lo que agrava la situación y representa un peligro adicional para la seguridad vial.
Las autoridades han atribuido este preocupante nivel de contaminación a las “condiciones meteorológicas desfavorables”, lo que pone de manifiesto la complejidad del desafío ambiental que enfrentan.
Pese a los esfuerzos iniciales para abordar la contaminación del aire, que incluyeron el cierre de decenas de centrales eléctricas alimentadas con carbón, Pekín declaró su “guerra contra la contaminación” en 2015, especialmente tras obtener la organización de los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022. A pesar de algunas mejoras registradas en los últimos años, la calidad del aire sigue sin cumplir con los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este persistente problema pone de manifiesto los desafíos de China en la reducción de emisiones y su papel como el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero, incluyendo el dióxido de carbono, que contribuyen al cambio climático global. La lucha por la mejora de la calidad del aire en estas regiones sigue siendo un reto importante.
*Con información de AFP.