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Angela Merkel advierte que hay riesgo de que no se alcance la inmunidad colectiva contra el coronavirus
La canciller alemana aseguró que esto podría ocurrir si más del 40, 50 y 60 por ciento de la población no se quiere vacunar.
Un riesgo de que varios países del mundo no alcancen la inmunidad colectiva contra el coronavirus, advirtió la canciller alemana Angela Merkel, al plantear el escenario de que las personas no quieran vacunarse ya sea por temor o por falta de información sobre la vacuna.
De acuerdo con Merkel, “si las personas que no se quieren vacunar representan más del 40, 50 y 60 por ciento de la población, entonces tendremos que usar la mascarilla durante mucho tiempo porque no lograremos la inmunidad colectiva y lo mismo si ocurre en otros países”.
Asimismo, la canciller elogió los logros y la tenacidad de los investigadores de BioNTech que desarrollaron la primera vacuna contra el coronavirus aprobada en los países occidentales. “Estamos increíblemente orgullosos de tener tales investigadores en nuestro país”, dijo Merkel.
Alemania, que fue el “buen alumno” de Europa al principio de la pandemia de covid-19, vive ahora una situación preocupante por no haber logrado imponer medidas drásticas en los últimos meses.
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Alemania batió su récord de infecciones diarias el jueves, con más de 30.000 nuevos casos. El día anterior, había registrado 950 muertes, otra cifra sin precedentes.
El 83 % de las camas de cuidados intensivos están ocupadas, según el Instituto Robert Koch (RKI).
Merkel se enfrenta a los estados federados
Elogiado antes del verano por su flexibilidad, el sistema federal alemán está ahora en entredicho.
Angela Merkel, partidaria de la línea dura contra el virus, no tiene el poder de imponer medidas a los 16 estados y regiones en sus negociaciones regulares.
Según los propios responsables políticos, la situación actual empezó en octubre, cuando las regiones se enfrentaron al gobierno federal, que quería endurecer las medidas contra el virus.
Los expertos pedían un “cierre” de tres semanas en noviembre para mantener la tasa de infección por debajo de 50 por 100.000.
Y las autoridades sanitarias, apoyadas por Merkel, querían minimizar el contacto entre jóvenes y aislar a las personas con resfriados.
Pero muchos estados federados, ansiosos de ver sus economías recuperarse y preocupados por el movimiento antimascarillas, se negaron.
Los tribunales también anularon las restricciones de alojamiento y de viaje durante las vacaciones de otoño.
La canciller, cuya popularidad sigue en su apogeo, dijo que estaba “insatisfecha” pero no pudo imponer nada.
“Este es probablemente el mayor error de cálculo político del año”, afirmó el sábado el semanario Der Spiegel.
A pesar del cierre de bares, restaurantes y lugares culturales, solo seis estados federados redujeron el impacto desde el 2 de noviembre.
¿Los alemanes se relajaron?
A menudo caricaturizados como disciplinados, los alemanes no supieron esta vez reproducir los esfuerzos de primavera contra el virus.
Es el caso en los puestos de vino caliente, una tradición antes de las fiestas de Navidad, que atraen a multitudes.
También eludieron el cierre de restaurantes y bares gracias a la venta para llevar.
“Durante el confinamiento de primavera, redujimos los contactos en un 63 %. Hasta ahora, solo hemos sido capaces de reducir los contactos en un 43 %, lo que simplemente no es suficiente”, dice el virólogo Christian Drosten.
El RKI estima que la reducción eficaz de los contactos debería ser del 60%.
La aplicación anti-covid también mostró sus limitaciones. Aunque fue descargada por 23,5 millones de personas, menos de la mitad de los usuarios positivos declararon su contagio.
*Con información de AFP