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Arabia Saudí realiza una visita a los Territorios Palestinos para avanzar en la posible normalización de relaciones con Israel
Estados Unidos ha servido de mediador en la intención de lograr un acuerdo diplomático en la región.
En el marco de una posible normalización de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Israel, el designado enviado por el gobierno saudí a la Autoridad Palestina, Nayef al-Sudair, ha llegado a Cisjordania para dialogar con sus pares palestinos sobre el posible reconocimiento que Raid pretende otorgarle a Jerusalén, tras más de 70 años de carentes relaciones diplomáticas.
Al-Sudairi, quien también se desempeña como embajador saudí en Jordania, ha realizado una visita a los Territorios Palestinos con el fin de contextualizar al gobierno de esa región las implicaciones que traería el reconocimiento de Arabia Saudí a Israel hacia los palestinos. Cabe aclarar que los saudíes han aseverado en reiteradas ocasiones que solo dará el visto bueno de la normalización con los israelíes si se presentan avances claros en pro de la creación de un estado en Cisjordania y Gaza.
Una visita esperada por Ramala
Luego de que Al-Sudairi fuera designado por Riad para ser el enviado especial al territorio palestino, durante su visita a Ramala esta semana, se reunió con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, además de tener pendientes otras reuniones con varios líderes palestinos para dialogar acerca del futuro de los árabes en Gaza y Cisjordania tras un posible acuerdo diplomático entre saudíes e israelíes.
De igual manera, Al-Sudairi expresó a los funcionarios palestinos este martes que Arabia Saudí continúa comprometida con el establecimiento de un estado palestino, considerando la parte oriental de Jerusalén como su capital, según un comunicado oficial.
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Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riyad al-Maliki, expresó la importancia de “este encuentro histórico para impulsar y desarrollar las relaciones bilaterales entre estos dos países hermanos y abrir posibilidades de mayor cooperación en todos los campos”, citó El Nuevo Herald.
¿Todos ganan con este acuerdo?
A pesar de la negativa por parte de la mayoría de las naciones árabes en ratificar un acuerdo de normalizaciones con Israel (salvo Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán), Arabia Saudí ha decidido dar un paso al costado y emprender acciones que conlleven la creación de un estado palestino bajo un acuerdo diplomático con la nación hebrea.
Aunque hace más de 15 años los líderes de naciones árabes se citaron en Riad, la capital saudí, para ratificar su apoyo a la Iniciativa Árabe de Paz, en donde prometieron no firmar la paz con Israel hasta que haya una verdadera intención por parte del gobierno israelí de darle solución al tema palestino, durante los últimos años, cuatro naciones árabes han establecido relaciones diplomáticas con Israel a pesar de que aún los palestinos no cuentan con su propio estado.
En el caso tal de que se llegue a firmar el acuerdo diplomático entre Riad y Jerusalén, estas dos naciones más, Estados Unidos y la población palestina, se verían afectados, y a la vez, en desventaja por algunas razones:
En el caso de Arabia Saudí, se beneficiaría en tener a un aliado como Israel en caso tal de que Irán u otra nación cercana a Rusia pudiera desestabilizar la región, además de que, por parte de Estados Unidos, los saudíes podrían recibir apoyo para el desarrollo de programas nucleares civiles. No obstante, con la firma del acuerdo, el reino saudí podría perder popularidad en la región, especialmente en países que se niegan rotundamente a aceptar a Israel como estado.
Para Israel, poder definir sus fronteras, además de contar con el reconocimiento de los saudíes, sería de gran ayuda para seguir siendo una de las naciones más poderosas de Oriente Medio. Sin embargo, dadas las concesiones que solicitan los saudíes para la firma del acuerdo, podría perder territorio, incluido parte de Jerusalén.
Estados Unidos también se beneficiaría, al ser considerado como un mediador exitoso en la resolución de conflictos internacionales, además de seguir contando con Arabia Saudí e Israel como aliados. A pesar de ello, podrían verse afectadas sus relaciones exteriores con países cercanos a Irán dada su mediación en el conflicto.
Por último, los palestinos se verían altamente beneficiados, ya que esta posible normalización sería el inicio de un gran paso para el establecimiento de un estado en Cisjordania y Gaza, algo que no se veía desde la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993 entre Jerusalén y Ramala. Sin embargo, se podrían presentar acciones en contra del proceso por parte de la milicia palestina Hamas que entorpezcan este paso, lo que podría dar inicio a una nueva escalada de violencia.