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Arabia Saudita: del petróleo a los Juegos Olímpicos
La inversión en el deporte forma parte de una estrategia de Mohamed Bin Salmán para diversificar la economía de este país dependiente del petróleo.
Arabia Saudita considera la organización de unos Juegos Olímpicos como un “objetivo último” en el marco de la expansión de los grandes eventos deportivos en el país, declaró a la AFP su ministro de Deportes, quien rechazó las críticas sobre las violaciones de derechos humanos que pesan sobre el reino.
La inversión en el deporte forma parte de una estrategia con varias vertientes aprobada hace seis años para diversificar la economía de este país dependiente del petróleo, bajo la dirección del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, de 36 años.
El ministro de Deportes, el príncipe Abdulaziz ben Turki Al-Faisal, acordó una entrevista a la AFP antes del combate de boxeo de los pesos pesados el sábado en Yedá, en el que se impuso a los puntos el ucraniano Oleksandr Usyk al británico Anthony Joshua.
Se trata del último evento, muy mediático pero polémico, organizado en Arabia Saudita, del mismo modo que la Fórmula 1 o el circuito disidente de golf LIV, financiado por fondos sauditas. En 2034, la capital Riad acogerá los Juegos Asiáticos, un evento multideportivo a gran escala que podría abrir la vía a una candidatura para los Juegos Olímpicos de verano, según el príncipe Abdulaziz.
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“Nuestro objetivo principal ahora, son los (Juegos Asiáticos) de 2034″, que tendrán lugar dos años después de los Juegos Olímpicos de verano de 2032 en Brisbane en Australia, declaró. “Estamos abiertos a dialogar sobre ello con el COI (Comité Olímpico Internacional) en el futuro. Creo que Arabia Saudita demostró que puede albergar eventos así. Sin duda alguna, los Juegos Olímpicos serían un objetivo último para nosotros”, afirmó el príncipe.
El combate entre Usyk y Joshua en Yedá se disputó un día después de las críticas por parte de la ONU, que se mostró “consternada” por la condena de una estudiante saudita a 34 años de prisión por tuits críticos hacia el gobierno.
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Arabia Saudita es criticada a menudo por sus violaciones de los derechos humanos, como la intensa represión de las voces disidentes, y sobre ella pesan sospechas por el asesinato en 2018 del periodista saudita Jamal Khashoggi. Varios militantes acusan a menudo a los dirigentes sauditas de utilizar los grandes eventos deportivos para desviar la atención de la violación de los derechos humanos, lo que se conoce como “blanqueo a través del deporte”.
Pero para el príncipe Abdulaziz esas críticas carecen de fundamento: “Nosotros progresamos, evolucionamos hacia una sociedad mejor, hacia una calidad de vida mejor, un país mejor para el futuro”, explicó. “Y los hechos demuestran que albergar estos eventos beneficia a nuestro pueblo y beneficia a que esos cambios se produzcan” en la sociedad saudita, añadió.
El año pasado, Arabia Saudita se unió a la F1 celebrando un Gran Premio sobre su suelo. El Fondo de inversión público saudita financia la LIV Golf, nueva serie disidente del circuito estadounidense PGA, que no ha cesado de atraer jugadores atraídos por contratos de varios millones de dólares.
Preguntado sobre si esperaba reacciones hostiles a la LIV Golf, el príncipe Abdulaziz respondió: “Sinceramente no. Creo que si eso beneficia al deporte, entonces por qué no, poco importa por quién está hecho”, dijo. “Si eso beneficia a los deportistas, si eso beneficia al deporte, si eso atrae más atención sobre el deporte (...) ello hará progresar al deporte por todo el mundo”, consideró el príncipe.
Arabia Saudita se postula candidata también para la organización de la Copa de Asia de fútbol en 2027 y su versión femenina en 2026, así como la organización de los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029 en NEOM, un proyecto de megaciudad futurista sobre el mar Rojo.
*Con información de la AFP.