Europa
¡Arde Europa! Estas son las graves consecuencias de la ola de calor que azota al continente
La ola de calor en el Viejo Continente ya cobra miles de víctimas en tan solo unos días, y los Gobiernos intentan medidas desesperadas. Además del cambio climático, ¿qué otros factores impulsan este fenómeno?
Temperaturas récord, incendios forestales, operaciones de rescate y reubicación. Todo esto se ha convertido en una realidad en Europa desde hace algunas semanas, cuando la ola de calor atacó al continente y tiene sofocados a millones de habitantes, que no encuentran refugio para un infierno en la Tierra.
La ola de calor recorre toda Europa a sus anchas, dejando estragos a su paso. En varias partes del continente se han roto récords de máximas temperaturas. Por ejemplo, en el Reino Unido se registraron cifras que superaron los 40 grados centígrados, fenómeno que se repitió en Francia, Alemania, Italia, Suiza y Dinamarca, todos por encima de los 36 grados y llegando hasta los 41 en ciertas zonas.
Más allá de las temperaturas sin precedentes, preocupan los masivos incendios forestales que a diario azotan al continente. En Francia, más de 45.00 hectáreas han sido consumidas por el fuego durante la última semana, sin contar los evacuados, más de 40.000 personas hasta el momento.
La parte más afectada de la nación gala es el sur, en la zona de Burdeos, donde se cuentan testimonios de familias con vacaciones arruinadas, hogares geriátricos que han tenido que ser desalojados y granjas echadas a perder para siempre. Mientras tanto, hidroaviones y miles de bomberos intentan luchar contra las llamas.
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Portugal es el país más afectado en materia de fallecidos, pues suma más de 1.000 muertes en cuestión de días, y miles de personas han tenido que abandonar sus hogares por riesgo de incendio luego de temperaturas que llegaron incluso a los 47 grados centígrados.
“Las temperaturas extremas del aire, como las que se han producido en los últimos días (máximas y mínimas), tienen un potencial impacto conocido en la salud como consecuencia de la deshidratación, descompensación o enfermedades crónicas, entre otros factores”, dijo la Dirección General de Salud del país.
Por los lados de España, la situación también parece grave: es el segundo país con mayor número de fallecidos por la ola de calor. Al momento de esta publicación, la nación ibérica tiene más de 500 muertos producto de las altas temperaturas, la gran mayoría por culpa de las descompensaciones, que producen insuficiencia renal, cardiaca o respiratoria.
El presidente español, Pedro Sánchez, calificó que la crisis actual es provocada por el “mortal” cambio climático. Además, dijo que las autoridades están haciendo todo lo posible para auxiliar a los afectados y las poblaciones susceptibles a ser víctimas de incendios forestales.
Pero las consecuencias de la ola de calor también se espera que se sientan en materia alimentaria, ya que, según la Unión Europea, Francia, Rumania, España, Portugal e Italia tendrán una fuerte caída en la producción de sus cultivos. Se estima que alrededor del 46 por ciento de los territorios están en riesgo de sequía.
El fenómeno en estos países puede llevar a una muerte masiva de animales por deshidratación, en especial en zonas rurales y pobres, lugares donde están ubicadas gran parte de las cabezas de ganado, que podrían verse afectadas ante las temperaturas récord. Por ahora, es incierto qué tanto afectará a la vida silvestre, pero sin duda su efecto será gigantesco.
Las causas detrás
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que las olas de calor en Europa seguirán siendo una constante durante muchos años, y estos fenómenos climáticos serán mucho más frecuentes. Pero no solo eso, pueden llegar a ser más intensos que los actuales.
La mayor frecuencia de estas tendencias continuará al menos hasta 2060, independientemente del éxito o no a la hora de mitigar el cambio climático, subrayó la agencia perteneciente a la ONU, que resalta al calentamiento global como responsable de dichos fenómenos.
Si bien el cambio climático tiene mucho que ver, la explicación del por qué se desató la ola de calor en Europa es mucho más complicada. Según la OMM, el fenómeno climático se originó en el norte de África con el verano boreal en el Sahara, que se fue desplazando hacia el Viejo Continente y coincidió con una baja presión en Portugal, la cual funcionó como un motor para llevar las altas temperaturas hacia el norte.
De hecho, todo ha sido una mezcla de factores desafortunados para los europeos, pues al verano boreal se suma el conocido “domo de calor”: el aire caliente se acumula e intenta desaparecer en la atmósfera, pero las altas presiones empujan hacia abajo y comprimen el aire, volviéndolo más caliente aún, por lo que termina siendo un proceso cíclico. Si bien es un fenómeno natural común, para los expertos el aumento de frecuencia, duración e intensidad está directamente relacionado con el cambio climático y la actividad humana.
“El problema es que las hemos visto intensificarse durante las últimas décadas y no estamos preparados para esto. La huella del cambio climático está detrás de todo esto y es previsible que en el futuro tengamos olas incluso más intensas”, dijo el meteorólogo de la BBC, Nick Miller.
Lo que pasa actualmente en Europa es una crisis sin precedentes, y, según los expertos, seguirá siendo un fenómeno cada vez más recurrente si no se toman medidas urgentes de parte de todo el mundo. Por ahora, se espera que las altas temperaturas continúen al menos por una semana más. El infierno sigue vivo.