ARGENTINA
Argentina aplazó la aplicación de la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus
El Gobierno argentino postergó la aplicación de las segundas dosis por tres meses con el fin de aumentar el número de personas que reciban la primera dosis.
El Ministerio de Salud de Argentina informó que suspendió por tres meses la aplicación de las segundas dosis de la vacuna contra el coronavirus para aumentar el número de personas que reciban la primera dosis.
Con esta medida, el gobierno del presidente, Alberto Fernández, quiere proteger a los ciudadanos con mayor riesgo de complicaciones y fallecimientos.
En primera medida, el Gobierno tenía planeado aplicar la segunda dosis de la vacuna después de los 21 días de inyectar la primera.
Argentina, con una población de unos 45 millones de habitantes, comenzó su campaña de vacunación contra la covid-19 a finales de diciembre de 2020, pero el propio Gobierno ha admitido que viene retrasado, lo que atribuye a las demoras de entrega por parte de los proveedores. Hasta el momento se han aplicado 3.446.433 dosis.
A pesar de los avances en el proceso de vacunación, Argentina se enfrenta en la actualidad a la segunda ola de contagios por coronavirus, razón por la cual el Gobierno está tomando medidas para disminuir la velocidad de expansión del virus.
“Vamos a diferir por tres meses la aplicación de las segundas dosis de vacunas contra la covid-19 para proteger a la mayor cantidad de personas con alguna condición de riesgo, lo antes posible y reducir el impacto de las muertes por esta enfermedad”, dijo la ministra de Salud, Carla Vizzotii.
Según medios internacionales, la funcionaria resaltó que esta estrategia tiene como fundamento “concentrar los recursos para vacunar más rápido a un mayor número de personas, en especial a los mayores de 60 años”.
Agregó que el carácter dinámico de los conocimientos en torno a las vacunas, en este caso los intervalos entre dosis, ahora son más amplios.
Dentro de la nueva estrategia de vacunación, se tiene pensado diferir las segundas dosis de cualquiera de las vacunas actualmente disponibles en Argentina -Sputnik V, Covishield y Sinopharm- a un intervalo mínimo de 12 semanas desde la primera dosis.
Después de los tres meses de la primera dosis, se sugirió la aplicación de la segunda dosis en forma escalonada priorizando de manera secuencial la población de mayor riesgo de enfermedad grave para completar el esquema.
Respecto del personal de salud, el Gobierno argentino se recomendó completar el esquema convencional en aquellos que realicen actividad asistencial y con alta exposición al riesgo o que manipulen muestras clínicas.
En aquellas personas con diagnóstico confirmado de covid-19, se propuso postergar la aplicación de la primera dosis de vacuna entre tres y seis meses después del alta clínica.
Y en los contagiados de covid-19 luego de la primera dosis de vacuna, postergar la aplicación de la segunda dosis entre tres y seis meses posterior al alta clínica.
Argentina acumula 2.278.115 de casos positivos de coronavirus desde el inicio de la pandemia y 55.092 fallecidos.
Producción local de la vacuna
En una clara señal de que el coronavirus no dejará de ser una amenaza en un futuro cercano, en Argentina las autoridades sanitarias se preparan para soluciones a largo plazo. Por eso el gobierno argentino dio el beneplácito para que la empresa privada participe en soluciones permanentes. El laboratorio Richmond firmó un acuerdo con un organismo estatal ruso para producir la vacuna Sputnik V, uno de los medicamentos importados para la campaña local de vacunación contra la covid-19.
El comunicado de la firma privada Richmond señala que suscribió en Moscú un “memorándum de entendimiento con el Fondo de Inversión Directa de Rusia, que representa al instituto Gamaleya (creador de Sputnik V), a efectos de fomentar la cooperación, con la finalidad de obtener en el corto plazo la fabricación de una vacuna contra la covid-19, la cual se produzca en Argentina”.
En un contexto mundial de dificultades para obtener provisión de vacunas, el Gobierno argentino recibió 1.220.000 dosis de Sputnik V y unas 580.000 dosis de Covishield, del instituto indio Serum, con tecnología suministrada por la alianza sueco-británica del laboratorio AstraZeneca con la universidad de Oxford. Además, llegó al país un cargamento de 904.000 vacunas del laboratorio chino Sinopharm.