Mauricio Macri: Argentina le saca la tarjeta amarilla

En el país del fútbol, el campeonato no empezó a tiempo por la huelga de jugadores; los docentes no iniciaron las clases el 6 de marzo, con un paro de dos días que abarcó casi todo el país; las centrales sindicales, hasta hace poco divididas, se unificaron en una gran movilización y anunciaron un paro para fines de mes; las mujeres protagonizaron una protesta multitudinaria el 8 de marzo, contra los feminicidios que cobran la vida de una mujer cada 26 horas. “Sí se puede, sí se puede, el paro a Macri se lo hicimos las mujeres”, gritaban las manifestantes en una semana de pesadilla para el gobierno de Mauricio Macri.

Como para completar, se conoció el índice de pobreza del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA): durante los primeros nueve meses de 2016, un millón y medio de habitantes más cayeron en la pobreza, que subió del 29 por ciento al 32 por ciento. La cifra más escalofriante es que casi la mitad de los niños son pobres.

El trasfondo del estallido es una economía que no termina de arrancar, a pesar del optimismo que quieren impregnar los funcionarios de Cambiemos, la coalición electoral oficialista. Con una inflación de casi 40 por ciento en 2016, cinco veces más alta que la de toda la región, no es de extrañar que los gremios hayan salido a defender los salarios de sus trabajadores.

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Pasado más de un año desde su posesión, el gobierno de Macri no satisface ni a propios ni a extraños. El presidente se escudaba, hasta hace poco, en la herencia de 12 años de gobiernos kirchneristas. Pero ni siquiera las denuncias de corrupción contra la expresidenta Cristina Fernández y sus paseos por los tribunales sirven ya de excusa.

La marcha sindical de la CGT del martes fue el resultado de algo que Macri no imaginó: la confluencia de las distintas centrales en una movilización que arrastró a todo el arco opositor. “Participaron todas las centrales y sectores sindicales, incluidos los no peronistas. El apoyo de entidades de la pequeña y mediana empresa, de las economías regionales y de los movimientos sociales (piqueteros), también fue significativo. La movilización fue contra la política económica y sus efectos sociales”, señaló el analista Rosendo Fraga.

“El dato más importante es que el resto de las centrales sindicales y buena parte del arco político opositor acompañaron la convocatoria. Esa marcha multitudinaria fue una señal muy clara para el gobierno de que su política provoca a la sociedad, la confronta, y la sociedad le está demostrando que no quiere este rumbo”, dijo a SEMANA el exlegislador y economista Claudio Lozano.

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Como si todo esto fuera poco, 2017 empezó con denuncias de corrupción que golpearon el corazón del gobierno. Gustavo Arribas, titular de la Agencia Federal de Investigaciones, amigo de la infancia de Macri e inquilino de su apartamento, fue involucrado en el caso Odebrecht. Pero lo que más afectó al gobierno fue el acuerdo entre el Estado y la empresa familiar de los Macri, Sideco, que tenía la concesión de los correos y que en 2003 se declaró en quiebra. Según el acuerdo, los Macri recibieron una rebaja del 90 por ciento de la deuda que mantenían desde 2003. El escándalo obligó al presidente a revocar la negociación.

Hasta Avianca terminó pagando los platos rotos: la aerolínea colombiana compró en 2016 la empresa Macair Jet, de la familia presidencial, que luego cambió su razón social a Avian Líneas Aéreas S. A. Avian ingresó al mercado de vuelos low cost de Argentina y recibió 16 rutas aéreas, con sede en la ciudad de Tucumán. La justicia imputó a Macri por esta concesión, forzándolo, otra vez, a dar marcha atrás y suspender las concesiones a la aerolínea colombiana.

La lección es que no es fácil ser el primer mandatario y al mismo tiempo pertenecer a uno de los principales grupos empresariales del país. En este cuadro, los aumentos en los servicios, el combustible y los peajes y la imposición de un techo salarial por debajo de la inflación fueron, en palabras de Lozano, “un coctel lamentable”.

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Para terminar el mes, se esperan dos grandes manifestaciones: los movimientos sociales anunciaron una gran concentración para este lunes, cuando se cumplen cuatro años del papado de Jorge Bergoglio, en Plaza de Mayo. Y el 24 de marzo, aniversario del golpe militar de 1976, los movimientos democráticos y de derechos humanos realizarán su tradicional movilización, que siempre reúne decenas de miles de personas. Panorama oscuro para un presidente muy controvertido.