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Argentina producirá la vacuna rusa Sputnik V en un laboratorio privado
Un laboratorio argentino adaptará una de sus plantas en el municipio de Pilar para la fabricación de la vacuna. Se espera que en menos de un año despachen desde allí vacunas a diferentes puntos del continente suramericano. El proyecto costará, por lo menos, 60 millones de dólares.
En una clara señal de que el coronavirus no dejará de ser una amenaza en un futuro cercano, en Argentina las autoridades sanitarias se preparan para soluciones a largo plazo. Por eso el gobierno argentino dio el beneplácito para que la empresa privada participe en soluciones permanentes. El laboratorio Richmond firmó un acuerdo con un organismo estatal ruso para producir la vacuna Sputnik V, uno de los medicamentos importados para la campaña local de vacunación contra la covid-19.
El país sudamericano registra hasta ahora casi 52.000 muertos y más de dos millones de contagios desde el inicio de la pandemia del coronavirus, en un país de 45 millones de habitantes.
El comunicado de la firma privada Richmond señala que suscribió el viernes en Moscú un “memorándum de entendimiento con el Fondo de Inversión Directa de Rusia, que representa al instituto Gamaleya (creador de Sputnik V), a efectos de fomentar la cooperación, con la finalidad de obtener en el corto plazo la fabricación de una vacuna contra la covid-19, la cual se produzca en Argentina”.
En un contexto mundial de dificultades para obtener provisión de vacunas, el Gobierno argentino recibió 1.220.000 dosis de Sputnik V y unas 580.000 dosis de Covishield, del instituto indio Serum, con tecnología suministrada por la alianza sueco-británica del laboratorio AstraZeneca con la universidad de Oxford. Además, llegó al país un cargamento de 904.000 vacunas del laboratorio chino Sinopharm.
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El desarrollo de Sputnik V se hará “con la participación de Hetero Labs Limited, laboratorio de la República de la India, con el que Richmond mantiene una alianza estratégica desde hace más de 25 años”, según la declaración. Richmond es una empresa farmacéutica que abastece de medicamentos al mercado local, con una planta en el municipio de Pilar, al norte de Buenos Aires, que podría recibir una inyección de capital de entre 60 y 90 millones de dólares para la producción de la vacuna. De acuerdo con sus socios rusos, su intensión es ampliar la capacidad de fabricación en todo el mundo para producir más dosis de Sputnik V debido a la gran demanda de la vacuna en América Latina.
Muchos esperan que la producción en nuestro continente de la Sputnik V alivie la inequidad que se ha dado a raíz de la incapacidad de algunas naciones pobres de comprar la vacuna.
Más de 200 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus fueron administradas en 107 países y territorios; de ellas, un 45 % en los países ricos del G7 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Japón), pese a que solo albergan un 10 % de la población mundial.
Los países del G7 anunciaron su compromiso en favor de una mejor repartición con los países pobres, al duplicar su apoyo a la vacunación contra el coronavirus, que llegará a 7.500 millones de dólares, sobre todo a través del programa Covax, gestionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que busca hacer llegar suficientes dosis de vacunas a las naciones con menos recursos.
Pero en este momento, nueve de cada diez vacunas se inyectan en países con recursos altos o medio-altos, según la clasificación del Banco Mundial, y casi la mitad (45 %) en los del G7.
En cambio, en los 29 países de ingreso “débil”, solamente Guinea y Ruanda han empezado a vacunar. Unos 1.840 millones de personas –casi un cuarto de la población mundial– viven en países que aún no vacunan.
“Ningún país estará a salvo hasta que todos lo estén”, advirtió esta semana la Organización de los Estados Americanos (OEA) en una resolución aprobada por aclamación por su Consejo Permanente, que reúne a los 34 miembros activos del organismo.
La iniciativa, presentada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) y copatrocinada entre otros por Argentina, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay, destaca que vencer de manera “sostenible” al virus en todo el planeta dependerá “de la disponibilidad y la distribución de vacunas para todos”.