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En plena crisis económica y social, Argentina recibe cumbre del G20

La cumbre del G20 que se celebra en Buenos Aires será el evento internacional más importante que haya organizado este país. Pero contrario a lo que esperaba el presidente Mauricio Macri, una Argentina en plena crisis económica y con miles de manifestantes protestando en las calles recibirá a los líderes mundiales.

28 de noviembre de 2018

Mauricio Macri espera este viernes el arribo de los líderes más influyentes del mundo. El G 20 será el evento más importante que realice su país en la historia. Pero se da un momento crítico. Los recortes en inversión pública por el préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), la devaluación del peso, y la situación de corrupción en el país tienen en crisis a Argentina. 

Macri, un dirigente de centro-derecha con una exitosa carrera como empresario, ha tenido en 2018 el año más difícil de su gobierno, con el estallido de una crisis económica que lo empujó a pedir un auxilio al Fondo Monetario Internacional por 56.000 millones de dólares, el más elevado en la historia del organismo.

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Además, las alarmantes cifras económicas del país no son las que el dirigente pensó mostrar cuando se planeó la cumbre. El peso argentino sufrió una depreciación de 50% frente al dólar, la inflación para el cierre del 2018 se proyecta entre 45% y 50%, la pobreza aumentó y se sitúa en 27,3% y el desempleo llegó a una cifra récord de 9,6%

"La expectativa del gobierno de Macri, cuando se acordó realizar la cumbre en Buenos Aires, era que iba a servir de vidriera para mostrar su política de reformas graduales. Argentina parecía entonces ser una de las pocas buenas noticias, por sus políticas pro mercado con apoyo popular", comentó Bruno Binetti, académico en relaciones internacionales de las argentinas Universidad Torcuato di Tella y Universidad Católica.

La última gran cita internacional de Argentina fue la IV Cumbre de las Américas, en Mar del Plata en 2005, un traspié para el exmandatario estadounidense George W. Bush, que no pudo conformar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), rechazada por los presidentes de izquierda que entonces gobernaban la región.

Macri asumió en diciembre de 2015 con un discurso liberal, tras doce años de gobierno proteccionista de la centroizquierda peronista de Néstor y Cristinia Kirchner (2003-2015), cuando se produjo un boom en los precios de los cereales, producto de exportación por excelencia de Argentina.

Macri abrió el mercado de cambios, eliminó subsidios a los servicios básicos y emprendió recortes en la administración pública, según un plan gradual que buscaba aliviar el impacto en la población y mantener su respaldo.

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Sin embargo, en 2018 los ingresos por exportaciones sufrieron una dura caída, tras una de las peores sequías en el campo, mientras Estados Unidos endurecía sus medidas proteccionistas y se enfrascaba en una guerra comercial con China.

Conflictividad social 

Una corrida cambiaria a fines de abril hizo estallar la crisis que con dificultades intenta contener Macri, cuyo nivel de desaprobación llegó a 65% en el lapso septiembre-octubre, según la encuesta de opinión pública de la Universidad de San Andrés. La política económica de su gobierno es lo que más rechaza la población, con un índice de 86% de insatisfechos, de acuerdo con ese mismo sondeo.

El deterioro de la situación económica estalló la conflictividad social. Esta semana en que se celebra la cumbre del G20, los sindicatos hacen huelgas parciales en aeropuertos, en la compañía Aerolíneas Argentinas y en el servicio de metro en demanda de ajustes salariales acordes con la inflación. 

Varias organizaciones sociales preparan una serie de movilizaciones en repudio al G20 y en contra de la política económica de Macri que incluyen charlas, talleres, conciertos y una gran manifestación el viernes. "El G20 va a durar un día, al segundo día se van todos por el quilombo que se va a armar. La gente tiene hambre y ¿quieren hacer un G20 acá?", vaticina Jesús Olgin, vendedor callejero en el centro de Buenos Aires.

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En busca de apoyo 

Con la intención de optar por un nuevo mandato en las elecciones de 2019, Macri intenta que la cumbre sirva como una señal de respaldo a sus políticas. "Van a venir los líderes más importantes del mundo como una muestra de apoyo a Argentina y de reconocimiento de que Argentina ha vuelto a querer hacer su aporte en el escenario mundial", sostuvo el mandatario esta semana.

Binetti destacó que la situación de Argentina "es mucho menos auspiciosa de lo que se esperaba cuando recibió la presidencia pro témpore del G20". "El diagnóstico de Macri sobre hacia dónde iba a ir el mundo no se dio. Sin embargo, Argentina ha tenido el apoyo de Estados Unidos en el FMI y Trump ha sido flexible con Argentina en los temas de los aranceles al hierro y el acero", apuntó.

Para el analista Rosendo Fraga, la gran oportunidad que brindará la cumbre a Macri estará en el bilateralismo, con el carácter oficial que le ha dado a las visitas de los gobernantes de Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Japón, Reino Unido y Alemania. "En estos encuentros, Argentina tendrá respaldo y elogios. El marco económico y comercial multilateral se está debilitando, las relaciones bilaterales se van fortaleciendo", indicó Fraga.

Con información de AFP.