MUNDO
Arranca semana decisiva para la transición del poder en Estados Unidos
Se espera que el ahora expresidente Donald Trump redoble su ofensiva judicial para impugnar las elecciones.
Con la lucha contra la pandemia como prioridad, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se enfocará ahora en los preparativos de su llegada a la Casa Blanca en 73 días, mientras el republicano Donald Trump reiteró su negativa a aceptar los resultados.
El demócrata recibió felicitaciones de varios dirigentes de todo el mundo, con excepciones como México y Brasil, mientras el mandatario saliente sigue sin concederle la victoria, alegando “fraudes” en la elección, sin aportar pruebas.
“¿Desde cuándo son los penosos medios dominantes (utilizando un juego de palabras) quienes dan por ganador al próximo presidente?”, se quejó Trump en un tuit.
Trump planea redoblar su ofensiva judicial para impugnar los resultados esta semana, según su abogado Rudy Giuliani, que afirmó que hay “mucha evidencia” de fraude.
Pero parece que estas demandas no van a tener mucho recorrido y fueron ignoradas por los votantes demócratas, que desde el sábado celebran la victoria de Biden en las calles de las grandes ciudades.
El expresidente republicano George W. Bush, llamó a Biden para felicitarlo por su victoria en una elección que calificó como “honesta” y con un resultado “claro”.
Biden y la vicepresidenta electa, Kamala Harris, publicaron en el sitio web BuildBackBetter.com los detalles de su plan de transición que gira en torno a cuatro ejes: la lucha contra el covid-19, la recuperación económica, la equidad racial y el cambio climático.
“El equipo que se está conformando va a enfrentar los desafíos empezando el primer día”, dijo en referencia al 20 de enero, el día que asuma el poder.
La pandemia de covid-19 -que deja más de 237.000 muertos en Estados Unidos- estará en el centro de sus acciones y este lunes conformará un grupo de expertos para elaborar un plan nacional con el fin de frenar el virus que pueda ser implementado desde el primer día de su mandato.
Otro eje importante es la promesa de anular el proceso de retirada de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzado por Trump, y volver al Acuerdo del Clima de París para limitar las emisiones que provocan el cambio climático.
Además, el demócrata prometió anular el decreto migratorio del republicano que prohíbe la entrada al país de ciudadanos de varios países musulmanes.
Incertidumbre sobre el Senado
La actitud de Trump en los próximos días va a pesar en la capacidad de acción de Biden antes del 20 de enero.
Biden y Harris -la primera mujer que llega a la vicepresidencia del país- deben comenzar a trabajar en la conformación de su gabinete, que se espera otorgue un lugar preponderante a las mujeres y a figuras de las minorías.
En sintonía con su discurso sobre la unidad, se especula también sobre la inclusión de representantes del ala más izquierdista de su partido, sin olvidar a los centristas y quizás incluso a algunos republicanos.
No obstante, esa decisión estará supeditada a cómo quede conformado el Senado. En esta legislatura que termina, los republicanos ostentan una mayoría en la Cámara Alta con 53 de los 100 escaños.
En esta elección, en la que se renovaron 35 escaños, los demócratas perdieron uno y le arrebataron dos a los republicanos.
Pero falta que termine el escrutinio en dos estados y en Georgia será necesaria una segunda vuelta debido a que ninguno de los candidatos alcanzó el umbral para ser elegido. El comicio se realizará el 5 de enero, junto con la elección del segundo senador por este estado.
El Senado será crucial en la respuesta a la aguda crisis económica provocada por el covid-19, que dejó millones de desempleados y profundos daños en la economía estadounidense.
Antes de las elecciones, la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, y el gobierno no consiguieron un acuerdo para lanzar un nuevo plan de ayuda para complementar el paquete de 3 billones de dólares aprobado en marzo.
Ante las magras posibilidades de lograr un acuerdo previo al cambio de mando, esas negociaciones serían una primera prueba para el gobierno de Biden si los republicanos conservan la mayoría en el Senado.
Ello también permitiría a los republicanos eventualmente bloquear las nominaciones para el nuevo gobierno.
Sin felicitaciones de AMLO ni de Bolsonaro
Gran parte de los líderes mundiales ignoraron los recursos republicanos presentados por Trump en la justicia y felicitaron a Biden por su victoria, con dos notables excepciones en América Latina: los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Brasil, Jair Bolsonaro.
López Obrador indicó que esperará la resolución de “asuntos legales” para pronunciarse y Bolsonaro guardó silencio.
Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano con sede en Washington, indicó que es difícil de entender por qué López Obrador se ha negado hasta ahora a felicitar a Biden como presidente electo.
“Es cierto que AMLO se llevó sorprendentemente bien con Trump”, dijo a la AFP el experto, que calificó esa postura como “miope y autodestructiva”.
“Para México esto no es un comienzo auspicioso con el nuevo gobierno”, señaló Shifter.
Para el experto, la decisión de Bolsonaro es más comprensible porque él y Trump han disfrutado de una gran “afinidad ideológica y de temperamentos”, pero es igualmente “miope”.
En Estados Unidos, los políticos republicanos en activo no han roto filas, salvo algunos díscolos habituales, como el senador y excandidato presidencial Mitt Romney.
El poderoso senador republicano Lindsey Graham instó a Trump en la cadena Fox a no reconocer su derrota.
“Trump no ha perdido. Señor presidente, no ceda, luche duro”, agregó.
Con información de AFP.