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Periodistas del Capital Gazette cubrieron el tiroteo del que fueron víctimas
El diario local, que sufrió el jueves un atentado que dejó cinco muertos en la ciudad estadounidense de Annapolis, logró publicar su edición de este viernes, en la que registró su propia tragedia. El medio dejó en blanco la página editorial en honor a las víctimas.
"No tenemos palabras", es el breve texto que se lee en una página editorial, que de resto está totalmente en blanco en el diario The Capital, la edición impresa del periódico digital Capital Gazette.
La edición busca honrar a las víctimas, pero en ella se asegura que "mañana esta página volverá a cumplir con su firme propósito de ofrecer a nuestros lectores opiniones informadas sobre el mundo a su alrededor, para que ellos puedan ser mejores ciudadanos".
El encargado de la página editorial, Gerald Fischman, fue una de las víctimas mortales. El titular de la página principal sobre el tiroteo cubría los aspectos básicos de lo ocurrido, sin incluir siquiera un adjetivo. "Cinco muertos por disparos en The Capital", se lee en el titular, bajo las fotos de las cinco personas fallecidas -cuatro periodistas y un asistente de ventas. Dos personas más resultaron heridas.
Miembros del equipo del diario que sobrevivieron al tiroteo -ejecutado por un hombre que, según fue descrito, tenía una larga batalla contra el periódico- trabajaron afuera de la sede tras la masacre del jueves, desde un estacionamiento o incluso en la parte de atrás de una camioneta pickup.
"No sé que más hacer sino esto", dijo el reportero Chase Cook el jueves. Estaremos haciendo circular un diario mañana", aseguró. Y así hicieron. Dentro de esta edición del diario, además de la cobertura general sobre su propia tragedia, se encuentran las semblanzas de las cinco personas muertas en el último episodio de la epidemia de violencia armada que atraviesa Estados Unidos.
El atentado, uno de los ataques más fuertes a la prensa en Estados Unidos
Un hombre con una escopeta y granadas de humo irrumpió el jueves en la redacción del diario en la ciudad estadounidense de Annapolis, a una hora de Washington, matando al menos a cinco personas en lo que la policía describió como un "ataque dirigido".
Las autoridades dijeron que el autor del tiroteo es un "adulto blanco" residente en el estado de Maryland, que fue detenido. Según medios estadounidenses, el sospechoso se llama Jarrod Ramos, tiene 38 años y demandó al periódico años atrás por una historia sobre un caso de acoso criminal en su contra.
Un artículo en el Capital Gazette, publicado en su sitio web el 22 de septiembre de 2015, menciona una decisión favorable al diario en una demanda por difamación presentada en 2011 por Jarrod Ramos, residente de Laurel (Maryland). En un escalofriante relato, un reportero del histórico diario, que se remonta al período colonial, contó cómo el atacante "disparó hacia la puerta de vidrio de la oficina y abrió fuego contra varios empleados".
"No hay nada más terrorífico que escuchar disparos contra varias personas mientras tú estás bajo un escritorio y escuchas recargar al tirador", tuiteó Phil Davis, periodista de la sección policial. "Este fue un ataque dirigido contra el Capital Gazette", dijo en rueda de prensa el jefe de policía interino del condado de Anne Arundel, Bill Krampf, que dio cuenta de cinco muertos y dos heridos leves.
Añadió que la policía investiga "amenazas al Capital Gazette en las redes sociales".
"Estamos tratando de confirmar de qué cuenta eran y quién las envió", explicó Krampf, señalando que parecían destinadas a los medios de comunicación en general e "indicaban violencia".
El editor Rob Hiaasen, conocido por ser mentor de varios periodistas, está entre las víctimas, según el diario The Baltimore Sun, propietario del Capital Gazette.
Sobre la edición impresa
El editor del diario, Jimmy DeButts, dijo estar "devastado y con el corazón roto. Entumecido". "Los periodistas y editores de @capgaznews dan todo de sí todos los días. No hay semanas de 40 horas ni grandes pagos, solo pasión por contar historias de nuestra comunidad", escribió en Twitter.
Chase Cook, un periodista del diario, dijo que el tiroteo no impediría que The Capital, la edición impresa local, saliera a la calle. "Mañana vamos a sacar un maldito periódico", tuiteó ayer. El tiroteo revivió el recuerdo de un incidente de 2015 en Roanoke, Virginia, en el que dos periodistas fueron baleados durante una transmisión en vivo en la televisión local.
"Cada tiroteo como este es horrible, pero uno que ocurre en un lugar donde se hace periodismo es particularmente inquietante y me devuelve la avalancha de recuerdos de ese día trágico", dijo Andy Parker, cuya hija Alison fue una de las víctimas de Roanoke.
“Un ataque contra todos"
El presidente Donald Trump, que ha estado enfrentado con gran parte de los medios desde que asumió el cargo, tuiteó un mensaje de apoyo. "Mis pensamientos y oraciones están con las víctimas y sus familias. Gracias a los primeros socorristas que están ahora en el lugar", escribió.
"Un ataque violento contra periodistas inocentes haciendo su trabajo es un ataque contra todos los estadounidenses", escribió en Twitter la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. Varios legisladores llamaron a poner fin a la violencia armada.
"Debemos unirnos para poner fin a la violencia", dijo el demócrata Chris Van Hollen, senador del Estado desde 2017. "El ataque sin sentido en un periódico de Maryland hoy es enfermante. Dios bendiga a estos periodistas", tuiteó el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan. Según un estudio reciente, los estadounidenses poseen el 40% de las armas de fuego del mundo a pesar de representar solo el 25% de la población mundial.
De los 857 millones de pistolas propiedad de civiles, 393 millones están en Estados Unidos, más que todas las armas de fuego en poder de ciudadanos comunes en otros 25 grandes países combinados, según el reporte de Small Arms Survey.
Quienes abogan por un mayor control de las armas en Estados Unidos han intensificado sus esfuerzos en los últimos meses luego de varios tiroteos escolares este año, entre ellos el de una escuela secundaria en Florida en febrero, que dejó 17 muertos, y el de otra escuela secundaria de Texas en mayo, que dejó 10 fallecidos.
Pero hasta ahora, no hubo grandes cambios. Florida subió la edad legal para comprar armas de fuego de 18 a 21 años, mientras que el gobernador de Texas, Greg Abbott, hizo énfasis en hacer verificaciones sobre salud mental y seguridad escolar.
Con información de AFP.