MUNDO
Así es el vino de 1.700 años de antigüedad que podría ser seguro para beber
El “Vino de Speyer” fue encontrado en una tumba romana en 1867 y desde entonces tiene el título de la botella de vino más antigua del mundo.
Dentro del conocimiento popular sobre los vinos se sabe que, entre más añejo, su sabor es aún más delicioso, pero existe una botella de vino que lleva esta idea al extremo. En un museo reposa una botella que, se calcula, tiene 1.700 años de antigüedad.
La bebida alcohólica conocida como “Vino de Speyer” fue encontrada en una tumba romana en 1867 y desde entonces tiene el título de botella de vino más antigua del mundo. Los curioso del asunto es que expertos en el tema aseguran que, a pesar de que pasó más de un milenio desde su fabricación, aún hoy en día podría ser consumido.
Pero es posible que hasta un amante de los vinos añejos lo piense mil veces antes de probar uno que fue embotellado en una época que ronda el año 325 d.C.
Lo cierto es que los expertos han realizado múltiples estudios desde el exterior, porque no quieren abrir la botella debido a que no se sabe con certeza la reacción que tendría el vino al tener contacto con el aire, existe la posibilidad de que la botella explote al retirar el corcho.
Pero, en cambio, otros tienen la teoría de que nada pasaría debido a que el corcho ya se encuentra podrido por el paso de los siglos, por lo que el líquido ya se encontraría adaptado a las condiciones actuales.
La botella se encuentra custodiada en el Museo Histórico del Palatinado en Speyer, Alemania. Desde allí, expertos aseguran que, debido al paso del tiempo, las propiedades alcohólicas de la bebida se perdieron, por lo que en teoría este ya no podría considerarse un vino, pero tampoco se sabe lo que entonces sería.
El “Vino de Speyer” pudo soportar el paso de las eras gracias a que los romanos le añadieron al vino aceite de oliva, que en la imagen se puede observar como la zona con aspecto lechoso al interior de la botella.
Mujer encontró misterioso mensaje de hace 135 años dentro de una botella, ¿qué decía?
Un hecho increíble ha sorprendido a una familia de Edimburgo y tiene que ver con un mensaje que no esperaban encontrar bajo las tablas del piso de su propia casa.
Fue Eilidh Stimpson, una madre de familia que quiso mover un calentador de un lado a otro de su casa y contrató un plomero para esta labor. El trabajador inició rompiendo parte del piso y después de hacer un agujero en el suelo, bajó las escaleras para contarle a la dueña de casa que había encontrado algo asombroso.
Se trataba de una botella de whisky vacía que estaba escondida bajo el suelo de la casa y dentro del envase se encontraba una antigua nota. La señora Stimpson decidió esperar a sus dos hijos para abrir la botella y descifrar qué era lo que tenía adentro.
La mujer fue por sus hijos a su escuela y en el camino a casa les contó que les tenía una sorpresa, ellos pensaron que era algo de comer, pero seguro fue más emocionante que eso.
“Mi hijo de 8 años está en P4 (cuarto grado) y en realidad está aprendiendo sobre los victorianos en este momento, lo cual es genial. Tratábamos desesperadamente de sacar la nota con pinzas y alicates, pero comenzó a rasgarse un poco. No lo hicimos. No quiero dañarlo más, así que lamentablemente tuve que romper la botella” dijo Eilidh al programa Edinburgh Live.
Al sacar la carta de la botella de whisky, los hijos emocionados y la madre sorprendida pudieron leer el mensaje que contenía: “James Ritchie y John Grieve pusieron este piso, pero no bebieron el whisky. 6 de octubre de 1887. Quien encuentre esta botella puede pensar que nuestro polvo está volando a lo largo del camino”.
Un amigo de la familia, asombrado por la historia que le contó Eilidh, decidió emprender la búsqueda de los autores de la nota y su historia, finalmente encontró a los dos hombres con el mismo nombre que vivían en el área de Newington en la década de 1880.
“Hemos sido increíblemente afortunados, y me alegra que todos piensen que es tan interesante como nosotros. Se siente muy bien tener una noticia positiva en medio de todo este pesimismo que hay en este momento”, aseguró la señora Stimpson.
La mujer también aseguró que está pensando en preservar la nota y hacer una propia junto a su familia para que las generaciones futuras la descubran y se sorprendan de igual forma como ellos lo hicieron.
Por su parte, el plomero, Peter Allan, aseguró que aunque el suceso fue un poco extraño: “Donde hice el agujero en el piso, es exactamente donde se encontraba la botella, lo cual es una locura y muy al azar”, aseveró.