MUNDO
Así trabajan las madres de alquiler en Ucrania en medio del fuego cruzado
Es un trabajo al que no se puede renunciar: gestar un bebé para otros padres. Una tarea que se complica, para las mujeres con un embarazo subrogado y para los futuros padres, cuando estalla una guerra.
Sacos de dormir de colores de camuflaje, estanterías llenas de latas de conservas, cunas de bebé, máscaras de gas: poco antes del estallido de la guerra, BioTexCom, la mayor agencia de vientres de alquiler de Ucrania, publicó un video en la página web de la empresa. Una visita a un refugio antiaéreo, acompañada por los sonidos de las sirenas. Aquí es donde se supone que las mujeres ucranianas con una gestación subrogada se refugian en caso de bombardeo. El mensaje: a las mujeres embarazadas y a los niños que llevan dentro no les debe faltar nada. Ni siquiera en la guerra.
Sin embargo, Marina (nombre ficticio) describe un cuadro diferente. A principios de marzo dio a luz a un bebé en el refugio antiaéreo de la empresa. Hacía frío y estaba oscuro. Faltaban alimentos, agua y medicinas. Durante tres días no tuvo noticias de la agencia. Cuando los empleados de la empresa finalmente vinieron, solo recogieron a los bebés. No tenían comida ni agua en su equipaje.
Todo incluido, con descuentos
La guerra ha dejado al descubierto el rostro desagradable de un negocio que ya era brutal en tiempos de paz. Se calcula que cada año nacen en Ucrania 2.000 niños de padres extranjeros. La gestación subrogada comercial es legal en Ucrania. Y es una oferta atractiva para muchos: la transferencia de la paternidad a las parejas extranjeras es relativamente fácil. Las agencias median entre los futuros progenitores y las madres de alquiler. Los paquetes con todo incluido cuestan entre 30.000 y 40.000 euros. Pero hay días de descuento.
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La industria de la gestación por sustitución genera esperanzas, pero juega con los sueños de los aspirantes a progenitores y de las madres subrogadas. Quienes desean ser padres, a menudo han pasado un odisea de años para tener un hijo, y las agencias de adopción son muchas veces la última posibilidad. Las mujeres ucranianas cobran varias veces el salario medio anual ucraniano por esa tarea, normalmente entre 15.000 y 20.000 euros. A cambio, alquilan su útero durante nueve meses.
Viejos contratos y nuevas realidades
La guerra ha puesto a todas las partes implicadas en situaciones no previstas contractualmente, como el hecho de tener que huir para sobrevivir. Y eso hace que se planteen preguntas: ¿Por la vida de quién se huye? ¿Por la vida de uno mismo? ¿O por el bebé que crece en el propio vientre pero será el hijo o la hija de otras personas? ¿Y si la gestante no quiere escapar porque su familia sigue en el país? Algunas ya lo perdieron todo al huir en 2014. Otras quieren defender a su país bajo ataque e ir a luchar en la guerra.
BioTexCom pide a las mujeres que huyen que aseguren que se presentarán en Ucrania nuevamente para la fecha de nacimiento del bebé. Como las madres de alquiler cobran a plazos, la empresa cuenta con duros argumentos para negociar. Mientras tanto, la agencia está construyendo un búnker en el centro de Ucrania.
These 21 babies were born to Ukrainian surrogate mothers. But Russia's invasion means their biological parents can't come for them. For now, they are under the care of nurses who stayed behind to look after them. pic.twitter.com/8ecl46JZJ0
— DW News (@dwnews) March 16, 2022
Susan Kersch-Kibler, fundadora de la agencia Delivering Dreams, ha enviado sin contemplaciones a sus madres de alquiler al extranjero, solo para transportarlas de vuelta a Ucrania en la fecha prevista. Según informes, otras agencias amenazan a sus madres de alquiler con hasta 15 años de cárcel si abandonan Ucrania.
Madre “no deseada”
La razón: al otro lado de la frontera, las madres de alquiler ucranianas están entrando en un nuevo territorio legal. En Ucrania, una mujer puede dar a luz a un niño sin que se la considere madre del mismo. Hasta ahora, eso significaba que después del nacimiento la madre subrogada aceptaba la paternidad y maternidad de los nuevos progenitores. El niño recibía un pasaporte y podía salir del país, para luego ser adoptado por la pareja del padre.
En muchos países donde los ucranianos se refugian de la guerra, sin embargo, una mujer se convierte automáticamente en madre de un niño por el hecho de darlo a luz. No importa que las madres de alquiler no estén relacionadas genéticamente con los niños que gestaron. Al dar a luz en un país de la UE, se vería en la extraña situación de ser la madre de un hijo que es suyo, genéticamente hablando.
Además de las complicaciones legales, Marko Oldenburger, que lleva diez años asesorando legalmente a los futuros padres y madres alemanas, sospecha que hay otras razones por las que algunas agencias quieren impedir que sus madres de alquiler huyan de Ucrania: el miedo a que se divulgue información interna, se examine críticamente el modelo de negocio o se amenace con pérdidas económicas.
Para algunas madres sustitutas, la huida no es una alternativa, aunque quisieran: por su avanzado estado de gravidez algunas mujeres no están en condiciones de viajar. Un agente informa de una madre de alquiler cuyos padres previstos insistieron en la implantación de dos embriones.
Es muy difícil encontrar a una madre subrogada que acepte llevar gemelos porque los embarazos suelen ser más complicados. La mujer ha estado confinada en la cama durante tres meses. Y los padres extranjeros están furiosos porque “su” madre y “sus” hijos no son sacados del país.
Los aspirantes a progenitores buscan a “sus” madres
La mayor parte de las clínicas de reproducción de Ucrania se encuentran cerca de Járkov y Kiev, actualmente sitiadas y bombardeadas. Muchos de los empleados de las agencias huyen de la zona de guerra y son difíciles de localizar para los padres extranjeros. Una situación desesperante.
En las redes sociales, los progenitores aspirantes buscan a sus madres de alquiler y las madres de alquiler a sus padres aspirantes. Hasta ahora, los contactos entre las dos partes contratantes no formaban parte del modelo de negocio de las agencias. Ahora, a muchos les parece que las agencias lo impiden rotundamente. Marina dice que se le prohibió contactar a los futuros padres. Cuando los padres biológicos de una amiga suya que también gestaba en forma subrogada la localizaron y le proporcionaron comida y dinero en el refugio antiaéreo con la ayuda de un voluntario, la empresa amenazó a las madres de alquiler.
Entretanto, en las salas subterráneas para lactantes, cada vez hay más bebés que esperan ser recogidos por sus padres biológicos. Según la empresa, actualmente hay unas 600 madres de alquiler sólo en BioTexCom. Cada día nace al menos un niño.
Algunos futuros padres viajan a Ucrania por su cuenta para sacar a sus hijos de la línea de fuego. Pero se encuentran con autoridades cerradas y embajadas desiertas. La inscripción en el registro de nacimientos y la expedición de un pasaporte para los recién nacidos es necesaria para que los futuros padres puedan ser asignados a sus hijos y también reconocidos como padres legales fuera de Ucrania. Tienen ahora un bebé, pero sin papeles.
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