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Así transcurrió la histórica reunión del papa Francisco y el ayatolá Al-Sistani
El jefe de 1.300 millones de católicos en el mundo se reunió durante casi una hora con el gran ayatolá Ali al-Sistani, referencia religiosa para la mayoría de musulmanes chiitas, en uno de los reuniones religiosas más importantes de la historia.
El papa Francisco, que dijo viajar a Irak como “peregrino de paz”, mantuvo este sábado un histórico encuentro de 45 minutos con el gran ayatolá chiita Alí al-Sistani, la principal autoridad chiita en Irak, quien le transmitió su compromiso por la “paz” y la “seguridad” de los cristianos del país.
Tras esta reunión inédita que se desarrolló en forma privada y sin presencia de periodistas en la ciudad santa chiita de Nayaf (Irak) y que se ha enmarcado en la óptica de la “fraternidad” que propone el papa en su tercera encíclica ‘Fratelli Tutti’, el sumo pontífice inició su etapa más espiritual del viaje: la peregrinación a la llanura de Ur, donde la creencia sitúa el nacimiento de Abraham, padre de las tres religiones monoteístas, para rezar por la “libertad” y la “unidad, y poner fin a las guerras y al “terrorismo”.
A este lugar, ubicado en Nassiriya, en el año 2000 quiso venir el papa Juan Pablo II, pero Sadam Husein lo impidió.
Francisco, conocido por tender la mano a todas las religiones y quien se convirtió en el primer pontífice en pisar tierras de este país, rezó junto con responsables yazidíes, pequeña minoría iraquí martirizada por los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), sabeos, zoroastristas –comunidades milenarias en el país– y musulmanes, tanto chiitas como sunitas.
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“Paz” para los cristianos iraquíes
De la reunión solo trascendieron dos cosas: una foto de los dos representantes religiosos y, sobre todo, un comunicado de la oficina de al-Sistani.
El dirigente chiita de 90 años, que lucía el turbante negro de los descendientes del profeta Mahoma, nunca realiza apariciones públicas, responde por escrito a los fieles y periodistas, y sus representantes leen sus discursos.
De esta manera, y con motivo del encuentro, el líder chiita –de barba larga y complexión frágil– hizo publicar un comunicado en el que agradece al papa Francisco su visita a Nayaf.
Así mismo, el gran ayatolá aseguró al pontífice: “La atención que presta al hecho de que los ciudadanos cristianos puedan vivir como todos los iraquíes en paz y en seguridad, con todos sus derechos constitucionales”.
Por su parte, el papa Francisco, de 84 años, pudo reunirse luego con esos cristianos que aún permanecen en Irak (1 % de la población) mediante una misa pública, en la iglesia de San José, en el centro de Bagdad, la cual se inició bajo el rito oriental, con traducción al árabe y al arameo, ante una congregación de fieles y responsables públicos estrictamente separados, como precaución a causa del coronavirus. Irak se halla prácticamente confinado a causa de la pandemia dado que presenta alrededor de unos 5.000 casos diarios.
El encuentro entre ambos líderes religiosos fue tan histórico para un país de convivencia frágil como Irak, que el gobierno decidió decretar el 6 de marzo como “Jornada de tolerancia y coexistencia” en todo el país.
Atrocidades de la guerra
En el segundo día de la primera visita de un papa a Irak y la cual según lo programado durará tres días, el pontífice argentino también quiso hacer hincapié en las guerras que desolan el país desde hace cuatro décadas y, en general, los conflictos en Oriente Medio.
“Hostilidad, extremismo y violencia (...) son traiciones a la religión. Y nosotros creyentes no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión”, expresó.
En 2014, un tercio del territorio iraquí estaba en manos del EI. Los yazidíes sufrieron en aquel entonces terribles atrocidades, recordó el papa. Los yihadistas mataron a miles de hombres de esta comunidad, reclutaron niños e hicieron a miles de mujeres esclavas sexuales.
Más de 6.400 yazidíes fueron secuestrados por los yihadistas, la mitad de los cuales siguen en paradero desconocido.
“Siria martirizada”
El papa Francisco abogó además por pasar “del conflicto a la unidad” en “todo Oriente Medio” y “en particular en (...) la martirizada Siria”.
“No habrá paz sin compartir y acoger, sin una justicia que asegure equidad y promoción para todos, comenzando por los más débiles. No habrá paz sin pueblos que tiendan la mano a otros pueblos”, defendió.
La víspera, durante una recepción de las autoridades en Bagdad, el pontífice habló de Siria, donde la guerra iniciada hace 10 años tras una revuelta popular ha dejado más de 387.000 muertos.
Y, como ya había hecho en Marruecos, otro país musulmán que quiso visitar, el papa defendió “la libertad de conciencia y la libertad religiosa”.
La visita del papa se está realizando bajo fuertes medidas de seguridad.
Sobre al-Sistani
Al-Sistani es uno de los clérigos chiíes más influyentes, con millones de seguidores en todo el mundo. En Occidente es conocido principalmente por su prestigio y el peso que tiene en la política iraquí, especialmente a partir de la invasión estadounidense en 2003.
Considerado una voz moderada, al-Sistani ha desempeñado un papel fundamental como mediador político y referente moral en Irak, lo que le ha dado gran influencia en un país que está en el centro de la pugna entre Estados Unidos e Irán. En 2014 instó a los iraquíes a luchar contra Estado Islámico.
*Con información de la AFP y Europa Press.