México
Aterrador: la historia de la psicóloga que drogó y descuartizó a su pareja tras sospechar que la engañaba
La mujer repartió por varios parajes de Ciudad de México parte de los restos de su novio; no obstante, mantuvo en su poder las manos y el cráneo, hecho que tras el allanamiento de su vivienda, permitió determinar su responsabilidad y dar paso a la reveladora investigación.
Conmocionados, así se encuentran los habitantes de Ciudad de México, escenario de un escabroso caso de homicidio derivado de violencia doméstica, que tiene como protagonistas a una psicóloga y su novio; este último terminó picado en pedacitos que fueron abandonados por la mujer en diferentes lugares de la ciudad.
Si bien los recientes casos de personas descuartizadas que horrorizan a México se han relacionado con escenarios de ajustes de cuentas entre bandas relacionadas con el narcotráfico, el de María Alejandra Lafuente y Allan Carrera Cuellar, lo está con un presunto caso de infidelidad.
De acuerdo con lo revelado por las investigaciones de los cuerpos policiales de la referida capital de México, este caso, ocurrido en 2014 y que ha tomado vigencia gracias a la recientes revelaciones de los peritos, se derivó de un caso de celos por parte de la mujer, psicóloga de profesión, quien, en medio de crecientes sospechas sobre las actuaciones de su pareja, y la posibilidad de que este la estuviera engañando con otra mujer, decidió tomar ‘justicia por mano propia’, y vengarse del irrespeto del que presuntamente era objeto en el marco del escenario de infidelidad.
Por lo anterior, la mujer, víctima de los celos, y que pese a ser especialista en salud mental, no supo cuidar debidamente de ella, decidió acabar personalmente con la vida de su pareja, empresa para la que decidió drogarlo, para posteriormente asesinarlo.
Una vez cometido el crimen, y ante la necesidad de deshacerse de la evidencia y el cuerpo del hombre que ella ‘sospechaba’ le había sido infiel, decidió descuartizarlo, para abandonar la evidencia ‘fragmentada’, repartiendo los restos del hombre por varios sectores de la capital mexicana, las cuales fueron dejadas en bolsas de basura.
No obstante, según refieren medios locales, el hedor desprendido de estas puso en alerta a los habitantes aledaños de los lugares donde fueron abandonadas, quienes al percatarse de la anomalía, decidieron dar parte a las autoridades policiales, quienes a su vez emprendieron la ingente investigación que, años después les permitió revelar la verdad, y que gracias a Medicina Legal pudo determinar que se trataba de los restos mortales del hombre, quien sostenía una relación sentimental con la psicóloga.
Precisamente, según detallan medios locales, en el marco de la investigación, que condujo al allanamiento de la casa de la psicóloga, los efectivos policiales también pudieron evidenciar que, pese a que la mujer se había deshecho de la mayoría de las partes del cuerpo del hombre, aún mantenía en su poder algunas partes importantes y claves para la identificación de este, tales como sus manos y su cráneo.
Como parte de la investigación, las autoridades también pudieron establecer que el asesinato de este hombre había sido el resultado de una estrategia plenamente meditada por la mujer, quien decidió actuar en contra de su pareja, que para la época tenía 41 años, luego de evidenciar una conversación comprometedora en su teléfono celular.
Así, la mujer determinó que debía hacerlo consumir un potente medicamento conocido como benzodiacepina, con el que lo dopó, para posteriormente proceder con el descuartizamiento.
En el marco de la investigación, también trascendió que la víctima y su victimaria se habían conocido luego de que el hombre acudiera a una cita psicológica en 2011 con la especialista, la cual tenía como objetivo un tratamiento que se adelantaba para la hija del hombre, encuentros que sirvieron como base para la construcción de una amistad y posterior relación, la cual ya se había extendido por varios años.
Tras sentirse descubierta, la mujer intentó evadir a las autoridades advirtiendo un desequilibrio mental,y solicitando entonces ser internada en un sitio especializado para pacientes de salud mental, lugar del que las autoridades determinaron debía salir, para posteriormente condenarla a purgar una pena carcelaria de 46 años, al ser hallada responsable de homicidio culposo con el agravante de parentesco calificado, e irrespeto cadáveres o restos humanos.