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Austria impone de nuevo cuarentena y lanza pruebas a toda su población
El país volverá al confinamiento por tres semanas y el gobierno asegura que comenzará a hacer test masivos para que los austriacos puedan encontrarse en Navidad.
Austria prevé realizar “test masivos” para detectar el coronavirus y ayudar a trazar una salida del segundo confinamiento, que entrará en vigor la semana que viene, anunció el domingo el canciller Sebastian Kurz. Kurz dijo en la televisión pública ORF que Austria “decidió dar un paso similar”, en referencia al controvertido programa de test masivos en la vecina Eslovaquia.
En Eslovaquia, dos tercios de la población fueron sometidos a pruebas hace dos semanas, y poco más del 1% dio positivo. El domingo, Kurz indicó que los test masivos podrían ayudar al país a reabrir en diciembre. Un confinamiento parcial fue impuesto hace dos semanas en Austria, pero no se logró frenar la propagación del virus, por lo que el canciller anunció el sábado un refuerzo de las restricciones, incluido el cierre de escuelas y tiendas, a partir del martes y hasta el 6 de diciembre y urgió a los austriacos a evitar los contactos sociales.
“Queremos desplegar test masivos al final del confinamiento para permitir una reapertura segura en escuelas y otras áreas”, dijo Kurz. En primer lugar los test se centrarían en grupos como los profesores, agregó, e insinuó que el programa podría ampliarse a otros sectores de la población de cara a una Navidad lo más segura posible.
“Sabemos que para mucha gente es importante poder celebrar de una manera medianamente decente con al menos un pequeño número de sus seres queridos”, continuó el canciller. La próxima semana se conocerán más detalles del programa, indicó. Austria, de 8,8 millones de habitantes, registró unas 1.829 muertes por el virus desde el inicio de la pandemia.
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Un mundo temeroso
Más de 1,3 millones de personas han muerto en el mundo por el nuevo coronavirus, que obligó este sábado a varios países europeos a anunciar que volverán a cerrar escuelas, al igual que en Nueva York. Al menos 1.305.039 muertes, de 53,4 millones de casos de nuevo coronavirus, han sido declaradas en el mundo, según un recuento realizado por la AFP a partir de fuentes oficiales el sábado.
Estados Unidos, con 245.574 fallecidos, es el país más enlutado, por delante de Brasil (186.658), India (129.188), México (98.259) y Reino Unido (51.304). Europa, con 284.000 nuevos casos diarios, es la región donde el virus se propaga más rápidamente.
Austria y Grecia anunciaron el sábado que cerrarán escuelas, mientras que el primer ministro francés, Jean Castex, advertía que hay que prepararse para convivir con el virus durante “mucho tiempo”. Pero el cansancio de las poblaciones aumenta.
En Portugal, donde ya impera un toque de queda nocturno, a partir de este fin de semana también se instaura un toque de queda de fin de semana para el 70% de la población. Unas 500 personas desafiaron las prohibiciones para llevar a cabo una “Marcha por la libertad” en Lisboa.
“La pandemia está ahí, tenemos que protegernos, pero sin matar la economía”, pedía Carla Torres, de 33 años, mientras desfilaba. En Alemania, donde hay manifestaciones contra las restricciones desde hace semanas, centenares de personas volvieron a desfilar en Fráncfort y otras ciudades. La policía tuvo que utilizar cañones de agua para dispersar a algunos manifestantes.
Vea en infografía: el proceso de la vacuna
El Consejo General del Colegio de Médicos español pidió por su parte la dimisión del coordinador sanitario del gobierno, Fernando Simón, “por su incapacidad manifiesta y prolongada a lo largo de la evolución de la pandemia por covid-19”. España, puesta como ejemplo al término de la primera ola del coronavirus por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya cuenta más de 40.000 muertos, y tiene algunos de los peores indicadores del Viejo Continente.
Simón provocó indignación entre los médicos al restar importancia a los casos de covid-19 en la profesión.
Pacientes en coches
La ciudad italiana de Nápoles, donde se han producido protestas, pasó a “zona roja”. Los hospitales están desbordados, y algunos pacientes son directamente atendidos en sus coches. En un clima de angustia, en especial entre sectores como el pequeño comercio, obligado a cerrar puertas en la inmensa mayoría de países europeos, la esperanza pasa por la llegada cuanto antes de una vacuna.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) prevé dar su visto bueno a una primera vacuna contra el nuevo coronavirus “de aquí a finales de año” para una distribución “a partir de enero”, precisó el sábado su director, Guido Rasi. Mientras Europa recrudece las restricciones, América Latina y el Caribe, que acumula más de 421.00 fallecidos y roza los 12 millones de contagios, inició recientemente el levantamiento progresivo de medidas en algunos países, como Chile, que ha anunciado la reapertura de su frontera a extranjeros tras ocho meses de cierre.
México, dónde en muchos estados la pandemia vuelve a repuntar, superó el sábado el millón de contagios. “La epidemia está muy activa, visto por los repuntes, tanto oficiales como los que registran los clínicos en atención de los pacientes (…) Probablemente todavía nos falte ver lo peor”, dijo a la AFP Alejandro Macías, excomisionado nacional contra la pandemia de influenza AH1N1 en 2009.
El número de contagios en el resto de continentes sigue aumentando, salvo en Oceanía. Pero es sobre todo en Estados Unidos donde la situación es más alarmante: cerca de una de cada cinco muertes ha tenido lugar en este país, el más enlutado del mundo. En Nueva York, la ciudad estadounidense más afectada durante la primavera boreal, la tasa de test positivos --que permaneció un tiempo cerca del 1%-- aumenta ahora diariamente y el viernes superó, por primera vez, el umbral crítico del 3%.
El alcalde Bill de Blasio, que a finales de septiembre reabrió las escuelas públicas siguiendo un modelo semipresencial, instó a los padres de alumnos a “prepararse” para su cierre el lunes.
Sin confinamiento a la vista
Con más de 23.000 muertos registrados en la metrópolis, aún está muy vivo el recuerdo de los camiones morgue y las tiendas erigidas delante de los hospitales en marzo y abril. “Tendremos que cerrar todo”, advirtió el viernes Michael Mina, epidemiólogo de Harvard. “Y si no cerramos todo o buscamos alguna otra salida, la festividad de Acción de Gracias conducirá a otra explosión masiva de casos”.
El presidente estadounidense, Donald Trump, contrario a los confinamientos, que deciden los gobernadores en cada Estado, insiste que la solución pasa por distribuir cuanto antes las primeras dosis de una vacuna.
Esa distribución, para las personas en situación de riesgo, podría llegar en “cuestión de semanas”, dijo Trump el viernes.
En medio del optimismo por las noticias prometedoras de una vacuna contra el covid-19, la desconfianza de la población hacia la inmunización podría socavar el producto más eficaz, advirtió la división de inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tras el anuncio de Pfizer y BioNTech del desarrollo de una vacuna “eficaz en un 90%”, queda por saber si los países pobres tendrán acceso al producto. El director de la OMS llamó a que cualquier “avance científico” beneficie a todos los países rápidamente.
*Texto de AFP.