| Foto: losandes.com.ar

MUNDO

Una carta que reivindica las jóvenes asesinadas en Ecuador

"Ayer me mataron", un mensaje que se hace viral en las redes sociales y que anima a levantar la voz contra la violencia de género.

3 de marzo de 2016

Un asesinato escandaliza a Latinoamérica. Dos jóvenes argentinas que viajaban como mochileras por Ecuador y que habían sido vistas por última vez el 22 de febrero fueron halladas muertas en Montañita, una localidad turística cerca de la ciudad de Guayaquil.

Los cuerpos de Marina Menegazzo (21 años) y María José Coni (22) fueron encontrados abandonados. Un caso que, de momento, ha derivado en la detención de dos hombres que fueron presentados a las autoridades.

Según la versión ecuatoriana, los detenidos conocieron a las chicas y las llevaron a una casa donde supuestamente cometieron los homicidios, pero los familiares han puesto en duda la versión de lo ocurrido que han dado en ese país y han apuntado la hipótesis de las jóvenes pudieron ser víctimas de una red de trata de personas.

El presidente Rafael Correa, por su parte, ha manifestado que este es "un tema de profunda humanidad" y dijo que pasó el domingo "pegado al teléfono, preguntando cómo van las cosas".

Comentó que una de sus hijas tiene 22 años y le gusta viajar como mochilera, al igual que hacían las turistas argentinas. "Que un miserable le haga algo a mi hija" como "le hicieron a esas chicas...usted no reaccionaría de la misma manera?", preguntó.

El mandatario pidió "un poquito de decencia y un poquito de respeto para el dolor humano" al considerar "triste" la forma en que "han manejado la noticia ciertos medios de comunicación" que han tratado de hacer "politiquería" con este caso.

Al mismo tiempo, en las redes sociales hace carrera una carta que una estudiante de Ciencias de la Comunicación de Paraguay, escribe y comparte en su muro. La joven invita a levantar la voz contra el machismo y la violencia hacia las mujeres.

Ayer me mataron, se titula el texto que escribió Guadalupe Acosta y que ha sido compartido más de medio millón de veces. Para ella, como si no fuera suficiente el escabroso hecho, ahora las jóvenes deben cargar con "la humillación" que ha llegado por cuenta del tratamiento que se le ha dado al caso: "¿Qué ropa tenías? ¿Por qué andabas sola? ¿Cómo una mujer va a viajar sin compañía? Te metiste en un barrio peligroso, ¿qué esperabas?"

El caso ha despertado no sólo las alarmas sino también la indignación. Mientras los familiares ponen en duda la versión oficial y piden que se esclarezcan los hechos, miles de cibernautas cuestionan los comentarios que se han hecho del caso.

Semana.com reproduce el texto completo:

Ayer me mataron.

Me negué a que me tocaran y con un palo me reventaron el cráneo. Me metieron una cuchillada y dejaron que muera desangrada.

Cual desperdicio me metieron a una bolsa de polietileno negro, enrollada con cinta de embalar y fui arrojada a una playa, donde horas más tarde me encontraron.

Pero peor que la muerte, fue la humillación que vino después.

Desde el momento que tuvieron mi cuerpo inerte nadie se preguntó dónde estaba el hijo de puta que acabo con mis sueños, mis esperanzas, mi vida.

No, más bien empezaron a hacerme preguntas inútiles. A mí, ¿Se imaginan? una muerta, que no puede hablar, que no puede defenderse.

¿Qué ropa tenías?

¿Por qué andabas sola?

¿Cómo una mujer va a viajar sin compañía?

Te metiste en un barrio peligroso, ¿Qué esperabas?

Cuestionaron a mis padres, por darme alas, por dejar que sea independiente, como cualquier ser humano. Les dijeron que seguro andábamos drogadas y lo buscamos, que algo hicimos, que ellos deberían habernos tenido vigiladas.

Y solo muerta entendí que no, que para el mundo yo no soy igual a un hombre. Que morir fue mi culpa, que siempre va a ser. Mientras que si el titular rezaba fueron muertos dos jóvenes viajeros la gente estaría comentando sus condolencias y con su falso e hipócrita discurso de doble moral pedirían pena mayor para los asesinos.

Pero al ser mujer, se minimiza. Se vuelve menos grave, porque claro, yo me lo busqué. Haciendo lo que yo quería encontré mi merecido por no ser sumisa, por no querer quedarme en mi casa, por invertir mi propio dinero en mis sueños. Por eso y mucho más, me condenaron.

Y me apené, porque yo ya no estoy acá. Pero vos si estas. Y sos mujer. Y tenes que bancarte que te sigan restregando el mismo discurso de "hacerte respetar", de que es tu culpa que te griten que te quieran tocar/lamer/ chupar alguno de tus genitales en la calle por llevar un short con 40 grados de calor, de que vos si viajas sola sos una "loca" y muy seguramente si te paso algo, si pisotearon tus derechos, vos te lo buscaste.

Te pido que por mí y por todas las mujeres a quienes nos callaron, nos silenciaron, nos cagaron la vida y los sueños, levantes la voz. Vamos a pelear, yo a tu lado, en espíritu, y te prometo que un día vamos a ser tantas, que no existirán la cantidad de bolsas suficientes para callarnos a todas.

*Con información de EFE