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Bashar al Asad, presidente de Siria, pide a la ONU ayudas para las víctimas del terremoto
El cuestionado mandatario del país árabe solicitó ayuda internacional para los ciudadanos de su país, que se encuentra totalmente aislado del mundo occidental desde la guerra civil que azota la nación desde 2011.
El presidente sirio, Bashar al Asad, hizo -este lunes- un llamado a la ayuda internacional para reconstruir las regiones de su país destruidas por el sismo, en un encuentro con el coordinador del rescate de urgencia de la ONU, anunció la presidencia.
Siria se encuentra aislada en la escena diplomática internacional desde el inicio de la guerra desencadenada por la violenta represión de un levantamiento popular contra el poder en 2011. Este aislamiento complica los esfuerzos internacionales para llevar ayuda a las víctimas del sismo del 6 de febrero.
El presidente Asad “subrayó la importancia de los esfuerzos internacionales tendientes a ayudar en la reconstrucción de las infraestructuras en Siria”, según un comunicado de la presidencia. Martin Griffiths, secretario general adjunto de la ONU para los asuntos humanitarios, también se entrevistó en Damasco con el jefe de la diplomacia siria Fayçal Moqdad.
Viajó antes a Alepo, ciudad del norte de Siria bajo control gubernamental, donde el sismo dejó a más de 200.000 personas sin techo, según la Organización mundial de Salud. El sismo causó más de 35.000 muertos en ambos países, de los cuales más de 3.500 en Siria, donde 5,3 millones de personas, según la ONU, pueden quedarse sin techo.
Reunión de la ONU
Esta noticia llega a la par de que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne a puerta cerrada este lunes para abordar formas de impulsar la asistencia humanitaria a Siria después del terremoto, en medio de crecientes llamados para abrir nuevos cruces fronterizos para entregar ayuda en el noroeste del país.
Durante esta reunión privada solicitada por Suiza y Brasil, a cargo de este expediente, el jefe humanitario de la agencia de la ONU Martin Griffiths, que este fin de semana estuvo en Turquía y Siria, presentará un balance de la situación a los miembros del Consejo. Pero ya antes de esta reunión, su mensaje fue claro.
“Hasta ahora le hemos fallado a la gente en el noroeste de Siria. Con razón se sienten abandonados” al ver que la ayuda no llega, dijo Griffiths el domingo en Twitter. “Nuestra obligación es corregir esta falla lo más rápido posible”, señaló.
Antes del terremoto, casi toda la ayuda humanitaria crucial para las más de cuatro millones de personas que viven en las áreas controladas por los rebeldes en el noroeste de Siria se entregaba desde Turquía a través del cruce de Bab al Hawa.
Esto es gracias a un mecanismo transfronterizo creado en 2014 por una resolución de la ONU, impugnada por Damasco pero también por Moscú, un miembro permanente del Consejo de Seguridad con poder de veto, que ha buscado en los últimos años reducir el número de cruces de cuatro a uno. La entrega de ayuda a través de Bab al Hawa fue interrumpida por el terremoto, pero desde entonces se ha reanudado y se están multiplicando los llamados para abrir otros puntos.
“Las poblaciones de las áreas afectadas cuentan con nosotros (...) Debemos votar de inmediato una resolución para atender el llamado de la ONU para autorizar la apertura de nuevos puntos de cruce fronterizo para entregar ayuda humanitaria”, dijo la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, en un comunicado el domingo, refiriéndose a dos puntos de cruce adicionales.
“No hemos comenzado a discutir una resolución, pero estoy segura de que lo haremos”, indicó el lunes la embajadora de Malta, Vanessa Frazier, quien preside el Consejo en febrero. “Estamos haciendo nuestro trabajo”, dijo, cuando se le preguntó sobre las críticas al Consejo por su lentitud.
“No tiene sentido que nos reunamos sin la información” proveniente de expertos en el terreno, agregó Frazier, retomando el argumento de Suiza y Brasil, quienes la semana pasada indicaron que querían escuchar a Griffiths antes de discutir el tema.
Con información de AFP.