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Benjamin Netanyahu ha afirmado su compromiso de “aplastar y destruir” a Hamás; sus fuertes advertencias prevén una escalada de violencia aún mayor
Hamás inició el ataque a Israel el 7 de octubre, asesinando a, por lo menos, 260 personas en un festival de música que se llevaba a cabo en el sur del país.
En medio de la fuerte tensión militar en la que se encuentra Israel tras haber declarado el estado de guerra en la mañana del sábado pasado 7 de octubre, el primer ministro de esa nación, Benjamín Netanyahu, ha dejado claro que cada integrante de Hamás se ha convertido en objetivo para todas las fuerzas de defensa de Israel.
Entrando en el quinto día consecutivo del estado de guerra contra Hamás, el mandatario israelí aseveró que cada uno de los miembros del grupo terrorista islámico es “hombre muerto”, enfatizando en su fuerte postura antiterrorista, que ha quedado en evidencia con la contraofensiva que se ha realizado desde territorio israelí hacia las posiciones de Hamás en la Franja de Gaza.
No obstante, Netanyahu, durante una declaración a la prensa este miércoles, fue más allá, al hacer la promesa a nivel nacional e internacional de “aplastar y destruir” a todos los militantes de Hamás, señalando su responsabilidad en la decapitación de soldados y violación de mujeres israelíes.
Una promesa que podría aumentar el conflicto
A pesar de que existan algunos vacíos para confirmar las atrocidades expuestas por Netanyahu, específicamente sobre la violencia contra las mujeres israelíes, a través del canal de Telegram de Hamás se ha divulgado una serie de imágenes y videos muy sensibles, en los que se confirma la severidad de la tortura a la que han sido sometidos algunos soldados hebreos.
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De igual forma, el anuncio del Ejecutivo israelí de bloquear el suministro de alimentos, medicamentos, agua y energía eléctrica, se cumplió en las últimas horas. Esto demuestra la veracidad de las palabras de Israel al momento de cumplir sus advertencias. Ello, con el fin de presionar a Hamás para que desista de atacar al Estado hebreo.
De cualquier manera, estos bloqueos también los sufren los más de 2.3 millones de gazatíes.
Como si se hubiese tratado de una premonición, durante la semana pasada, la ONU compartió un documento en el que se instaba a Palestina y a Israel a moderar sus palabras, con el fin de mitigar los impactos que un lenguaje provocador podría tener.
Aun así, el llamado de la organización no se ha tomado en cuenta, en medio de la declaración del estado de guerra por parte de Israel.
Junto a Benjamín Netanyahu, el exministro de Defensa de Israel Benny Gantz aseveró: “Es hora de la guerra”, en medio de las crecientes tensiones entre Hamás y el ejército hebreo, las cuales han dejado como resultado, hasta el momento, la muerte de 2.300 personas entre ambos bandos.
1.200 corresponden a soldados y civiles israelíes, y más de 1.100 a palestinos, según los últimos informes oficiales por parte del Ejército de Israel y el Ministerio de Salud de Gaza.
Las alianzas no bajan la guardia
Estados Unidos, junto a Francia, Italia, Alemania y Reino Unido, declararon al unísono el apoyo que le brindarían a Israel en caso de ser necesario para afrontar la guerra contra Hamás. Incluso, se espera la llegada del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a Tel Aviv en las próximas horas, para demostrar la intención de Washington de ayudar.
Por otro lado, Hamás cuenta con el apoyo del régimen islámico de Irán, a la cabeza de su líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, quien no dudó en aplaudir el ataque terrorista de las milicias radicales contra Israel.
Asimismo, los talibanes en Afganistán, los hutíes en Yemen, el grupo armado de Hezbolá en Líbano y algunas comunidades musulmanas alrededor del mundo respaldan las acciones de Hamás, en donde quienes más han sufrido sus atrocidades han sido las comunidades civiles tanto de la Franja de Gaza como las israelíes.