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Biden llama a Netanyahu para felicitarlo por su victoria electoral en Israel

Los partidos afines a Netanyahu lograron 65 de las 120 curules de la Knesset o Parlamento israelí en las elecciones del 1 de noviembre y todo apunta a que formarán un nuevo gobierno esta misma semana.

8 de noviembre de 2022
Imagen de archivo de encuentro en 2016 de los dos líderes.
Fuentes del partido Likud de Netanyahu informaron a la prensa israelí de la llamada, en la que Biden ha reiterado el “incuestionable” apoyo de su gobierno a Israel. | Foto: AFP

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sostuvo este lunes una conversación telefónica con el exprimer ministro israelí Benjamín Netanyahu para felicitarlo por la victoria obtenida en las elecciones del pasado 1 de noviembre.

Fuentes del partido Likud de Netanyahu informaron a la prensa local de la llamada, en la que Biden ha reiterado el “incuestionable” apoyo de su gobierno a Israel.

Netanyahu, por su parte, afirmó que juntos pueden “traer más acuerdos de paz históricos” y ha destacado que la relación entre Estados Unidos e Israel es “tan fuerte como siempre”.

Los partidos afines a Netanyahu lograron 65 de los 120 escaños de la Knesset o Parlamento israelí en las elecciones del 1 de noviembre y todo apunta a que formará un nuevo gobierno esta misma semana con el apoyo de partidos religiosos de extrema derecha como Shas, Judaísmo Unido de la Torá o Sionismo Religioso.

Fuentes estadounidenses afirmaron, sin embargo, discretamente su preocupación por la posible inclusión en el Ejecutivo del partido Otzma Yehudit, Poder Judío, y su líder, Itamar Ben Gvir, situado en el extremo más radical del espectro político de la derecha israelí, según ha indicado el diario ‘The Times of Israel’.

Netanyahu, el ave fénix que vuelve al poder de Israel

Inestabilidad es lo que se ha pregonado en Israel en materia política durante los últimos tiempos. En los cuatro años anteriores, el país ha enfrentado cinco elecciones parlamentarias distintas, todo porque sus dirigentes no han sabido formar Gobierno y calmar las aguas. El mismo Netanyahu se había visto obligado a dejar el puesto en 2021 en medio de grandes divisiones y acusaciones de corrupción.

Pero sus sucesores, Neftalí Bennett y Yair Lapid, no supieron tampoco dirigir el país hacia rumbos más tranquilos. En el caso del primero, llegó al poder en una coalición inédita entre la derecha, la izquierda y una formación árabe, algo que sorprendió. Además, acordó que Lapid fuera su ministro de Relaciones Exteriores. Pero el sueño se terminó en abril, cuando la coalición se derrumbó y se anunció la disolución del Parlamento.

El centrista Lapid fue encargado de asumir el cargo hasta las elecciones del primero de noviembre, en las que el mismo primer ministro se presentó. Pero una contundente victoria del partido de derecha Likud, de Netanyahu, le permitió volver al poder tras a poco más de un año de haberse ido del cargo. El partido de Gobierno llegó al 13 por ciento de las votaciones, mientras que el ganador alcanzó el 24 por ciento. Si bien perdieron escaños, es suficiente para un triunfo destacado.

“Hablé esta noche con el presidente de la oposición, Benjamín Netanyahu, y lo felicité por su victoria en las elecciones. El Estado de Israel está por encima de toda consideración política y le deseo éxito (...) por el bien del pueblo”, afirmó Yair Lapid, mandatario actual, a través de sus cuentas de redes sociales, asumiendo la derrota de su partido en las urnas.

“Me gustaría agradecer a los ciudadanos de Israel por su tremendo apoyo. Juntos trajimos una gran victoria al Estado de Israel. Muchas gracias desde el fondo de mi corazón”, declaró Netanyahu al ser declarado ganador. Además, con los resultados parlamentarios, los israelíes podrían tener el Gobierno más derechista de su historia: el bloque aliado al ex primer ministro será de 62 escaños, mientras que los cercanos a Lapid llegaron a 53.

Netanyahu dirigió el país desde 1996 hasta 1999 y luego desde 2009 a 2021, siendo el mandatario que más tiempo ha estado al frente de la nación en su historia. Pero no ha sido una figura que esté lejos de la polémica. Las acusaciones de corrupción hicieron que también perdiera buena parte del apoyo del electorado, mientras que sus seguidores niegan cualquier denuncia y alaban su larga gestión.

Con el mandatario israelí no hay puntos medios, o se le alaba o se le odia. Es tal la magnitud que tiene en la política de su país, que el conflicto con los palestinos, el programa nuclear iraní o la situación económica han pasado a un segundo plano. Todo gira en torno al patriarca que vuelve al poder, pero sus votantes no dudan de su capacidad de poder darles una vuelta a todos los problemas de Israel.

Con información de Europa Press