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Blinken cree que el bloqueo ruso de alimentos puede ser un “factor” en crisis en Sri Lanka
Sri Lanka está a la deriva tras la huida de su presidente y primer ministro.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo este domingo que el bloqueo a las exportaciones de granos de Ucrania impuesto por Rusia puede haber contribuido a los disturbios en Sri Lanka y expresó su temor de que esto pueda generar otras crisis.
“Estamos viendo el impacto de esta agresión rusa en todos lados. Puede haber contribuido a la situación en Sri Lanka, estamos preocupados por las implicaciones en todo el mundo”, les afirmó Blinken a los periodistas.
El responsable estadounidense reiteró su llamado para que Rusia deje salir los 20 millones de toneladas de grano de Ucrania, que Moscú invadió en febrero.
“Constatamos en todo el mundo una inseguridad alimentaria creciente que se ha visto exacerbada de forma considerable con la agresión de Rusia contra Ucrania”, declaró.
Sri Lanka atraviesa una profunda crisis económica y política debido a la escasez de comida, medicamentos y carburante.
El sábado, una multitud irrumpió en el palacio presidencial en Colombo, lo que obligó al mandatario Gotabaya Rajapaksa a huir y a anunciar que dejará el cargo la semana que viene.
Incertidumbre en ese país tras la huida del presidente
Los manifestantes que exigen la dimisión del presidente de Sri Lanka se niegan a dejar el palacio presidencial este domingo, 10 de julio, después de que la víspera irrumpieran en la residencia, obligando al mandatario a huir y anunciar su renuncia esta semana.
Los dramáticos acontecimientos del sábado 9 de julio fueron la culminación de una ola de protestas en esta isla, ubicada frente a la costa sur de India y sumida en una crisis económica y política sin precedentes, que los manifestantes atribuyen a la gestión del presidente Gotabaya Rajapaksa.
Cientos de miles de personas se congregaron en la capital, Colombo, para exigir que Rajapaksa asuma su responsabilidad por la escasez de medicinas, comida y combustible que llevaron a un país relativamente próspero al caos.
Tras irrumpir en el palacio presidencial, que data de la era colonial, la multitud recorrió las ostentosas habitaciones, algunos saltaron a la piscina y revisaron el armario y las pertenencias de Rajapaksa.
Las tropas dispararon al aire para permitir que el mandatario escapara y luego Rajapaksa abordó un buque de la armada que lo llevó fuera de la isla.
Desde allí, el mandatario de 73 años se ha aferrado al poder, pese a la ola de violencia que dejó varios muertos en mayo y que obligó a renunciar a su hermano Mahinda Rajapaksa, que ejercía como primer ministro.
Pero, finalmente, Gotabaya Rajapaksa tiró la toalla. Por la noche, el presidente del Parlamento anunció por televisión que, “para garantizar una transición pacífica, el presidente dijo que presentaría su renuncia el 13 de julio”.
Heridas de bala
El despacho de Rajapaksa, situado en la línea costera, también fue tomado por los manifestantes y otro grupo le prendió fuego a la residencia del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, pese a que este también anunció su renuncia.
Las imágenes publicadas en redes sociales muestran a una turba aplaudiendo el incendio, que se produjo poco después de que las fuerzas de seguridad atacaran a varios periodistas.
Más temprano, las fuerzas de seguridad intentaron dispersar a las inmensas multitudes congregadas en el distrito administrativo, lo que generó disturbios.
Entre los pacientes admitidos hay siete periodistas heridos. “Hay una persona que todavía sigue muy grave tras recibir un impacto de bala”, le dijo la portavoz, Pushpa Soysa, a la AFP.
Poco después de la medianoche, el general Shavendra Silva hizo un llamado a la calma. “Existe una oportunidad para resolver la situación de crisis de una forma pacífica y que sea constitucional”, dijo Silva en un breve discurso en la televisión.
Estados Unidos urgió a los líderes de Sri Lanka a actuar “rápidamente” para buscar soluciones a largo plazo.