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Lula da Silva y Jair Bolsonaro
Lula da Silva y Jair Bolsonaro se enfrentaron en un último debate televisado. | Foto: REUTERS Fotomontaje SEMANA

Brasil

Bolsonaro acusa a Lula de “mentiroso y traidor”: insultos marcan último debate presidencial en Brasil

La cadena TVGlobo enfrentó por última vez en un debate, antes de las elecciones de este domingo, a Jair Bolsonaro con Luis Inácio Lula da Silva, favorito según las encuestas para ganar en primera vuelta.

30 de septiembre de 2022

A tres días de las elecciones presidenciales en Brasil, Jair Bolsonaro y Luis Inácio Lula da Silva se midieron en un último y encendido debate televisado por la cadena TVGlobo para conquistar a los indecisos de la que es considerada una de las elecciones más polarizadas del país en décadas.

Pocos minutos después de comenzar el debate, el líder ultraderechista aseguró que Lula es el “jefe de una pandilla”, a lo que el exlíder sindical se defendió diciendo que “lo mínimo que se espera en un debate es que el actual presidente tenga seriedad y honestidad. Viene a decir que armé una pandilla cuando él montó una ‘rachadinha’ (esquema de corrupción en el Parlamento). Necesita mirarse al espejo”.

Lula fue más allá y en otra de sus intervenciones aseguró que el pueblo “enviará a la casa el 2 de octubre a Bolsonaro. “Si soy elegido, emitiré un decreto para poner fin a tu secretismo de 100 años. ¡Queremos saber qué escondes!”.

En medio de un ambiente tenso, el expresidente y el actual mandatario se trenzaron en más insultos: mientras Bolsonaro tildó a su contendor de “mentiroso y traidor”, Lula salió al paso respondiendo que resultaba “insano que un presidente actuara de esa forma, mienta menos”, le increpó.

Enseguida, Bolsonaro revivió una vieja polémica según la cual Lula habría estado involucrado en la muerte de un dirigente del Partido de los Trabajadores, hecho que ya fue esclarecido por la justicia y que no involucró a Lula.

De ahí que el líder de la izquierda, firme candidato según las encuestas a llegar al primer cargo de la Nación, respondió: “No se puede vivir con alguien tan duro como Bolsonaro. ¿Vienes a culparme por la muerte de alguien? Sé responsable, tienes una hija de 10 años, la gente ya no permite tus mentiras”.

El debate es el último en medio de una carrera por la Presidencia que enfrenta a un populista nacionalista con una agenda respaldada por conservadores cristianos contra un exlíder sindical y presidente del país durante dos mandatos (2003-2010) que fue encarcelado por corrupción hasta que se anularon sus condenas.

Justo este jueves, el expresidente brasileño, de 76 años, que aspira por sexta vez a convertirse en presidente, subió al 48 % de la intención de voto, manteniendo así la posibilidad de ganar en la primera vuelta de este domingo.

Lula subió un punto con respecto a la última encuesta del Instituto Datafolha, divulgado hace una semana. En tanto, el actual mandatario de los brasileños pasó del 33 % al 34 % en el mismo período.

El candidato del opositor Partido de los Trabajadores (PT) necesitaría recibir más del 50 % de los votos para convertirse por tercera vez en mandatario. De no lograrse ese resultado, se realizaría una segunda vuelta, este 30 de octubre.

Precisamente, el sondeo de Datafolha, que escuchó a 6.800 electores en 332 ciudades entre el martes y este jueves, mostró también que en una eventual segunda vuelta la intención de voto para Lula es del 54 %, frente al 39 % de Bolsonaro.

Según la firma encuestadora, su más reciente medición mantiene al candidato del PT con posibilidades de ser elegido sin necesidad de segunda vuelta.

Ese mismo sondeo arroja que el 52 % de los electores brasileños no votaría por Bolsonaro de ninguna forma y un 39 % dice lo propio frente a Lula.

El actual mandatario busca la reelección contando principalmente con el voto evangélico y empresarial, pero los números parecen en su contra y sería derrotado en primera vuelta.

Mientras Bolsonaro define la actual campaña electoral como una batalla entre el “bien y el mal”, señalando que la vuelta de Lula instalaría el “comunismo” en Brasil, Lula promete restaurar los logros sociales para las clases más vulnerables que caracterizaron su gobierno.