GRAN BRETAÑA
Brexit: el nuevo líder de la política mundial
Dos de los políticos más impopulares en la historia del Reino Unido se enfrentan en unas elecciones que pueden dar luz verde al brexit de una vez por todas o frenarlo. ¿Triunfará lo inesperado? ¿Pasará lo predecible?
Boris Johnson se juega el todo por el todo con los comicios del 12 de diciembre, conocidos también como “las elecciones del brexit”. Arriesga su puesto de primer ministro convencido de que su partido logrará una victoria aplastante. Aunque ese parece ser el caso, nada está escrito. En parte porque Johnson, pese a solo llevar cuatro meses en el cargo, es uno de los primeros ministros más impopulares en la historia del reino. ¿Le saldrá el tiro por la culata?
Según expertos, ganará quien logre capitalizar el voto del brexit, pues para el 68 por ciento de los británicos esa es la prioridad, según las últimas encuestas (YouGov). Por eso estas elecciones tienen la capacidad de detonar efectos radicalmente opuestos. Pueden fortalecer políticamente a Johnson, y así lograr que concrete su principal promesa de lograr el divorcio de Gran Bretaña de la Unión Europea. O, dejarlo por fuera del tablero político y, de paso catapultar al poder a Jeremy Corbyn, líder del partido Laborista. Si eso pasa, el rol del estado en la sociedad británica cambiaría, pues impondría su agenda basada en la redistribución de la riqueza, y la nacionalización de las industrias., algo para lo que nadie está preparado. En otras palabras regresar al pasado.
El líder del Partido Laborista de la oposición, Jeremy Corbyn, “reescribirá las reglas de la economía” y hará un segundo referéndum sobre el brexit.
El primer ministro Boris Johnson, apodado “el Donald Trump británico” por su carácter errático e impulsivo, fue uno de los promotores del brexit.
Las encuestas muestran al Partido Conservador de Johnson con una sólida ventaja de hasta 12 puntos. Pero eso nada garantiza. En 2017, cuando la entonces primera ministra Theresa May llamó a elecciones anticipadas, las encuestas de opinión le daban 25 puntos de delantera. Entonces pasó lo inesperado y perdió la mayoría parlamentaria. El resultado cayó como un baldado de agua fría a los tories (conservadores) que nunca le perdonaron a May su error de cálculo. Hoy todos se preguntan si el 12 de diciembre la historia se repetirá.
Esta vez hay más en juego, pues los británicos deberán decidir entre dos opciones radicales. El partido Conservador y el partido Laborista, que alguna vez representaron la centro derecha y la centro izquierda cada vez se distancian más en el espectro político. Y, la opinión pública está más polarizada que nunca frente al brexit. De hecho, según la última encuesta de Deltapoll si hoy tuviera lugar un referendo para el Brexit, el 44 por ciento de los ciudadanos votaría por quedarse, otro 44 votaría por irse, y el resto no sabe qué haría.
Johnson propone un brexit duro, que según muchos analistas detonará una declive económica. Al eliminar las ventajas de la Unión Europea, las nuevas tarifas alzarán los costos de exportación. Eso perjudicará a los exportadores ya que sus productos se volverán más caros en Europa.Los precios de las exportaciones de Europa al Reino Unido también aumentarán, lo que es especialmente grave ya que un tercio de la comida del Reino Unido viene de Europa. La disminución en la calidad de vida de los británicos parece una consecuencia inevitable. Además, un brexit duro eliminará 5000 empleos en Londres, según cifras estatales. Eso, sin contar las repercusiones humanitarias de familias que ahora estarán separadas por fronteras.
En palabras del mismo Jeremy Corbyn sus propuestas constituyen “el plan más ambicioso y radical para transformar a Reino Unido en décadas”. El partido propone nacionalizar las vías férreas, las compañías de agua, el Royal Mail (la empresa de servicio postal del Reino Unido), las compañías energeticas, y los servicios de internet. Para financiar este amplio programa de nacionalización pretende subir los impuestos a los ricos en 83 mil millones de libras esterlinas al año (107 mil millones de dólares). La arriesgada estrategia del laborismo fue aislar al brexit de la campaña, y tratarlo como un asunto separado. Por ello es improbable que Corbyn gane.
Además, el punto a favor de Johnson contra Corbyn es que, aunque ambos son altamente impopulares, al menos el premier se mantiene popular entre su propia base (es decir los votantes del “leave”, a favor del brexit), mientras que el laborista es incapaz de aglomerar a los votantes del “remain” en la misma proporción.
A eso se suma que, hasta ahora Johnson ha capitalizado el voto del Brexit. Como le dijo a SEMANA D.Roderick Kiewiet, profesor de ciencia política de la Universidad de Caltech, “además del 40 por ciento de los votantes que quieren Brexit, hay muchos a quienes realmente no les importa, y solo quieren dejar el asunto atrás. Ellos ven a Johnson como la persona más apropiada para hacer eso. Además, ha logrado persuadir. Los partidarios del partido brexit emitirán sus votos a los tories”.
Oportunismo insensible de Johnson
Boris Johnson recibió críticas por tratar de capitalizar el ataque terrorista de la semana pasada en el puente de Londres para su beneficio político.
El viernes de la semana pasada, Londres vivió una escena de terror cuando un ex miembro de ISIS apuñaló a varias personas en el puente de Londres, dos de las cuales murieron. Johnson intentó sacarle rédito político con su discurso anti migratorio, cosa que incluso el padre de una de las víctimas le criticó. Pero, eso sí podría tener un efecto sobre su base.
Aunque en menor medida, el crimen también pesará en las elecciones, pues la preocupación de los ciudadanos con relación a este tema ha crecido significativamente. A principios de mayo de 2017, solo el 11 por ciento lo consideraba uno de los problemas más importantes. Hoy, más de uno de cada cuatro británicos (28 por ciento) cree que es uno de los problemas más urgentes del país en la actualidad.
La política británica lleva 3 años en un punto muerto. Solía ser un ejemplo para las democracias liberales, que hoy la ven como un chiste, luego de que decidió aprobar el que muchos consideran su mayor error histórico: abandonar la Unión Europea. Johnson llegó al poder (elegido por 160.000 militantes del Partido Conservador) prometiendo sacar a su país del bloque a la brava, pero no lo logró. Por eso, el Parlamento accedió a regañadientes a realizar elecciones anticipadas. El 12 de diciembre los británicos tomarán su decisión más radical.