MUNDO
Boris Johnson: del negacionismo a la enfermedad
Al empezar la crisis por el coronavirus, Boris Johnson se mostró reticente al confinamiento, pero sus ideas cambiaron tras salir de cuidados intensivos.
Desde que el covid-19 apareció en China y se expandió por el mundo, varios mandatarios fueron negligentes y se negaron a aceptar que el virus urgía tomar medidas para proteger a la población. Este es el caso de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, quien desde el inicio de la pandemia aseguró que este había desatado cierta “histeria” en el mundo.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha tenido la misma actitud hacia el coronavirus. Y, al igual que su homólogo brasileño, ha enfocado sus esfuerzos en la economía y en recuperar la normalidad.
Boris Johnson, primer ministro británico, también se mostró poco afectivo a la hora de enfrentar la pandemia. Cuando el panorama ya comenzaba a afectar al Reino Unido y se registraban unos 20 contagiados y un fallecido, Johnson se negó a tomar las medidas de distanciamiento social.
De hecho, hizo todo lo posible para posponerlas. Mientras varios países del mundo ya comenzaban a imponer cuarentena y a cancelar los eventos públicos masivos, Johnson decidió que no suspendería los eventos y que intentaría hacer todo lo posible para que la vida continuara de forma normal.
Uno de los momentos en los que hizo pública su actitud frente a la pandemia fue el 3 de marzo, cuando fanfarroneó con que había “estrechado la mano de todo el mundo” al visitar un hospital donde se encontraban personas contagiadas con el nuevo coronavirus.
Sus medidas fueron tan poco severas, que su propia gente comenzó a mostrarse en desacuerdo con la forma en la que él estaba enfrentando la crisis. Por esto, por ejemplo, la Asociación Inglesa de Fútbol, decidió suspender sus actividades de forma voluntaria.
El 12 de marzo, Johnson dijo que la pandemia de covid-19 era la peor “crisis sanitaria pública en una generación”. Sin embargo, sus decisiones distanciaban de las adoptadas por otros países de Europa. Fue solo hasta finales de marzo que Johnson anunció el comienzo de la cuarentena en Reino Unido.
Cambio en las medidas
Las críticas hacia su gestión no se hicieron esperar. Por esto, a mitad de marzo, el mandatario pidió a los ciudadanos evitar los desplazamientos que fueran considerados como no esenciales. El 20 de marzo decretó el cierre de los espacios de esparcimiento como los cines, las escuelas y los restaurantes.
Al hospital
A finales del mes de marzo, la oficina del Gobierno británico informó que Johnson, de 55 años, había dado positivo en las pruebas de covid-19. El propio Johnson explicó, en ese entonces, mediante un video, cómo había comenzado a mostrar síntomas leves de la enfermedad.
El primer paso fue entonces el aislamiento. Sin embargo, siguió gobernando desde su apartamento en Downing Street y su cuarentena, que en un principio fue pensada para siete días, se alargó pues el ministro manifestó seguir presentando síntomas como una fiebre que no desaparecía.
El domingo 5 de abril, Johnson ingresó al hospital St. Thomas de Londres, debido a la persistencia de los síntomas. Horas más tarde, fue ingresado a la unidad de cuidados intensivos. El primer ministro no necesitó respirador.
Luego de unos días de hospitalización, el mandatario fue dado de alta el 12 de abril. Para ese momento, Reino Unido ya era uno de los países de Europa más afectados por el covid-19, pues el número de fallecidos ascendía los 15.464.
Firmeza
La dura e inesperada situación que vivió Johnson lo llevó a mostrarse firme en mantener las medidas de distanciamiento, en contraposición a las ideas que había liderado previamente.
De hecho, Johnson también quiso dar las gracias al personal médico que le salvó la vida. Por medio de un video, el primer ministro nombró a varios médicos que estuvieron acompañándolo en su estadía en el hospital y agradeció especialmente a los enfermeros que estuvieron con él “durante 48 horas cuando las cosas podrían haber salido de una u otra manera”.
Johnson se convirtió en el primer líder de una superpotencia en contraer el virus. Una experiencia que, al retomar el ruedo, lo llevó a instar al Reino Unido a "seguir adelante" con el confinamiento. Una decisión positiva, si se tiene en cuenta que actualmente Reino Unido es el sexto país más afectado por el covid-19, con 157,149 casos de contagio y 21,092 muertes.
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Asimismo, este lunes, en su primera aparición pública desde que salió del hospital, el mandatario aseguró que el país afronta el “mayor desafío” desde la Segunda Guerra mundial y advirtió del "riesgo de un segundo pico" de la epidemia si las medidas se relajan muy pronto. “Les pido que contengan la impaciencia porque creo que estamos llegando al fin de la primera fase de este conflicto”, dijo el mandatario.