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Fue ejecutado Brandon Bernard, el preso condenado a muerte por el que Kim Kardashian pidió piedad
Más de 500.000 personas firmaron peticiones instando a Trump a conmutar la sentencia de Brandon Bernard por cadena perpetua.
La muerte por inyección letal de un asesino condenado a la pena capital está programada para el jueves, en momentos en que el gobierno de Donald Trump lleva a cabo una serie de ejecuciones federales en sus últimos días en el poder en Estados Unidos, ignorando los pedidos de clemencia y los brotes de covid-19 en las prisiones.
Brandon Bernard, un afroestadounidense de 40 años fue ejecutado en una prisión en Terre Haute, Indiana, por su papel en un doble asesinato en 1999 cometido en Texas cuando tenía 18 años.
The execution has concluded. The Bureau of Prisons says #BrandonBernard was pronounced dead at 9:27 p.m. https://t.co/RTO29sXuPV
— Mike Balsamo (@MikeBalsamo1) December 11, 2020
Más de 500.000 personas firmaron peticiones instando a Trump a conmutar la sentencia de Bernard por cadena perpetua, citando su edad en el momento del crimen y su buen comportamiento como preso. Aunque la ejecución estaba programada para las 6:00 p.m. hora colombiana, el Departamento de Prisiones de Estados Unidos pronunció a las 9:27 p.m. la muerte de Bernard.
Entre los que prestaron su apoyo a Bernard figuró la estrella de reality show Kim Kardashian.
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“Si bien Brandon participó en este crimen, su papel fue menor en comparación con el de los otros adolescentes involucrados, dos de los cuales están en casa ahora”.
Bernard y otros cuatro adolescentes negros fueron condenados por secuestrar a Todd y Stacie Bagley, una pareja blanca de Iowa. Los obligaron a retirar efectivo antes de dispararles y quemarlos en su automóvil.
Debido a que el crimen tuvo lugar en una base militar estadounidense, fue juzgado en un tribunal federal.
El tirador, Christopher Vialva, entonces de 19 años, y Bernard, que prendieron fuego al automóvil, fueron condenados a muerte en 2000.
Vialva fue ejecutado mediante inyección letal en septiembre, pero otros participantes que eran menores de 17 años en ese momento evitaron la pena de muerte.
Bernard se convirtió en el noveno preso federal ejecutado desde julio, cuando la administración Trump reanudó las ejecuciones federales después de una pausa de 17 años
A pesar de la derrota de Trump en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, su administración planea llevar a cabo más ejecuciones federales antes de que deje el cargo.
Durante 131 años, los presidentes salientes suspendieron tradicionalmente las ejecuciones federales durante el período de transición.
La última ejecución federal está programada para el 15 de enero, solo cinco días antes de que el demócrata Joe Biden tome posesión de su cargo. Biden se ha comprometido a poner fin a las ejecuciones federales.
Antes de julio, solo había habido tres ejecuciones federales en 45 años.
Ejecución en noviembre
En un hecho que rompía una tradición según la cual los presidentes salientes no reelegidos suspenden las ejecuciones, a finales de noviembre fue ejecutado el recluso Orlando Hall mediante una inyección de pentobarbital en una prisión del estado de Indiana, anunció el Departamento de Justicia.
El afroestadounidense de 49 años había sido condenado en 1995 a la pena de muerte por haber participado en el secuestro, violación y muerte de una adolescente de 16 años, Lisa Rene, a la que el hombre habría golpeado y enterrado viva, con la ayuda de cómplices, en el marco de un arreglo de cuentas.
Fue ejecutado después del rechazo de un último recurso por parte de la Corte Suprema. Se trató además de la primera decisión de la nueva magistrada de la Corte Suprema, Amy Coney Barnett, que se pronunció de la misma forma que los otros cinco jueces conservadores de esa instancia de nueve magistrados.
“Orlando Cordia Hall fue ejecutado en la penitenciaría estadounidense de Terre Haute conforme a la pena capital recomendada por unanimidad por un jurado federal”, informó el Departamento de Justicia en su web.
Aunque su cliente no negó haber participado en la muerte de Rene, los abogados Marcia Widder y Robert Owen denunciaron “prejuicios racistas” en su proceso ante un jurado completamente blanco.
Según ellos, este caso “refleja las disparidades raciales preocupantes en materia de pena capital en Estados Unidos”, donde 45% de los condenados a muerte son afroestadounidenses aunque representan solo el 13% de la población total.
Con información de AFP