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Campañas de Kamala y Trump entran en su última etapa antes de elecciones; así está el panorama
El próximo 5 de noviembre, los estadounidenses elegirán entre el expresidente republicano y la vicepresidenta demócrata.
En medio de una profunda polarización política, Kamala Harris y Donald Trump se aproximan a la recta final de unas elecciones presidenciales impredecibles y extremadamente competitivas. Aunque ya están montadas las gradas para la ceremonia de investidura frente a la Casa Blanca, no hay manera de anticipar quién asumirá la Presidencia, si será la vicepresidenta demócrata o el expresidente republicano.
Aunque las encuestas suelen ofrecer una orientación, esta vez no han dejado ninguna pista clara. Ambas campañas se mantienen en un empate técnico, y la diferencia entre los candidatos ha sido mínima durante semanas, incluso a pesar de los numerosos momentos dramáticos que ha tenido la contienda.
Ni los dos intentos de asesinato que ha sufrido Trump ni la incorporación de Harris a la carrera en julio, casi al final, tras la retirada de Joe Biden, han alterado el equilibrio entre los demócratas y los republicanos. Durante los últimos siete días de campaña, tanto Trump como Harris se concentrarán en los siete estados clave, donde competirán por captar a unos pocos miles de votantes indecisos que podrían ser decisivos en el resultado final.
“En este momento parece que está muy reñido”, señaló John Mark Hansen, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Chicago, en una entrevista con la AFP. Independientemente del resultado, estas elecciones marcarán un hito: Estados Unidos tendrá, por primera vez, a un presidente con antecedentes penales o a su primera mujer en la Presidencia.
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Después del 5 de noviembre, es probable que pasen varios días hasta que se cuenten todas las papeletas y comience el período de transición. Existe una gran incertidumbre, alimentada por el temor a disturbios si Trump no acepta los resultados, como ocurrió en 2020, cuando perdió frente a Joe Biden y nunca reconoció su derrota.
El desenlace dependerá de cuál de los dos candidatos logre motivar a sus bases y a los votantes indecisos para que acudan a las urnas. Harris, cuya madre es india y su padre jamaicano, intenta captar a republicanos incómodos con la retórica de Trump, que se ha endurecido contra inmigrantes y opositores. Además, busca atraer a mujeres que apoyan el derecho al aborto y a hombres negros y latinos, entre quienes las encuestas muestran un creciente respaldo a Trump.
Presentándose como una “guerrera alegre”, Harris asegura que su gobierno pasará página a la “indignación cada vez más desquiciada” de Trump. La candidata demócrata cuenta con el respaldo de figuras del entretenimiento como Taylor Swift, Bruce Springsteen, Eminem y Beyoncé. Mientras tanto, en su tercera campaña consecutiva para la Casa Blanca, Trump refuerza su discurso, cada vez más dirigido a un electorado blanco y de mayor edad.
Para Trump, la migración se ha convertido en el “problema número uno” en Estados Unidos, incluso por encima de la economía. Sus discursos en campaña han sido marcados por un tono xenófobo, acusando a los migrantes de “envenenar la sangre del país” o incluso de “comerse” a las mascotas. Además, se ha referido a su contrincante con términos como “marxista”, “comunista” y “fascista”, llegando a calificarla de “vicepresidenta de mierda”. El propio Trump admite que su tono es “sombrío”.
Trump ha afirmado que Estados Unidos es “un cubo de basura para que el resto del mundo arroje a las personas que no quiere”, en referencia a los migrantes en situación irregular, a quienes promete deportar si se convierte en el presidente de mayor edad en asumir el cargo.
Aunque fue condenado penalmente en mayo, sus discursos tienden a alejarse del tema principal, y en ellos cuenta anécdotas, divaga y exagera. A pesar de todo, su mensaje sobre economía conecta con quienes no han sentido los beneficios de los buenos datos económicos recientes.
“Si tengo que elegir, probablemente me iré con Trump”, comentó Drew Roby, un estudiante afroamericano de 21 años de Arizona, añadiendo: “Honestamente, era mejor cuando él era presidente”. Con esto en mente, Trump ha intensificado su campaña en los siete estados decisivos: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin.
En el estado clave de Pensilvania, que aporta 19 de los 270 votos necesarios para ganar las elecciones, cuenta con el respaldo de Elon Musk, el hombre más rico del mundo. Por su parte, el senador demócrata Raphael Warnock destacó la importancia de estas elecciones: “Ya sabemos quién es Trump. No se trata de eso en estas elecciones. Se trata de quiénes somos”.
*Con información de la AFP.