DESPERDICIO DE ALIMENTOS
Casi un 20 % de los alimentos del mundo se desperdicia, según informó la ONU
El informe incluyó datos de 54 países, tanto ricos como pobres.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) publicó un informe este jueves en el que reveló que cerca del 20 % de los alimentos de todo el mundo terminan en la basura, lo cual generó una alerta global debido a los altos niveles de pobreza y desnutrición que existen en algunos países.
“El problema es inmenso, con un coste a nivel medioambiental, social y económico”, declaró a la AFP Richard Swannel, director de desarrollo de la ONG británica Wrap, coautora del “Informe sobre el índice de desperdicio alimentario”, publicado por el Pnuma.
Según los autores de la investigación, se trata del estudio “más completo” realizado hasta ahora sobre la materia y es que incluyó datos de 54 países, tanto ricos como pobres, y tuvo en cuenta la venta al por menor, los restaurantes y los hogares.
Según explicaron los expertos, con base en la investigación, cada año se desperdician cerca de 931 millones de toneladas de alimentos y eso sin incluir las partes no comestibles, como los huesos y las cáscaras. Para la ONU este es un tema bastante preocupante, pues según sus cifras, de las cerca de 7.800 millones de personas que viven en el planeta, al menos 700 millones sufren de hambre y cerca de 3.000 millones no tienen acceso a una alimentación sana.
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“Hasta ahora, el desperdicio alimentario estaba considerado como un problema de los países ricos”, declaró Clementine O’Connor, del Pnuma, “pero nuestro informe muestra” que el fenómeno “afecta a todos los países que estudiamos”, añadió.
Según el informe, de los 121 kilos de alimentos perdidos cada año por habitante, 74 kilos proceden de los hogares, es decir, más de la mitad, lo cual tiene un costo de US$400.000 millones anuales. “Si el desperdicio y las pérdidas alimentarias fueran un país, representarían el tercer emisor mundial de gases de efecto invernadero”, según Swannel.
El funcionario además indicó que “hay que reparar el sistema alimentario si queremos hacer frente al cambio climático y una de las prioridades es actuar contra el desperdicio”.
“Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la biodiversidad, y la contaminación y el desperdicio, las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo deben hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos”, manifestaron desde la Pnuma.
📢El equivalente a 23 millones de camiones 🚛🚚 de 40 toneladas llenos de alimentos se desperdiciaron a nivel del consumidor en 2019, según nuevo índice presentado hoy.
— Programa ONU Medio Ambiente (@unep_espanol) March 4, 2021
¡Urge evitar la pérdida de comida 🍴 para combatir el hambre y disminuir emisiones! https://t.co/PrOATPSiBT pic.twitter.com/beaEcQo48W
La meta de reducir el desperdicio de alimentos
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados por la ONU hace unos años tiene que ver precisamente con disminuir la cantidad de alimentos que se desperdician al año en todo el mundo.
Para alimentar al mundo de manera sostenible, los productores necesitan cultivar más alimentos al tiempo que reducen los impactos ambientales negativos como la pérdida de suelo, agua y nutrientes, las emisiones de gases de efecto invernadero y la degradación de los ecosistemas. Se debe alentar a los consumidores a cambiar a dietas nutritivas y seguras con una menor huella ambiental, según el ODS.
“El aumento de la población mundial, junto con el deterioro de los recursos naturales y la creciente urbanización, suponen la necesidad de alimentar a más personas con menos agua, menos tierras de cultivo y menos mano de obra rural. Para satisfacer este incremento previsto en las necesidades de agua, energía y alimentos es necesario cambiar a enfoques de producción y consumo más sostenibles”, explica Naciones Unidas.
Para 2030, la meta de la ONU es reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel minorista y de consumo y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.