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Caso Madeleine McCann: ¿Quién es la vidente que ayuda a la joven que asegura ser la menor desaparecida?
Fia Johansson es iraní y asegura tener más de 25 años trabajando como medium.
Fia Johansson se presenta como “medium”, que trabaja con “oficiales de policía e investigadores privados” para encontrar a personas desaparecidas. Johansson es quien ha apoyado la joven polaca Julia Faustyna, de 21 años, quien se dio a conocer por todo el mundo cuando afirmó que podía ser la niña británica Madeleine McCann, quien fue secuestrada de su cama del hotel, mientras estaba de vacaciones en Portugal en mayo de 2007 con sus padres, cuando tenía 3 años.
Lo que han presumido los investigadores durante mucho tiempo es que Madeleine, que ahora tendría 19 años y no 21, como Julia, estaría muerta.
Fia Johansson y su trabajo como vidente
Fia Johansson ha hecho múltiples apariciones en medios como Forbes, Fox, CBS o The Wall Street Journal, es de nacionalidad iraní y afirma que lleva ejerciendo su oficio como Medium más de 25 años. Johansson se define más ampliamente como “médium practicante, hipnoterapeuta clínica y sanadora holística”.
Johansson tiene más de 9,3 millones de seguidores en Instagram, donde presenta varias imágenes de medios como Forbes donde incluso ha aparecido en la portada de la revista.
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Aunque ha dado a entender que en el caso de Julia su ayuda es por motivos altruistas, Johansson cobra por todas sus consultas cerca de 35 dólares por minuto, unos 170.000 pesos colombianos, de acuerdo con la plataforma Avid Advice especializada en personas que se dedican a consultas “síquicas”, allí la iraní ocupa un lugar destacado entre las distintas ofertas que se presentan, siendo la primera en ser recomendada.
“Simplemente no puedo creer que el número que me diste para mi año de suerte fuera tan mágico. No sólo conseguí el trabajo..... sino que mi amor perdido llamó después de dos años... justo después de empezar mi ritual del número mágico. Como tu cliente durante los últimos 7 años, siempre he creído en tu poder. Sólo Dios sabe lo que pasaría sin ti”, escribió alguien en los comentarios de la plataforma, donde es calificado con un 5 sobre 5 por los usuarios.
Fia Johansson y Julia
De acuerdo con lo que la vidente ha dicho en uno de sus videos, el estado mental de Julia en este momento no es bueno, debido a la cantidad de comentarios que ha recibido, acusándola, entre otras cosas, de usar el nombre de Madeleine para lograr fama, sin tener relación alguna con la menor.
La vidente defiende a Julia y dice “Mi equipo y yo hemos investigado, su familia, sus antecedentes, de donde viene, la familia a la que pertenece, el colegio al que fue” y pidió a los internautas que la dejaran tranquila, porque su privacidad es importante.
“Dejen de juzgarla, ella no es perfecta, ninguno de nosotros lo es” dice la vidente. “Hasta que sepamos si ella es o no Madeleine, quiero que se comporten como adultos y dejen de molestar a una joven bella que está tratando de encontrar quien es y de donde viene”.
“No la odien, solamente porque quiere saber quién es”, asegura la vidente.
El efecto Forer
El efecto Forer, hace referencia a un experimento que llevó a cabo el psicólogo Bertram Forer, en 1948. Forer estaba convencido de que muchas personas aceptan como propias, muchas de las predicciones y descripciones de personalidad vagas y ambiguas que pueden leer en un horóscopo, o escuchar a través de conversaciones con videntes o mediums.
Forer lo que hizo fue repartir a un grupo de estudiantes un grupo de afirmaciones sobre ellos mismos, que supuestamente habían surgido como resultado de un test de personalidad, la mayor parte de estudiantes se identificó con este tipo de afirmaciones (Ejemplo: “Tienes necesidad de ser aceptado por los demás y buscas que te admiren, sin embargo, tiendes a ser muy crítico contigo mismo”), sin embargo después explicó que las descripciones no estaban basadas en ningún resultado y eran iguales para todo mundo.
Esto explica en parte la credibilidad de las personas frente a este tipo de ejercicios. Las personas aceptan aquello que quieren oír, y acomodan a su creencia afirmaciones vagas, que podrían aplicarse en decenas de sentidos distintos. El efecto es llamado también La falacia de la validación personal.