ESTADOS UNIDOS
Checklist | De las promesas de campaña, ¿qué cumplió y qué no cumplió Trump en su Presidencia?
El mandatario llegó a la Casa Blanca en 2016 causando polémica por sus promesas de campaña. Afirmó que construiría un muro con México, que empujaría la economía del país y haría a “Estados Unidos grande de nuevo”. ¿Algo de ello cumplió en su periodo?
En menos de una semana serán las elecciones en Estados Unidos que definirán si Donald Trump tendrá un segundo periodo al mando. El presidente durante estos meses de campaña se ha jactado de que ninguna administración pasada logró lo que él hizo durante 4 años en el poder. Por su parte, sus críticos dicen que ha sido el peor presidente de la historia reciente del país e, incluso, afirman que su reelección es el peor peligro que enfrentan desde la Segunda Guerra Mundial.
El presidente llegó a la Casa Blanca prometiendo que revitalizaría la economía del país, que tendría mano dura con la inmigración y que pondría en primer puesto los asuntos internos frente a las relaciones internacionales. ¿Cuánto de ello cumplió en su periodo presidencial? Aquí un checklist para verlo.
1. El muro
“Construir el muro” es un mantra que ayudó al magnate republicano a ser elegido, como símbolo de su compromiso por reforzar la frontera entre Estados Unidos y México y reducir así la inmigración ilegal.
¿Éxito? Alguno
La Agencia Estadounidense de Fronteras y Aduanas afirma que 595 kilómetros de muro están completos en una frontera que se extiende por 3.145 km. Hay, sin embargo, una salvedad: casi toda esa extensión procede de reparaciones o añadidos a las barreras ya existentes, así que no realmente un nuevo muro.
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Sí, las detenciones de inmigrantes indocumentados aumentaron (y las admisiones de refugiados descendieron). Pero mientras Trump prometió deportar a tres millones de inmigrantes indocumentados, solo la mitad de ese número se ha marchado. Y no, México no está pagando por el muro, como dijo Trump.
2. “America first”
“America first” ["Estados Unidos primero"] es el eslogan nacionalista de Trump, que describe una política de diplomacia unilateral, proteccionismo, guerras comerciales y que pretende forzar al mundo a “respetar” a Estados Unidos.
¿Éxito? En progreso
Incluso muchos de sus críticos aplaudieron en secreto a Trump cuando se enfrentó a China por las ventajas comerciales del gigante asiático. Pero, pese a la intensa relación del mandatario republicano con el líder chino Xi Jinping, la “fase uno” de su acuerdo comercial ha dejado resultados cortos.
Si bien China se adhiere a un acuerdo para comprar más bienes agrícolas estadounidenses, los aranceles a las importaciones están todavía seis veces más altos que antes de que comenzara la guerra comercial en 2018, afirma el Instituto Peterson para Economía Internacional. Eso significa perjuicios para las empresas basadas en Estados unidos.
Además, los socios comerciales tomaron airadas represalias contra el proteccionismo de Estados Unidos con impuestos compensatorios en bienes como el bourbon y los productos agrícolas, forzando a Washington a gastar millones en ayudas para los agricultores.
El déficit comercial de Estados Unidos llegó casi a los 577.000 millones de dólares el año pasado, lo que significa un crecimiento de unos 100.000 millones respecto al último año de la administración de Barack Obama.
Un enfoque similar en el campo diplomático también dio resultados mixtos.
Trump rompió el acuerdo internacional para monitorear las instalaciones nucleares iraníes. Esto enfureció a los aliados europeos y tampoco consiguió el que muchos pensaban era el objetivo real de Trump: un cambio de régimen en Teherán.
3. Acabar con guerras ‘estúpidas’
Parte del atractivo de Trump para sus votantes fue su promesa de que acabaría con las aventuras militares de Estados Unidos posteriores al 11 de septiembre, o lo que él llama guerras “estúpidas”.
¿Éxito? Sí y no
Los críticos del millonario conservador temían que un líder sin experiencia y temperamental iba a meterse en conflictos. Pero no lo hizo.
Pese a un temprano intercambio de insultos con el líder norcoreano Kim Jong-un, Trump no solo evitó la guerra, sino que realizó movimientos sin precedentes para la reconciliación, incluyendo entrar a Corea del Norte para encontrarse con Kim.
Las conversaciones de paz apoyadas por Estados Unidos entre el gobierno afgano y los talibanes siguen en proceso, aumentando las posibilidades de lograr una retirada completa de las tropas estadounidenses después de dos décadas.
A esto se suman una serie de acuerdos logrados entre estados de mayoría musulmana como Emiratos Árabes o Sudán para establecer relaciones con Israel. Con ello, Estados Unidos y sus aliados en la región pretende aislar a Irán, un enemigo común.
Por otro lado, Corea del Norte no ha retrocedido en su programa de armas nucleares. La violencia continúa a altos niveles en Afganistán y tampoco es inminente un retiro total de Irak.
En Siria, la salida de una cantidad pequeña, pero estratégicamente ubicada de tropas estadounidenses, permitió a Rusia cimentar su influencia en el país.
4. Mayor economía de la historia
Trump prometió llevar sentido comercial a la Casa blanca y suele reivindicar haber construido “la mayor economía” en la historia.
¿Éxito? Depende en qué medida
El mercado financiero ha registrado repetidas altas, incluso recuperándose en gran medida de la drástica caída tras el comienzo de la epidemia de coronavirus.
Pero el crecimiento más fuerte del PIB fue del 3 por ciento, medida a la par con el desempeño de Obama y muy lejos de los récords históricos nacionales.
A favor de Trump, el desempleo registró su nivel más bajo en 50 años cuando cayó hasta el 3,5 por ciento en diciembre de 2019. Números revisados un mes después indicaron, sin embargo, que el crecimiento del empleo se había ralentizado en los primeros tres años de gobierno de Trump. Ahora la pandemia ha dejado a millones de personas sin trabajo.
En cuanto a la promesa de Trump de restaurar la producción, el empleo industrial aumentaba al mismo ritmo que con Obama, al menos hasta que llegó la pandemia.
5. Jueces
A Trump le gusta decir que la función más importante de un presidente puede ser la de nombrar jueces federales, puestos vitalicios que moldean la política y la sociedad estadounidense.
¿Éxito? Sí, y algo más
Cada presidente tiene la oportunidad de cubrir las plazas vacantes de jueces, pero los republicanos de Trump trabajaron especialmente rápido. Según Pew Research, el magnate conservador nombró al 24 por ciento de todos los jueces activos actualmente.
En particular, designó a 53 poderosos magistrados de las cortes de apelación, comparado con los 30 que nombró Obama en el mismo punto de su presidencia.
Con la confirmación de Amy Coney Barrett en el Senado el lunes, Trump colocó a su tercer magistrado en la Corte Suprema, inclinando sustancialmente el equilibrio de los nueve jueces del Alto Tribunal hacia la derecha, por muchos años futuros.
*Alianza AFP