La caída en la tasa de natalidad puede tener fuertes consecuencias para la economía china

China

China registra el peor año en número de nacimientos desde 1950

La caída en las tasas de natalidad podría tener fuertes consecuencias en la economía del gigante asiático.

18 de enero de 2022

La Oficina Nacional de Estadística china informó este lunes de 10,62 millones de nacimientos durante el año 2021, lo que representa 1,4 millones menos que en 2020, en un nuevo mínimo inédito desde 1950 a pesar de los esfuerzos de las autoridades para incrementar la natalidad.

Entre tanto, la tasa de natalidad ha caído hasta 7,52 nacimientos por cada 1.000 habitantes, la más baja desde 1978, y las muertes se han situado en 10,1 millones, según recoge la agencia de noticias Bloomberg.

Estos datos certificarían que la población del primer país del mundo por número de habitantes caerá incluso antes de lo que se preveía y podría empezar a decrecer este mismo año 2022, según algunas proyecciones.

El descenso del número de mujeres en edad fértil, el cambio de mentalidad y las consecuencias de la pandemia de covid-19 han propiciado esta caída de la natalidad, según el director de la Oficina Nacional de Estadística china, Ning Jizhe, que espera que la población se mantenga en torno a los 1.400 millones de habitantes con unos diez millones de nacimientos al año en los próximos años gracias a la nueva política de los tres hijos.

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Cada vez hay menos chinos en edad de trabajo | Foto: AP

En la China continental -sin contar Hong Kong, Macao y Taiwán y los residentes extranjeros- se contabilizaron 1.410 millones de habitantes, con 480.000 más que en 2020. De ellos, el 62,5 % están en edad laboral -entre 16 y 59 años-, muy por debajo del 70 % de hace una década.

Lejos queda el anuncio de excepciones a la política del hijo único en 2013 y en 2016 se permitió a cada familia tener hasta dos hijos, lo que permitió un leve repunte de la natalidad. En 2020 se eliminaron todas las restricciones e incluso se han implantado medidas como abaratar la educación o medidas para reducir los abortos.

Una veintena de regiones han anunciado medidas para favorecer la natalidad como ampliar los permisos de paternidad o instaurar ayudas económicas y préstamos blandos.

Pekín se enfrenta a una posible crisis demográfica en medio del envejecimiento de su población, la desaceleración de la económica y el crecimiento poblacional más bajo en décadas.

El envejecimiento de la población es uno de los factores que más preocupa al Gobierno chino. La caída en las tasas de natalidad hace que el número de personas en edad de trabajar disminuya. Así, una porción cada vez menor de personas en edad de trabajo deben mantener a un sector mayoritario que está jubilado y fuera del mercado laboral.

Este fenómeno tiene implicaciones enormes para la economía, ya que se necesitan pagar más pensiones y cuidar de las personas jubiladas, al mismo tiempo que hay menos fuerza de trabajo produciendo el dinero necesario.

En esta foto publicada por la Agencia de Noticias Xinhua, un trabajador de la salud toma una muestra de hisopo de un residente durante una prueba masiva de COVID-19 en Putian, en la provincia de Fujian, en el sureste de China, el domingo 2 de septiembre. (Wei Peiquan/Xinhua via AP)
La economía de China se está viendo afectada por los impactos de las nuevas variantes del COVID. (Wei Peiquan/Xinhua via AP) | Foto: AP

Frenazo económico

La crisis demográfica que enfrenta China se suma a la ya anunciada desaceleración de su economía. Según el Banco Mundial, el crecimiento económico en el mundo se va a ver afectado, en mayor parte, como resultado de la variante ómicron del coronavirus. La organización revisó a la baja su previsión de crecimiento del PIB global para 2022 en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 4,1 % después del 5,5 % en 2021.

Según la organización, el crecimiento chino está estimado, para 2022, en 5,1 % (-0,3 puntos porcentuales) frente al 8 % (-0,5 puntos porcentuales) en 2021. Así mismo, Ayhan Kose, jefe de previsiones del Banco Mundial, dijo a la AFP que “La posibilidad de una desaceleración pronunciada y prolongada en el sector inmobiliario fuertemente endeudado, y sus posibles efectos en los precios de la vivienda, el gasto de los consumidores y la financiación de los gobiernos locales, constituye un riesgo”.

*Con información de la AFP y EP.