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Cifra de muertos por terremoto en Haití supera los 2.200
Según Protección Civil, 344 personas se encuentran desaparecidas y se contabilizan 12.268 heridos.
El número de muertos que dejó en Haití el terremoto del 14 de agosto aumentó a 2.207, anunciaron el domingo las autoridades del país caribeño, donde la ayuda llega lentamente a las zonas afectadas debido a la violencia de las pandillas.
“Se han encontrado nuevos cuerpos en el sur. El balance humano de los tres departamentos se eleva ya a 2.207 muertos, 344 desaparecidos y 12.268 heridos”, señala el informe de Protección Civil publicado el domingo. El recuento anterior era de 2.189 muertos.
El balance entregado por las autoridades haitianas señala, además, que se han contabilizado 52.923 casas destruidas y 77.006 dañadas.
Ocho días después de la catástrofe, continúan las operaciones de búsqueda entre los escombros, pero la posibilidad de encontrar supervivientes disminuye cada hora.
Cerca de 600.000 personas se han visto directamente afectadas por el terremoto de 7,2 grados y necesitan ayuda humanitaria urgente, según las autoridades haitianas.
Llevar alimentos y agua a los afectados es un reto logístico ante los ataques a los convoyes de carretera por parte de delincuentes.
“Tenemos un problema de seguridad que es cada vez más evidente”, dijo a la AFP Jerry Chandler, director de Protección Civil de Haití.
Desde principios de junio es imposible transitar con seguridad el tramo de dos kilómetros de la carretera nacional que atraviesa la zona de Martissant, un barrio pobre de Puerto Príncipe, la capital haitiana, y campo de batalla de pandillas.
Dado que la destrucción y los daños son especialmente graves en las zonas rurales remotas, las autoridades haitianas se centran en el reparto de la ayuda humanitaria por vía aérea, a través de un helicóptero de la ONU y ocho aviones proporcionados por el Ejército estadounidense.
Entre tanto, se informó que continúa llegando la ayuda internacional en forma de suministros humanitarios y equipos de rescate que trabajan en el desescombro. El buque estadounidense USS Arlington llegó al país con profesionales médicos, de enfermería, material sanitario y dos helicópteros, todo ello acompañado de 200 marines.
Además, la organización estadounidense Samaritan’s Purse ha levantado un hospital de campaña en Los Cayos, una de las ciudades más importantes de la zona afectada, y ya ha comenzado a atender a pacientes. Por su parte, la organización alemana ISAR ha enviado un equipo de 33 sanitarios y 11 toneladas de material.
Sin embargo, aunque la ayuda ya está en el país, es difícil conseguir que se materialice su distribución, debido a los graves daños producidos por el terremoto en infraestructuras como carreteras o puentes. Además, hay bandas criminales que controlan el acceso a ciertas regiones.
Emergencia vital
Supervivientes luchan por conseguir agua y alimentos, pero responder a las necesidades básicas de los afectados sigue siendo un reto para las autoridades.
El pasado sábado bastaron unos segundos para que decenas de miles de personas, algunas de las más vulnerables del país, perdieran todo lo que poseían tras el terremoto de 7,2 grados de magnitud.
En las calles, los sobrevivientes han estado luchando a diario para encontrar agua y alimentos mientras los convoyes humanitarios comienzan a distribuir productos de primera necesidad, pero a menudo en cantidades insuficientes.
El viernes se llevaron a cabo distribuciones informales de ayuda humanitaria en Los Cayos, la tercera ciudad más grande de Haití, destruida en gran parte por el terremoto, lo que a menudo provocó refriegas entre la multitud.
La distribución de la ayuda no contó con ninguna logística y los sacos de arroz fueron arrojados hacia la multitud sin que se hubiera identificado previamente a los beneficiarios como personas en situación de vulnerabilidad, según observó un fotógrafo de la AFP.
En Los Cayos, la mitad de un convoy de dos camiones fue saqueada por individuos no identificados antes de que interviniera la Policía haitiana. El resto de la mercancía se distribuyó desde el recinto de la comisaría en medio de una gran confusión, añadió el fotógrafo.
Entre tanto, Marcel François ve desfilar la ayuda frente a las ruinas de su casa, donde pasa los días, en la carretera entre el aeropuerto y el centro de Los Cayos.
“Veo a muchas autoridades yendo de un lado a otro, procesiones de funcionarios con sus sirenas, grandes coches de las ONG. También veo pasar camiones, pero nada me llega a mí”, dijo el hombre de 30 años, que, como muchas de las víctimas, debe su supervivencia a la generosidad de sus allegados.
Terremoto y crisis política
Estados Unidos, la potencia extranjera más influyente en Haití, anunció el despliegue de 200 marines en el país. Los ocho helicópteros que el Ejército estadounidense puso a disposición siguen evacuando a los heridos más graves de las zonas afectadas por el terremoto a hospitales más especializados en Puerto Príncipe y la ciudad de Mirebalais.
Si bien la Defensa Civil haitiana se esfuerza por coordinar la ayuda que llega de una gran cantidad de actores internacionales y nacionales, esta última catástrofe natural ha golpeado a Haití en un momento en que el país se encuentra en plena crisis política.
Hace apenas un mes que el presidente Jovenel Moïse fue asesinado en plena noche en su residencia por un comando armado de mercenarios colombianos. La investigación para determinar quién está detrás del ataque está paralizada.
Antes de su asesinato, el denostado jefe de Estado gobernaba en solitario, por decreto, porque no había organizado las elecciones legislativas que debían celebrarse en 2018.
En una sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada el viernes, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, se comprometió a trabajar para celebrar elecciones nacionales “lo antes posible”.
Con información de AFP y Europa Press