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Cinco cardenales cuestionaron al papa por las uniones gays y el sacerdocio femenino
El papa habría respondido a los cuestionamientos, pero los cardenales no quedaron satisfechos con las respuestas.
Cinco cardenales conservadores, uno de ellos mexicano, pidieron públicamente al papa Francisco reafirmar la doctrina católica para las parejas de homosexuales y la ordenación sacerdotal de las mujeres, dos días antes de un gran sínodo en el Vaticano sobre estas polémicas cuestiones.
En la misiva, enviada al diario estadounidense ‘National Catholic Register’, los purpurados Walter Brandmüller (Alemania), Raymond Leo Burke (Estados Unidos) Juan Sandoval Íñiguez (México), Robert Sarah (Guinea) y Joseph Zen Ze-kiun (China), explican que el pasado 10 de julio enviaron una carta que fue respondida por Francisco al día siguiente.
En un documento de siete páginas, el pontífice argentino afirmó que la “Revelación divina” es “inmutable”, pero también aseguró que la Iglesia “necesita crecer en su comprensión”.
Sin embargo, los cardenales señalan que consideraron que la respuesta del papa no seguía la práctica de las ‘responsa ad dubai’ (respuesta preguntas), por lo que reformularon sus preguntas en una nueva misiva remitida el pasado 21 de agosto, a la que de momento, según aseguran, no han obtenido respuesta.
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“A la vista de diversas declaraciones de prelados de alto rango, relativas a la celebración del próximo Sínodo de los Obispos, que son abiertamente contrarias a la constante doctrina y disciplina de la Iglesia, y que han generado y siguen generando gran confusión, así como la caída en error entre fieles y demás personas de buena voluntad, hemos manifestado nuestra más profunda preocupación al Romano Pontífice”, escriben los cardenales en su ‘Notificación a los fieles’.
En ella, añaden que dada la “gravedad” del asunto de la dubia, especialmente en vista de la inminente sesión del Sínodo de los Obispos, juzgan su deber informar a los fieles, de manera que no queden “sujetos a confusión, error y desaliento”, sino que oren por la Iglesia universal y, en particular, “por el Romano Pontífice, para que el Evangelio sea enseñado cada vez más claramente y seguido cada vez más fielmente”.
El Vaticano ha hecho público este mismo lunes las respuestas del Pontífice a través de la web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, a cuestiones relacionadas sobre la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo, la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia, la ordenación sacerdotal de la mujer y el arrepentimiento como condición necesaria para la absolución sacramental.
Sobre la bendición de uniones del mismo sexo, los purpurados preguntaron al Pontífice si la práctica generalizada de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo concuerda con la Revelación y el Magisterio.
Francisco responde que, si bien solo la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta a engendrar hijos puede llamarse matrimonio, y la Iglesia evita “cualquier tipo de rito o sacramental que pueda contradecir esta convicción”, no se debe perder la “caridad pastoral”.
“La prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si existen formas de bendición, solicitadas por una o varias personas, que no transmitan una concepción incorrecta del matrimonio. Porque cuando pides una bendición estás expresando un pedido de ayuda a Dios, una súplica para poder vivir mejor, una confianza en un Padre que puede ayudarnos a vivir mejor”, añade la misiva.
En relación al apoyo de pastores y teólogos a la teoría de que “la teología de la Iglesia ha cambiado y por tanto la ordenación sacerdotal puede ser conferida a las mujeres -que, a juicio de los purpurados, “no han sido corregidas ni retractadas”-, el Pontífice responde que cuando San Juan Pablo II enseñó que es necesario afirmar “definitivamente” la imposibilidad de conferir la ordenación sacerdotal a la mujer, “no estaba denigrando en modo alguno a la mujer ni confiriéndole el poder supremo a los hombres”.
Sínodo para pensar el futuro de la Iglesia
El papa Francisco abre el miércoles en el Vaticano la 16ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el punto culminante de una amplia consulta mundial sobre el futuro de la Iglesia católica, en la que quiere instaurar un funcionamiento menos piramidal.
Durante dos años, los alrededor de 1.300 millones de católicos del mundo han sido invitados a expresar su visión sobre la Iglesia y sobre cuestiones como la acogida de las personas LGBT+ y las divorciadas, la poligamia, el matrimonio de los sacerdotes, el lugar de las mujeres en la institución o la lucha contra la pederastia.
“Es un gran espacio de reflexión de la Iglesia, sobre su manera de ser y de proceder”, resume para la AFP el sacerdote italiano Giacomo Costa, secretario especial de esta asamblea.
Durante cuatro semanas, los 464 participantes, 365 de ellos con derecho a voto, se reunirán diariamente en el Vaticano, repartidos en grupos de reflexión en cinco idiomas. Entre ellos hay 54 mujeres.
El resultado de estos trabajos será entregado al papa, que podrá tenerlo en cuenta para introducir medidas en el gobierno de la Iglesia mundial.
La principal novedad en esta reunión de esta institución consultiva creada por Pablo VI en 1965 es que laicos y mujeres participarán de los trabajos y podrán votar, algo inédito descrito como una “revolución”.
Con información de Europa Press*