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Cinco factores que desataron en Ecuador la crisis política y social más álgida de su historia reciente

Tras un acuerdo, Ecuador superó su peor crisis en décadas, después de permanecer paralizado durante casi dos semanas por las violentas manifestaciones contra el aumento de los precios del combustible.

15 de octubre de 2019
El domingo por la noche se llegó a un acuerdo entre el movimiento indígena, punta de lanza de la protesta, y el gobierno, que acordó retirar el controvertido decreto.

La crisis que envolvió a Ecuador durante los últimos 12 días en violentas protestas se originó por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir préstamos destinados a aliviar la falta de liquidez de la sobreendeudada economía nacional, dolarizada desde hace 19 años. Castigado por un alto endeudamiento y la iliquidez, el presidente Lenín Moreno pactó en marzo un programa de préstamos con el FMI que alcanza los 4.200 millones de dólares.

Sin embargo, fue solo hasta la semana pasada que el presidente Lenín Moreno dio a conocer el lado más duro del ajuste, que también preveía reformas tributarias y laborales que los empleados públicos rechazaron categóricamente. Entre las medidas, el gobierno dispuso la eliminación de subsidios para combustibles por 1.300 millones de dólares al año y hasta se propusieron reformas laborales para crear la contratación por horas o sin tiempo mínimo de duración.

Debido a esas medidas, los precios de los combustibles más utilizados aumentaron hasta en 123 por ciento, pasando el galón estadounidense (3,79 litros) de diésel de 1,03 a 2,30 dólares y de gasolina corriente de 1,85 a 2,40 dólares. Tras el anuncio de las decisiones, en Ecuador se inició la mayor protesta social de sus últimos años. Durante las movilizaciones, los manifestantes asediaron la casa de gobierno, ocuparon momentáneamente el Capitolio del Congreso, asaltaron e incendiaron un edificio público y atacaron instalaciones de dos medios de comunicación.

El impulso de las protestas que terminaron este lunes luego del anuncio de un acuerdo al que llegó el gobierno de Moreno, lo dieron los indígenas, que representan el 25 por ciento de la población ecuatoriana de 17,3 millones y son el sector más castigado por la pobreza y el ajuste de las tarifas de los combustibles que encarece la comercialización de sus productos agrícolas. Estas son algunas claves para entender lo que ocurrió en las últimas dos semanas: 

1. Alza del combustible 

El 1 de octubre, el presidente Lenín Moreno, anunció que se dejaría de subsidiar los combustibles más baratos y más utilizados en virtud de un acuerdo con el FMI que proporciona 4.200 millones de dólares en ayuda para reformas. El mismo día, el Gobierno hizo pública su intención de abandonar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en enero del próximo año debido a sus dificultades financieras. Ecuador acudió a organismos internacionales agobiado por el déficit fiscal, la falta de liquidez y una deuda externa que subió un 47 por ciento en el actual periodo presidencial. 

2. Manifestaciones violentas

Los gremios de taxistas y autobuses respondieron a las decisiones del Gobierno con una huelga indefinida. El descontento, al que se sumaron estudiantes y opositores, derivó en violentas manifestaciones desde el jueves 3 de octubre. La magnitud de las protestas registradas desde ese día no se veía desde 2007, cuando la izquierda asumió el poder en Ecuador con Rafael Correa, antecesor y exaliado de Moreno.

Paros, manifestaciones, ataques a cajeros automáticos y asaltos a almacenes se multiplicaron tras el corte de los subsidios pactado con el FMI. Las manifestaciones contra la entrada en vigor de las nuevas tarifas terminaron en enfrentamientos con la policía, y el presidente tuvo que decretar el estado de emergencia. Las escuelas permanecieron cerradas desde ese momento y las manifestaciones continuaron durante las siguientes dos semanas generando pérdidas superiores a los 1.500 millones de dólares. 

En medio de enfrentamientos a piedra y bombas incendiarias con la policía, siete personas murieron y al menos 1.300 resultaron heridas. Durante las multitudinarias movilizaciones que se realizaron en varias ciudades, los manifestantes exigían incluso la salida de Moreno del poder. Por su parte, el presidente respondió acusándolos de intentar desestabilizar su gobierno. 

3. Movilización indígena: la fuerza de la resistencia

El movimiento indígena, duro crítico de las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), lideró las manifestaciones que movilizaron a miles de sus miembros hacia Quito y alcanzó este fin de semana un acuerdo con el presidente Lenín Moreno que permitió retornar a la calma.

La dirigencia indígena y el mandatario resolvieron negociar un nuevo decreto para reemplazar al que suprimió los subsidios, que ya fue derogado. Los indígenas, que participaron en los derrocamientos de tres mandatarios entre 1997 y 2005, obtuvieron una victoria simbólica y regresaron a sus comunidades en medio del toque de queda y militarización que rige desde el sábado para la capital ecuatoriana. 

El 6 de octubre, el Gobierno anunció la muerte de un hombre que fue golpeado por un vehículo durante una manifestación en el sur. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) anunció, a su vez, un estado de emergencia en los territorios indígenas, amenazando con retener a los militares y policías que se acercaran.

El 7 de octubre, miles de nativos y campesinos se reunieron cerca del Parlamento. Los incidentes estallaron con la policía cerca de la sede del Gobierno y los manifestantes ocuparon pozos petroleros en la Amazonia, obligando a las autoridades a suspender sus actividades allí y a reducir la producción nacional de petróleo crudo en un 12 por ciento.

Debido a los disturbios, las autoridades cerraron el oleoducto principal, paralizando el 68 por ciento de la producción de petróleo y se redujo en un tercio la producción de crudo. El 9 de octubre, miles de indígenas protagonizaron la mayor movilización contra el gobierno de Lenín Moreno desde que estallaron las protestas. En medio de la jornada, que fue mucho menos recia de lo que se anticipaba, Moreno abrió la expectativa de una pronta solución.

4. Moreno vs. Correa 

Apenas comenzaron las protestas, Moreno decretó el estado de excepción y envió a los militares para intentar sofocarlas, pero las medidas resultaron infructuosas para contener la crisis. Agobiado por el caos, Moreno señaló a Rafael Correa de conspirar en su contra en alianza con Nicolás Maduro, a quien llamó "sátrapa venezolano". El origen de esa rivalidad política no es nueva. 

Entre 1996 y 2007, el país dolarizado y que depende del petróleo vivió la peor inestabilidad política de su historia. Protestas sociales originaron el derrocamiento de tres mandatarios, dos de los cuales intentaron ajustes económicos. Con la nueva crisis, los legisladores de la oposición (correístas) y manifestantes reclamaron la salida de Moreno, quien los tildó de "golpistas".

Ese supuesto plan conspirador salpica a varios allegados a Correa como la prefecta (gobernadora) de la provincia de Pichincha (capital Quito), Paola Pabón, arrestada el lunes para investigación. Desde el sábado, siete correístas se han refugiado en la embajada de México en Quito, incluidos cuatro asambleístas.

Si bien la estabilidad democrática de Ecuador no está en riesgo después del acuerdo al que llegó el presidente Moreno, como lo explicó el sociólogo Fernando Carrión, las protestas dejaron resurgir un tipo de movilización con gran violencia política.

5. Diálogo y salida 

El domingo por la noche se llegó a un acuerdo entre el movimiento indígena, punta de lanza de la protesta, y el Gobierno, que acordó retirar el controvertido decreto. Los precios de los combustibles más utilizados en Ecuador bajaron el martes tras un acuerdo entre Gobierno e indígenas para solucionar la reciente crisis social, que además permitió la reanudación de las clases suspendidas por los disturbios. 

También quedaron anuladas las alzas de hasta un 40 por ciento en las tarifas de la transportación pública como consecuencia de la baja de los combustibles.

Con la disposición de Moreno, el precio del galón americano de diésel bajó de 2,30 a 1,03 dólares y el de gasolina corriente de 2,40 a 1,85 dólares. La rebaja fue acordada por el presidente y dirigentes indígenas en una negociación directa el domingo, con la que se puso fin a 12 días de violentas protestas ocurridas principalmente en Quito.

Con información de AFP...

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