Coronavirus
Ciudad en China donde se fabrican iPhones se encuentra en drástico confinamiento por casos de coronavirus
La medida fue adoptada luego de que se detectarán en esa ciudad 24 casos nuevos de contagio con coronavirus, lo que generó alarma entre las autoridades sanitarias.
La ciudad de Zhengzhou, en el este de China, se suma a las crecientes restricciones que está imponiendo el gigante asiático ante los brotes de la covid-19
Casi un millón de residentes del distrito Zhongyuan, uno de los más poblados de la ciudad, recibieron la orden de permanecer en casa, excepto en los momentos en los que tengan que someterse a pruebas de coronavirus, y los negocios no esenciales quedarán cerrados, según los medios locales.
La medida fue adoptada luego que se detectarán en esa ciudad 24 casos nuevos de contagio con coronavirus, lo que generó alarma entre las autoridades sanitarias.
En esta ciudad, se encuentra el centro de fabricación de iPhone, por lo que la situación en la región amenaza de nuevo con interrumpir su producción en el marco de la política ‘Covid Cero’ del presidente Xi Jinping.
Tendencias
China se aferra a los pilares de Covid Zero, que consisten en cierres y pruebas masivas, para controlar su mayor brote en dos meses, a pesar del elevado coste.
Esta política frenó el crecimiento de la segunda economía del mundo y afectó las cadenas de suministro mundiales, ya que importantes centros de fabricación, desde automóviles hasta teléfonos y árboles de Navidad, se enfrentan a la interrupción de los cierres y las reaperturas, informó Bloomberg.
La ampliación de las restricciones sorprende a los vecinos, ya que las autoridades en días anteriores dijeron que no habría un cierre total en la ciudad.
“Se solicita a los residentes y al personal que viene (regresa) a Zheng que cumplan conscientemente las normas sobre prevención y control de epidemias, obedezcan los requisitos del trabajo y aborden con seriedad las violaciones de las normas que causan la transmisión de riesgos de acuerdo con los reglamentos”, reza el comunicado de las autoridades.
Científicos insisten en la vía de las vacunas nasales contra covid-19
A pesar de algunos reveses, las vacunas nasales contra la covid-19 siguen siendo una pista válida para los científicos, que esperan hallar con ese método una protección más eficaz que con una inyección clásica.
Una vacuna de ese tipo, administrada mediante un aerosol o mediante gotas (como un suero fisiológico), tiene un interés teórico: al actuar directamente sobre las vías respiratorias, en particular las mucosas, impide más eficazmente la entrada en el cuerpo de la infección.
Las vacunas actuales son muy eficaces contra las formas graves de la enfermedad, pero no logran impedir los contagios simples.
En algunos países esas vacunas nasales se están convirtiendo en una realidad. Dos de ellas acaban de ser aprobadas, respectivamente en China e India.
Pero esas autorizaciones fueron otorgadas sin que los ensayos públicos hayan demostrado una mayor eficacia de esas vacunas contra el contagio.
Recientemente, en el Reino Unido, investigadores de la universidad de Oxford que exploraban la posibilidad de administrar por vía nasal la vacuna de AstraZeneca anunciaron a principios de octubre el fracaso de un primer ensayo clínico.
Los resultados, publicados en la revista eBioMedicine, mostraron que la treintena de personas que recibieron la vacuna vía nasal desarrollaron una respuesta inmunitaria inferior a los que utilizaron una vacuna clásica, mediante inyección.
Los científicos, sin embargo, insistieron en que la pista merece ser explorada.
Vacunas vivas atenuadas
“No hay que desalentarse” por esos resultados, aseguró el virólogo Connor Bamford, de la universidad Queen’s de Belfast.
Aunque los resultados iniciales sean malos, destacó este experto, representan la base a partir de la cual se puede avanzar, una vez comprobado lo que no funcionó.
Las vacunas nasales que ya están en circulación, contra la gripe o la poliomielitis, son “vivas”, recordó este experto, es decir, utilizan una versión atenuada del virus para estimular el sistema inmunitario.
En cambio, la vacuna de AstraZeneca, desarrollada con la universidad de Oxford, funciona mediante un “vector viral”, es decir, un virus inofensivo y distinto del coronavirus que transporta una parte de su ARN.
Falta de financiación
Los investigadores de Oxford esgrimieron otra hipótesis del fracaso de su fármaco: su aerosol no llega a penetrar de manera suficiente dentro del cuerpo, y mejoraría enormemente su eficacia si llegara a los pulmones.
“Es posible que esa vacuna nasal sea simplemente engullida y destruida en el estómago, lo que podría evitarse si alcanzara directamente los pulmones”, explicó mediante un comunicado el investigador Sandy Douglas, que dirigió los ensayos.
Hay una señal de buen augurio: no se han detectado síntomas secundarios graves, ya sea durante ese ensayo o tras las pruebas con las vacunas nasales china e india.
Los promotores de esas vacunas nasales no solamente se topan con desafíos científicos. En muchos países, particularmente los desarrollados, los lotes de vacunas no utilizadas se están acumulando.
Es por ello que el proyecto de la empresa biotecnológica francesa TheraVectys, en alianza con el Instituto Pasteur, lanzado en 2020, no pasó de un ensayo sobre animales.
“No suscitamos el interés de los organismos públicos, ni de las grandes farmacéuticas, para iniciar la fase de ensayos clínicos con humanos”, explicó a la AFP Pierre Charneau, director científico.
El interés de las vacunas nasales es más bien interrumpir los contagios masivos, explicó Martin Moore, responsable científico de la empresa biotecnológica estadounidense Meissa.
“La única manera de controlar este virus es rompiendo su cadena de transmisión (...). Con una vacuna nasal lo podemos lograr”, insistió a esa agencia.
*Con información de Europa Press y la AFP.