Investigación
CNE de Venezuela, arrinconado y en evidencia: estas son las 3 pruebas del robo de las elecciones que ya no puede tapar el régimen de Maduro
La oposición ha publicado pruebas contundentes y verificables que demuestran que Edmundo González ganó la mayoría de los votos en las elecciones
La comunidad internacional tiene los ojos puestos en Venezuela ahora más que nunca, tras el robo de las elecciones del pasado 28 de julio donde, según el Comité Nacional Electoral (CNE), Nicolás Maduro obtuvo 6,4 millones de votos (52 %) frente a 5,3 millones del opositor Edmundo González Urrutia (43 %), representante de la líder opositora inhabilitada María Corina Machado.
Las dudas a nivel internacional se han incrementado y es cada vez más difícil para el oficialismo argumentar el resultado cuando ni siquiera ha publicado las actas solicitadas por decenas de países que dudan del proceso de escrutinio y algunos lo tildan de un fraude.
Por su parte, la oposición ha publicado pruebas contundentes que demuestran que Edmundo González ganó la mayoría de los votos y que, dada la ventaja, Nicolás Maduro tendría que obtener 3,9 millones de votos en el 18 % restante de las mesas que han sido escrutadas hasta este momento.
La oposición registró en el primer boletín que el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática lideraba la votación por un 37 % y las imágenes de más de 24.000 actas oficiales lo respaldan, lo que significa que es estadísticamente imposible que Maduro gane, así se lleve el 100 % de los votos que aún no se han contabilizado.
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Dada la complejidad de un formato como el que se usa en Venezuela para las elecciones, es altamente improbable que, como denuncia Maduro, la oposición se haya inventado los resultados. También hay que agregar que es poco probable que los datos sean fraudulentos debido a la multitud que presencia los comicios y los códigos QR que coinciden con las actas impresas.
La producción de nuevos códigos QR por parte del CNE sería un desafío de altas proporciones, a lo cual habría que adherirle el reto de falsificar las firmas de más de 150.000 personas y usar las máquinas para registrar las marcas de tiempo y datos que coincidan con el resumen de votos que emitieron previamente. La idea de que el CNE publique las actas se hace cada vez más ambigua.
En SEMANA, justo 10 días antes de las elecciones presidenciales, María Corina Machado reveló que la estrategia de la oposición era tener ojos en las urnas, la idea siempre fue movilizar un amplio número de testigos en casi todas sus mesas, su misión era una sola: observar cada detalle del proceso de votación y estar aún más pendientes del resultado.
Según fuentes consultadas por este medio, después de que finaliza el sufragio, las máquinas de votación tienen un trabajo fundamental: crear dos registros, uno con el total de votos en un acta de papel y transmitir los resultados al CNE electrónicamente. El papel de los testigos de partido fue fundamental y su labor era transmitir con éxito al menos un acta por mesa en un esfuerzo de tabulación de votos paralelo.
La oposición publicó entonces los resultados de las votaciones de 10,6 millones de venezolanos, lo que equivale a 24.576 de un total de 20.016 mesas de votación. Hasta el 1.° de agosto, Edmundo González lideraba la tendencia superando hasta por 3,9 millones de votos a Nicolás Maduro. Con el porcentaje escrutado para Maduro, sería una utopía alcanzarlo.
El CNE mintió
Elvis Amoroso, presidente del CNE, quien tiene influencia chavista, publicó el primer boletín en la madrugada del lunes 29 de julio, y aseguró que Maduro habría recibido la suma de 5.150.092 votos frente a 4.445.978 millones que habría recibido su contrincante; entonces, según la estimación de ese 59 % que coincide con el dato de participación estimado que presentó la oposición, quiere decir que se emitieron 12,3 millones de votos el día de las elecciones de un total de 21 millones de personas registradas.
El CNE tardó cinco días en volver a dar un resultado y publica generalmente resultados a nivel de mesa que coincidan con sus totales de votos sin producir una sola acta que respalde esa afirmación, algo que resultó haciendo en la tarde de hoy 2 de agosto.
Según expertos, a partir de los primeros números publicados por el órgano electoral venezolano el pasado 29 de julio, alrededor de 2,2 millones de votos son posibles en el 20 % restantes de las actas que no han sido reportadas. González, en ese caso, estaría detrás de Maduro por 704.114 votos, lo que quiere decir que si el candidato de la oposición ganara, necesitaría vencer a Maduro 66 % a 34 % % en el voto restante para superar la ventaja de Maduro reportada por el CNE.
Las cifras publicadas por la oposición muestran un escenario completamente diferente y más creíble por su verificación anteriormente mencionada: el 59 % de los votantes también participó, lo que deja los mismos 2,2 millones de votos posibles, donde González lidera por 3,9 millones de votos y así Maduro gane el 100 % restante, estaría 1,7 millones detrás del opositor.
¿Por qué son reales las actas publicadas por la oposición?
Las actas son una pieza fundamental en el control de las votaciones en Venezuela. Se crean en cada mesa y se transportan al CNE a nivel nacional para ser entregadas físicamente a los presentes, incluyendo a los observadores y representan un equilibrio que certifica el proceso como tal.
Cada acta contiene los nombres, el número de identidad y la firma de los presentes (funcionarios del CNE, trabajadores y observadores) durante el proceso de conteo, por lo que es más difícil para el Gobierno venezolano intentar falsificarlas, ya que aproximadamente más de 150.000 personas habrían tenido sus identidades registradas, lo que requeriría la creación de firmas y cédulas de hasta 125.000 personas.
Para descubrir el engaño, según fuentes consultadas por SEMANA, solo bastaría con revisar las bases de datos estatales y determinar si esos datos coinciden con el nombre, el número de cédula y el lugar de votación, tres datos en un solo documento.
Las actas incluyen, además, una seria dificultad a la hora de duplicarlas, ya que cada una de ellas contiene un código QR único correspondiente a esa acta específica. Eso quiere decir que, al escanearlo, el código proporciona las cifras en bruto de los resultados específicos.
Es prácticamente imposible que los datos de la oposición pudieran haber sido fraudulentos, ya que es poco probable la creación de los códigos QR de las copias de las actas impresas de cada mesa de votación.