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In this picture taken on October 3, 2021, a Taliban fighter working as part of a police force stands guard at the entrance gate of a police district in Kabul. - The Taliban's new police force already counts about 4,000 men in the capital, says a Kabul police spokesman, insisting the city is far safer than before, as the hardline group builds a police force from scratch. (Photo by WAKIL KOHSAR / AFP) / TO GO WITH Afghanistan-police-Taliban,FOCUS by Elise BLANCHARD
| Foto: AFP

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¿Cómo es pasar de la insurgencia a ser la policía talibán?

Después de la conquista de los talibanes en el poder, los puestos de las fuerzas policiales han sido ocupados por antiguos luchadores insurgentes.

7 de octubre de 2021

Rahimullah pasó 13 años en las filas de la insurgencia talibana. Hoy, con su patrulla de policías, debe montar guardia en un puesto de control o patrullar las calles de Kabul para atrapar “ladrones, asesinos, o a quienes beben vino”. Como el resto del movimiento talibán, este excombatiente experimenta la transición de un día a día lleno de violencia, guerra e insurrección a los desafíos de administrar un país.

El policía dirige “un vehículo y ocho hombres” a cargo de mantener el orden y luchar contra los pequeños criminales en el sector llamado “Policía Distrito 10″, en el centro de la capital afgana. “El trabajo no es arriesgado”, considera este hombre de 28 años. “Era realmente peligroso combatir”, insiste este joven oriundo de la provincia de Wardak, en el oeste de Kabul.

Allí se unió siendo todavía un adolescente a las filas de los talibanes “por el islam y por su país”. La “policía talibana” cuenta hoy con 4.000 efectivos en la ciudad, explica Afez Sirajuddin Omeri, portavoz de la policía en Kabul, sentado alrededor de un viejo Corolla polvoriento, con la radio emitiendo cánticos religiosos. “Con el anterior gobierno, había 300 o 400 crímenes reportados a diario, hoy, recibo unos 15″, indica el funcionario en un balance imposible de verificar.

In this picture taken on October 3, 2021, a Taliban fighter working as part of a police force checks commuters at a road checkpoint in Kabul. - The Taliban's new police force already counts about 4,000 men in the capital, says a Kabul police spokesman, insisting the city is far safer than before, as the hardline group builds a police force from scratch. (Photo by WAKIL KOHSAR / AFP) / TO GO WITH Afghanistan-police-Taliban,FOCUS by Elise BLANCHARD
Según miembros de la nueva policía talibana y la población en general, la seguridad en Afganistán ha mejorado desde la llegada del gobierno talibán. (Photo by WAKIL KOHSAR / AFP) | Foto: AFP

Avisos contundentes

El movimiento islamista, que aplica una de las visiones más fundamentalistas de la sharia, dirigió un reino de terror entre 1996 y 2001, con lapidaciones, ejecuciones públicas en los estadios, manos cortadas o latigazos en plena calle.

Veinte años después, en el inicio de su segundo mandato, estas brutales medidas todavía no están al orden del día, aunque los talibanes han deslizado algunos avisos contundentes. Cuatro cadáveres de secuestradores fueron colgados en una grúa en Herat (oeste) y en Kabul han exhibido a ladrones con la cara pintada de negro.

Sin embargo, los habitantes de la capital reconocen que en pocas semanas el número de robos y secuestros han bajado el ritmo. Parar vehículos, abrir maleteros, interrogar a los conductores... En la patrulla, algunos agentes están todavía buscando su lugar. A muchos se les ve sobrepasados por el espectáculo de la capital, muy alejado de su estilo de vida en zonas rurales más conservadoras.

In this picture taken on October 3, 2021, Taliban fighters working as a police force stand guard at the entrance gate of a police district in Kabul. - The Taliban's new police force already counts about 4,000 men in the capital, says a Kabul police spokesman, insisting the city is far safer than before, as the hardline group builds a police force from scratch. (Photo by WAKIL KOHSAR / AFP) / TO GO WITH Afghanistan-police-Taliban,FOCUS by Elise BLANCHARD
Dos miembros de la policía talibana posan mientras hacen vigilancia de la zona. (Photo by WAKIL KOHSAR / AFP) | Foto: AFP

Deserción de antiguos agentes

En la policía talibana, la indumentaria no consiste en pantalón y chaleco, sino en una túnica tradicional afgana. Eso sí, de un tejido azul militar, el color del uniforme de sus predecesores. Del antiguo cuerpo de seguridad, desplegado y formado por las fuerzas internacionales, queda poco. Con la llegada de los talibanes hace siete semanas, la mayoría de agentes desertaron.

Con temor a represalias, muchos ex altos funcionarios se escondieron o huyeron del país, particularmente las escasas mujeres graduadas de la policía. El portavoz del ministerio de Interior, Qari Sayed Khosti, los invita a retomar sus puestos dado que “conocen su trabajo”, explica. “Hay un programa de formación en curso y habrá profesionales en todos los dominios”, dice el responsable ministerial.

Mantener el orden, la seguridad, luchar contra la corrupción y proteger a los civiles figuran entre las principales promesas de los talibanes. Mawlawi Shaker, de 34 años y comandante del distrito 10 de Kabul, dirige 200 hombres y se ocupa “de problemas de seguridad, disputas judiciales e incidentes criminales”.

“No es nuestro trabajo favorito, pero es nuestra responsabilidad”, admite el comandante con un gran turbante negro en el despacho de su comisaría. En la pared todavía se observa el emblema de la policía del antiguo gobierno y, al lado, la bandera talibán.

Para los jóvenes reclutas supone un desafío pasar de una vida llena de violencia extrema a la contención de mantener el orden. Desde su puesto de control al oeste de Kabul, Yahya Mansoor, de 25 años, asegura que no echa de menos los combates, pero sí el espíritu de “la lucha santa”. Pero él y sus camaradas están allí, ante todo, “para servir al pueblo”. “Antes lo servíamos haciendo la yihad, ahora construimos nuestro país”, asegura.

Con información de AFP.