SALUD
Cómo logró Corea del Sur frenar el aborto de niñas
La preferencia por los hijos varones, a quienes se consideraba garantes del linaje y sostén de la familia, se remonta a siglos atrás.
"Una hija vale por 10 hijos", fue el desesperado mensaje del gobierno de Corea del Sur. Lo emitió hace tres décadas, cuando la brecha de género era tan alta que por cada 100 niñas, nacían en el país asiático 116,5 niños.
La preferencia por los hijos varones, a quienes se consideraba garantes del linaje y sostén de la familia, se remontaba a siglos atrás.
Pero en la década de 1980 se había alcanzado un pico.
"Existía la idea de que las hijas dejaban de formar parte de la familia cuando se casaban", le dice Park-Cha Okkyung, la directora ejecutiva de la Asociación Coreana de Mujeres Unidas, a la BBC.
Ante esto, el gobierno buscaba soluciones rápidas.
Así, en un intento de reducir la incidencia de los abortos selectivos —una de las razones de la brecha — , en 1988 se promulgó una ley que prohibía a los médicos revelar a los padres el sexo del feto.
Al mismo tiempo, cada vez más mujeres accedían a la educación formal y se incorporaban al mercado laboral, desafiando así la convención de que era el hombre el que proveía al hogar.
La estrategia funcionó, aunque fue la combinación de una serie de factores la que permitió equilibrar la población del país asiático en términos de género.
En su informe titulado ¿Por qué está disminuyendo la preferencia por los hijos en Corea del Sur? y publicado en 2007, el Banco Mundial reconocía el esfuerzo y determinaba que era "la primera nación en Asia en revertir la tendencia de una brecha de género creciente".
Para 2013, por cada 100 niñas nacían 105,3 niños, una proporción comparable al de países occidentales como Canadá.
Mientras, en India por cada 100 niñas siguen naciendo 111 niños. Y en China la proporción es de 115 niños por 100 niñas.
Más factores
Monica Das Gupta, antropóloga y experta en demografía de la Universidad de Maryland, Estados Unidos que ha estudiado la disparidad de género en Asia, dice que es probable que otros factores sean más significativos que la legislación en el cambio de Corea del Sur.
Es cierto que una prohibición legal puede "amortiguar un poco el asunto", concede.
"Pero siete años después de haberse promulgado la ley (que prohibía a los médicos revelar a los padres el sexo del bebé) seguía habiendo abortos selectivos" en Corea del Sur, señala.
Así, ella atribuye la disminución de la brecha de género al "vertiginoso ritmo" de la urbanización y a la industrialización en el país asiático.
Y es que, durante las décadas en las que la sociedad de Corea del Sur fue predominantemente rural, se hacía mucho énfasis en el linaje masculino, ya que eran los hombres los que heredaban la tierra de sus padres.
Pero en las últimas décadas una gran parte de la población ha migrado a las ciudades, para trabajar en las fábricas, explica Das Gupta.
Por lo tanto, los hombres ya no tienen ese papel de conservar las tierras de la familia y pasarlas de generación en generación.
Mientras, en China y en India la brecha de género sigue siendo marcada a pesar de que las pruebas para saber el sexo del bebé y los abortos selectivos no están permitidos.
¿Pero a qué se debe entonces?
Das Gupta cree que el desequilibrio de China se debe a que hasta el año pasado seguía en vigor el sistema de los "hukou" para registrar a la familia.
Fue establecido en 1958 en plena era maoísta y fue creado para supervisar los movimientos poblacionales del campo a la ciudad.
El hukou consistía en un permiso de residencia otorgado por el gobierno chino, para el que se registraba el número de miembros de la familia, sus nombres, la fecha de nacimiento, la relación intrafamiliar, el estado civil, la dirección y el empleador.
Este correspondía al lugar de origen de la familia, independientemente de que sus miembros vivieran o trabajaran en la ciudad, por lo que seguía haciéndose énfasis en el linaje masculino.
Ahora, poco a poco, ha empezado a cambiar. Aunque no de una forma lineal, advierte la experta.
Y es que, al mejorar la situación económica de los ciudadanos, estos no necesariamente tienen más hijos, sino más bien lo contrario, con lo que se vuelve más importante el asunto del género, explica.
Mejora no lineal
En India, en 1961, había 976 niñas de menos de siete años por cada 1.000 niños de esa edad.
Pero de acuerdo al último censo hecho público, de 2011, la proporción es menor, de 914 por cada 1.000.
Y los activistas concuerdan en que se debe a que las pruebas prenatales para conocer el sexo del bebé están ahora más disponibles, a pesar de que estos métodos están prohibidos desde 1994.
De acuerdo a sus cifras, en la última década se puede haber abortado en el país a ocho millones de fetos femeninos.
Aunque la demógrafa insiste en que varios factores están teniendo lentamente efecto sobre la actitud hacia las mujeres, incluyendo el cambio en la forma de representar en los medios a las mujeres que trabajan fuera de casa y las reformas legislativas que imponen unas reglas igualitarias en lo referente a las herencias y que obligan a que un tercio de los cargos públicos sean para mujeres.
Mientras, en Corea del Sur, que la brecha de género se haya minimizado no significa que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad.
"Incluso ahora que tenemos una proporción normal, sigue existiendo discriminación contra las mujeres", se queja Park-Cha Okkyung, la directora ejecutiva de la Asociación Coreana de Mujeres Unidas.
"Tenemos que prestar más atención a las situaciones reales que enfrentan las mujeres, en lugar de sólo fijarnos en las cifras".