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8 cosas que pueden cambiar en el mundo con la llegada de Trump

Acuerdos históricos rotos, desequilibrio de poder, incremento nuclear en ciertas áreas, ¿Cómo puede ser el mundo con Trump en la Casa Blanca? Le contamos.

Alianza BBC
17 de enero de 2017
| Foto: AP

La llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca podría cambiar las relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo de forma sustancial. BBC Mundo te cuenta algunos de los cambios más importantes que podrían ocurrir.

1. Tiembla la OTAN

El presidente electo estadounidense ha sido muy crítico con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un pilar fundamental de la política exterior de Estados Unidos durante más de 60 años.

Trump dijo que la OTAN está obsoleta y describió a sus miembros como aliados ingratos que se han beneficiado de la generosidad estadounidense.

A días de su toma de posesión, reiteró que "muchos" de los 28 miembros de la alianza no estaban pagando las debidas contribuciones, lo que consideró "muy injusto" para su país.

Su más reciente reproche se produjo con la llegada de unos 3.000 soldados estadounidenses a Polonia, como parte de los planes del presidente saliente, el demócrata Barack Obama, para generar tranquilidad a sus aliados europeos preocupados por el temor a una agresión de Rusia.

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En cierto sentido, la retórica de Trump simplemente da voz a una preocupación de años por que la mayor parte de los miembros de la OTAN no están cumpliendo con el objetivo de gastar al menos 2% de su Producto Interior Bruto (PIB) en defensa, mientras que Washington tiene el mayor gasto del mundo por ese concepto.

Trump afirmó que la OTAN es "muy importante" para él, pero no le dio mucha tranquilidad a sus socios europeos, alarmados ante sus críticas a la organización.

El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania dijo que los comentarios de Trump eran motivo de "preocupación" en la alianza.

2. ¿Relaciones más íntimas con Rusia?

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha alabado al nuevo mandatario de EE.UU. Y la admiración es mutua.

Durante la campaña electoral, Trump calificó a Putin de líder fuerte con el cual le encantaría tener una buena relación.

Eso fue antes de que los servicios de inteligencia estadounidenses concluyeran que Rusia había sido responsable del hackeo de los correos electrónicos del Partido Demócrata durante la campaña electoral. Una conclusión que apenas hace unos días Trump anunció que tomaba por buena.

La explosiva publicación de un informe de inteligencia no verificado, según el cual Rusia tenía material comprometedor sobre Trump, también creó un nuevo y espinoso problema para el presidente electo.

Trump rechazó las acusaciones y catalogó los repostes sobre el informe de "noticias falsas", cuestionando si el expediente fue filtrado a propósito por agentes de inteligencia.

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Ahora, Trump dice que iniciará su gobierno confiando en Putin (y en la canciller alemana Angela Merkel), pero advierte que "puede que no dure mucho".

También dijo que mantendrá las sanciones estadounidenses a Rusia "al menos por un período de tiempo".

Pero sugirió en una entrevista que las sanciones internacionales podrían ser levantadas si se realizan "buenos acuerdos" con Rusia, incluyendo la reducción de armas nucleares.

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se volvieron significativamente tensas en el curso del gobierno de Obama por temas como Ucrania, Siria y la piratería informática. Esta parece ser una relación bilateral donde la dinámica puede cambiar significativamente con el presidente Trump.

3. ¿El fin del libre comercio?

Las políticas comerciales de Donald Trump pueden ser el cambio más grande en la forma en que Estados Unidos hace negocios con el resto del mundo en décadas.

Ha amenazado con deshacerse de una serie de acuerdos de libre comercio existentes, incluido el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLcan, NAFTA en inglés) entre Estados Unidos, Canadá y México, al que culpa de las pérdidas de empleo.

Incluso sugirió retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Desde que ganó las elecciones, se ha enfocado en amenazar a las compañías, particularmente a los fabricantes de automóviles, con que pagará un arancel del 35% a los bienes fabricados en México.

El empuje detrás de su política comercial es crear empleos en EE.UU., cerrar el déficit comercial y obtener "buenos acuerdos" para los estadounidenses.

China, en particular, está en la mira, y no sólo en lo que a comercio se refiere.

4. ¿El final de la política "una sola China"?

Una llamada telefónica entre el Trump y la presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen a principios de diciembre rompió las cuatro décadas del protocolo entre Estados Unidos y China.

Pekín considera a Taiwán como una provincia, y negarle los derechos de un Estado independiente es una de las prioridades clave de la política exterior china, algo que Estados Unidos ha reconocido con su política de "una sola China".

Recientemente el presidente electo dijo que "todo está bajo negociación, incluyendo una sola China". China respondió diciendo que el principio no era negociable.

Esta posición conflictiva plantea serias dudas sobre la trayectoria de la relación entre las dos economías más grandes del mundo.

Pero Trump ha mostrado pragmatismo en otras cuestiones relacionadas con China. Se ha retractado de uno de sus comentarios de campaña donde dijo que etiquetaría a China como manipulador de divisa. Ahora dijo que "hablará con ellos primero".

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5. Replanteo de las relaciones con América Latina

La presidencia de Trump podría suponer el mayor replanteo de las relaciones entre Washington y Latinoamérica en décadas.

Con sus promesas de construir un muro en la frontera con México y obligar a este país a pagar por él, deportar masivamente inmigrantes hispanos en EE.UU. o aumentar el proteccionismo comercial, Trump podría cambiar por completo el clima hemisférico de norte a sur.

La incertidumbre que el próximo inquilino de la Casa Blanca supone para la región se ha visto reflejada desde su elección en noviembre en la volatilidad que ha tenido el peso mexicano, que llegó a mínimos históricos frente al dólar.

A esto se suman por ejemplo las incógnitas sobre lo que Trump hará finalmente con la normalización de las relaciones con Cuba iniciada por el actual presidente Barack Obama, o cómo encarará Washington la política regional antidrogas.

Claro que también falta ver de qué modo reaccionarán los gobiernos de la región a sus medidas y anuncios, aunque varios analistas anticipan que, al menos al comienzo, la desconfianza ganará terreno sobre el ambiente de cooperación que había en las Américas.

6. El acuerdo nuclear con Irán

Para el presidente Obama, el acuerdo que levantó las sanciones contra Irán a cambio de garantías de no proliferación de armas nucleares fue un "entendimiento histórico".

Pero para Donald Trump, haciéndose eco de las preocupaciones republicanas, fue "el peor acuerdo que creo haber vistonegociarse".

Dijo que desmantelarlo sería su "prioridad número uno", pero ahora dice que no quiere especificar lo que hará.

"¿Quién muestra su mano de cartas antes de jugar?", dijo en una entrevista con el diario británico The Times.

Echar pie atrás tendría un enorme impacto en el Medio Oriente. Irán es un actor clave en el conflicto sirio y un rival histórico de Arabia Saudita e Israel, por ejemplo.

Ya el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, ha instado a Trump a permanecer comprometido con el acuerdo nuclear. Sugirió que EEUU debería respetar el acuerdo, apoyado por varias potencias mundiales.

El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, fue más contundente. "Si lo rompen, nosotros lo quemamos", según lo citó la agencia de noticias Associated Press.

7. ¿Más armas nucleares en Asia?

La presidencia de Donald Trump plantea importantes temas de seguridad en Asia.
No sólo el presidente electo se ha enfrentado a China con comentarios sobre Taiwán, sino que su secretario de Estado, Rex Tillerson, ha hablado de bloquear el acceso de China a las islas artificiales que ha estado construyendo en el Mar de China Meridional -disputado con Japón-, desatando alertas de potenciales "enfrentamientos militar" según un periódico estatal.

Japón y Corea del Sur han sido señalados por Trump como países que confían demasiado en Estados Unidos. Incluso ha dicho que se beneficiarían de tener sus propios arsenales nucleares.

Luego está el Estado renegado de la región, Corea del Norte, que actualmente está desarrollando sus propias armas nucleares.

Trump se enfrenta a la tarea de frenar esas ambiciones, algo que han eludido sus predecesores.

No está claro cómo puede hacerlo, pero ha propuesto negociar directamente con el líder norcoreano Kim Jong-un.

En respuesta a un reciente anuncio de Kim de que Corea del Norte estaba a punto de probar misiles de largo alcance capaces de llevar ojivas nucleares, Trump aseguró en Twitter que simplemente "no sucederá".

Puede que tenga una estrategia en mente aún no revelada, pero el candidato presidencial más impredecible de la política estadounidense abordando el estado más impredecible del mundo hace que Corea del Norte sea un punto crítico de los próximos años.

8. ¿Adiós al acuerdo de cambio climático?

El presidente electo Trump dijo que "cancelará" el acuerdo climático de París en los primeros 100 días de su mandato y que hará todo lo que esté a su alcance para revertir las regulaciones sobre cambio climático introducidas por el Presidente Obama.

Trump ha negado repetidamente el argumento científico que señala al hombre como causante del cambio climático, describiéndolo como "ficticio".

Sin embargo, al igual que muchas otras cuestiones, ha expresado puntos de vista contradictorios. En noviembre le dijo al New York Times que había "cierta conectividad" entre la actividad humana y el cambio climático y que "echaría un vistazo" al acuerdo de París, habiendo decidido ya retirar a EE. UU. de él.

Incluso si quisiera retirarlo, EE. UU. sigue legalmente ligado al plan de París por cuatro años. Además, hay "bloqueos jurídicos y procesales" que impedirían que Trump proceda a una revisión completa de la política climática de Estados Unidos, dice el New York Times.

Los planes del presidente electo de renunciar al Acuerdo de París, su desdén por el Plan de Energía Limpia del Presidente Obama y su determinación de seguir adelante con carbón han sido condenados por ambientalistas a nivel mundial.

Pero los partidarios de los combustibles fósiles dicen que los planes de Trump priorizan las necesidades de las familias estadounidenses, proporcionándoles energía asequible, además de dinamizar la economía y crear más oportunidades para las generaciones futuras.