Ucrania
Con drones kamikaze, Rusia prepara ataque en el occidente de Ucrania
Así lo denunció el departamento las Fuerzas de Defensa Territorial, que señaló que una veintena de esos aparatos fueron enviados a Bielorrusia.
Las autoridades militares de Ucrania denunciaron este viernes que Rusia habría enviado a Bielorrusia hasta una veintena de drones kamikaze de fabricación iraní.
Según señaló el departamento las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania para la región occidental, Rusia trasladó estos aparatos al aeródromo de Luninets, en el sur de Bielorrusia.
La ciudad de Luninets se encuentra a escasos 55 kilómetros de la frontera con Ucrania, con lo que desde el Ejército ucraniano se teme que en el futuro estos drones puedan ser empleados para atacar su territorio.
Las autoridades ucranianas han denunciado en repetidas ocasiones que Rusia estaría empleando drones supuestamente suministrados por Irán.
Desde Kiev se informó que sus tropas han logrado derribar algunos de estos aparatos no tripulados en varias zonas y que son utilizados en la invasión a Ucrania que se inició el pasado 24 de febrero.
El pasado martes las autoridades ucranianas denunciaron que Rusia atacó la ciudad ucraniana de Bila Tserkva, localizada a unos 80 kilómetros al sur de Kiev con drones kamikaze, de acuerdo con la información del encargado de la Administración Militar Regional capitalina, Oleksiy Kuleba, recogida por la agencia Ukrinform.
Según ese portal, fueron varios los impactos que se registraron en la zona con armamento presuntamente proporcionado por Irán.
“Región de Kiev. Anoche, el enemigo atacó Bila Tserkva con drones kamikazes del tipo Shahed-136. Un total de seis impactos y explosiones. Una persona resultó herida. La infraestructura también resultó dañada”, dijo el funcionario.
Señaló en su cuenta oficial de Facebook que se desplazó a la zona donde los equipos de rescate atendieron el hecho y se logró normalizar la situación luego de que fue extinguido el fuego que se presentó durante el ataque.
“Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para aumentar el nivel de seguridad en la región. No ignore las señales de alarma: diríjase inmediatamente al refugio. Cuide de usted y de sus seres queridos. Aguantemos. Definitivamente, ganaremos”, indicó, al hacer un llamado a la población a mantenerse informada.
Precisó que hubo “seis golpes y explosiones” en la localidad, cuya población antes de la guerra era de unas 200.000 personas.
“Una persona resultó herida. Varias infraestructuras quedaron dañadas”, agregó.
El Comando Operacional Sur de Ucrania dijo en Telegram que derribó seis drones del mismo tipo durante la noche, sin precisar su ubicación exacta.
Ucrania reportó en septiembre los primeros ataques rusos utilizando drones iraníes, principalmente en el sur del país como en la estratégica ciudad de Odesa, sobre el mar Negro.
Según la prensa, Irán entregó centenares de drones a Rusia pese a las advertencias de Washington, aliado de Kiev.
Ucrania anunció que reduciría “significativamente” la presencia diplomática iraní en represalia por el suministro de drones de Teherán a Moscú.
Irán dijo que la decisión “se basó en información infundada, divulgada por la propaganda de la prensa extranjera” contra Teherán.
Moscú recurrió a Irán para importar y desplegar en Ucrania sus Mohajer-6, un aparato de observación y ataque, y los Shahed-136 (Mártir-136), pequeños drones kamikaze de muy largo alcance (2.500 km), “probablemente implicados en ataques en Oriente Medio”, de acuerdo con informaciones oficiales.
Desde el 13 de septiembre, cuando Kiev derribó su primer dron iraní, se han avistado unas “dos docenas” de aparatos en el sur de Ucrania, la mitad de los cuales han sido neutralizados, dijo a AFP la portavoz militar Natalia Goumeniouk.
Los Shahed “son muy difíciles de detectar porque vuelan muy bajo, pero hacen mucho ruido, como una motosierra”, lo que significa que se les puede oír a distancia, comentó. Su eficacia también es “muy baja”, por lo que su función es hacer “presión psicológica sobre la población”.
“La industria de defensa iraní tiende a privilegiar lo barato en detrimento del control de calidad, por lo que sus sistemas suelen tener un índice de fallos bastante elevado”, explicó por su parte, el analista del centro de investigación británico Janes, Jeremy Binnie.
Con información de Europa Press y AFP.
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