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CON LA SOGA AL CUELLO

El ex presidente peruano Alan García encara un nuevo escándalo y esta vez con indicios de peso.

15 de agosto de 1994

CUANDO LA AMNESIA DE los peruanos parecía jugar a favor del ex presidente Alan García y pocos se acordaban del escándalo de unos supuestos pagos del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI) que nadie pudo probar, un nuevo y más grave caso se le ha venido encima a asilado ex mandatario y al parecer a decenas de empresarios peruanos que quedarían salpicados.
En una batalla sin antecedentes en la historia del paraíso financiero de Islas Caimán, un grupo de congresistas peruanos logró levantar la reserva bancaria de una cuenta en la que el empresario italiano Sergio Siragusa sostuvo que había depositado sobornos al ex presidente.
Al destapar la cuenta, ni el nombre de García ni el de su esposa salieron a relucir, pero los congresistas encontraron el de un conocido empresario peruano amigo del ex presidente y prófugo de la justicia de ese país, y el de un hombre de negocios de origen cubano que vive en Miami y está dispuesto a hablar.
El primero es Alfredo Zanatti, ex propietario de la aerolínea peruana Faucett Airlines, acusado de fraude con dólares preferenciales que recibió a manos llenas durante la administración de Garcia (1985-1990), y el segundo es José Lázaga, un enigmático negociante cubano que trabaja para Faucett en Miami, que en virtud de un acuerdo de cooperación que ha suscrito recientemente con el gobierno peruano, puede convertirse en la pieza clave que haría claridad sobre los nexos entre Zanatti y el ex presidente. Lo cierto es que hasta ahora el abocado de Lázaga en Miami ha dicho que su cliente no ha tenido nexos con García, ni lo conoce personalmente.
El nuevo escándalo ha cambiado la actitud de algunos sectores de la opinión pública peruana que hace dos años, y con motivo del fiasco del BCCI, le dieron a García el beneficio de la duda, y al mismo tiempo ha puesto a temblar a quienes alguna vez hicieron negocios clandestinos con el peruano prófugo o con el italiano delator.
El semanario Caretas, que defendió siempre la gestión del ex presidente García, expresó públicamente que por primera vez ha surgido un indicio concreto de que éste pudo haber recibido remuneraciones personales indebidas en el caso del tren eléctrico de Lima.
"Ante las revelaciones de las últimas semanas,'Caretas' deja de presumirla inocencia de Alan García y pasa a sospechar de su culpabilidad", aseguró la publicación en su editorial.
Fernando Rospigliosi, columnista de la revista, consideró también que el hallazgo hasta ahora "es demoledor y confirma las peores presunciones: la versión de Siragusa pone al borde del abismo al ex presidente García".
El hallazgo es tal vez lo más cercano a que ha llegado una comisión investigadora en toda América Latina a las huellas de una supuesta mordida.
La historia comenzó a mediados del año pasado, cuando el fiscal italiano Vittorio Paraggio viajó a Lima para seguir los hilos de la madeja que desató la enorme operación Mani Pulite (o Manos Limpias) en que se embarcó el gobierno italiano para acabar con la corrupción. Luego de entrevistarse con congresistas y fiscales, los caminos llevaron a Paraggio a donde el hombre clave del proceso de adjudicación del tren eléctrico de Lima: Sergio Siragusa, un empresario italiano que asesoró a Tralima, el consorcio ganador de la construcción del tren que quedó a medias.
Acosado por la fiscalía italiana y el Congreso que le respiraban en la nuca, Siragusa resolvió hablar en diciembre del año pasado y declaró que le babía pagado 840.000 dólares a García por haber facilitado la adjudicación del contrato a su empresa.
La denuncia no era temeraria. El empresano alto cuando, por ejemplo, giró el dinero y dio el número de las cuentas y la cantidad de cada uno de los tres desembolsos.
Tanto la fiscalía italiana como una comisión de diputados que investiga la contratación del tren eléctrico, presentaron una solicitud de levantamiento de la reserva a la Gran Corte de Islas Caimán, y ante la sorpresa del mundo financiero, la Corte ordenó al Barclays Bank de la isla que abriera la cuenta cifrada.
Esta aparece a nombre de Worldwide Financial Holding, una firma cuyos gestores son Lázaga y Zanatti. Para quienes no conozcan la historia tras bambalinas del gobierno de Alan García, la figuración de estos personajes haría pensar que el ex presidente ha salido bien librado una vez más.
Pero Zanatti es un nombre comprometedor para García. En 1988 directivos del Canal 13 de la televisión peruana denunciaron que el entonces presidente y el influyente empresario urdieron un plan para acorralar financieramente al Canal y quedarse con sus acciones. García, a quien SEMANA intentó infructuosamente de contactar para conocer sus comentarios, ha negado reiteradamente las acusaciones tras alegar que todo forma parte de una "patraña montada por el dictador Alberto Fujimori".
Su abogado en Lima, Jorge del Castillo, ha pedido a Siragusa que si está en plan de destape, que autorice la exhibición de sus cuentas bancarias personales. En caso de que Siragusa acepte la propuesta, dice la prensa peruana, el escándalo podría provocar una desbandada de funcionarios y ex funcionarios que comieron de la mano del empresario italiano. -