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Conflicto en Yemen: ¿Podrá Biden poner fin a la peor catástrofe humanitaria de la actualidad?
Decenas de miles de personas, civiles en su mayoría, han muerto y millones han tenido que abandonar sus hogares a causa de ese conflicto.
Los beligerantes en Yemen reafirmaron su voluntad de poner fin al conflicto después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometiera a apoyar los “esfuerzos diplomáticos”, aunque una solución parece de momento inalcanzable. La guerra en Yemen enfrenta desde hace más de seis años a los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, y a las fuerzas gubernamentales, respaldadas desde 2015 por una coalición liderada por Arabia Saudita.
Decenas de miles de personas, civiles en su mayoría, han muerto y millones han tenido que abandonar sus hogares a causa de ese conflicto, que Naciones Unidas describió como la peor catástrofe humanitaria de la actualidad.
En su primer discurso de política exterior desde su investidura, Biden instó el jueves al “fin” de la guerra en Yemen mediante la vía diplomática, dio por terminado el apoyo de su país a la coalición, y confirmó el nombramiento de un reputado diplomático, Timothy Lenderking, como emisario para Yemen. “Esta guerra debe cesar”, dijo Biden, y anunció que Estados Unidos pone fin al “apoyo” a las operaciones ofensivas y a la “venta de armas”, en especial las “municiones de precisión”, a la coalición.
El gobierno yemení, reconocido por la comunidad internacional, saludó estos anuncios destacando la “importancia de apoyar los esfuerzos diplomáticos”. Irán, enemigo jurado de Estados Unidos y que sufrió una campaña de “presión máxima” de la pasada administración de Donald Trump, niega suministrar armas a los hutíes, aunque no esconde su apoyo político a estos rebeldes.
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Los hutíes, que controlan gran parte del oeste y del norte del país --incluida la capital Saná-- expresaron su apoyo a este enfoque de la nueva administración de Washington, que indicó en enero que reconsideraría la decisión de Trump de inscribir a los rebeldes en su lista de “organizaciones terroristas”. “Para acabar realmente con el conflicto, hay que poner fin a la agresión y al bloqueo”, declaró en Twitter un portavoz hutí, Mohamed Abdel Salam, aludiendo a la intervención de la coalición.
Solución lejana
Sin mencionar el final del apoyo de Estados Unidos a la coalición, Riad saludó el “compromiso” de Biden “de cooperar con el reino para defender su soberanía y hacer frente a las amenazas contra él”.
Arabia es objeto desde hace meses de reiterados ataques --con misiles, cohetes, drones-- llevados a cabo por los rebeldes. El reino afirmó también su apoyo a una “solución política global de la crisis yemení”, y se congratuló de que Estados Unidos “subraye la importancia de los esfuerzos diplomáticos” para resolverla.
Pero, de hecho, una solución al conflicto yemení parece casi imposible. “La guerra no va a acabar, nadie quiere que termine. Todo esto es propaganda”, sentencia Huda Ibrahim, una mujer de 38 años que vive en la ciudad portuaria de Hodeida, por donde transita lo esencial de la ayuda humanitaria y donde impera una frágil tregua, en vigor desde un acuerdo cerrado en 2018 bajo la égida de la ONU.
“Los combates no cesan ni una sola noche”, agrega la mujer, aludiendo a un recrudecimiento de los enfrentamientos desde mediados de enero.
“Excelente primera etapa”
“Los anuncios de Biden son una excelente primera etapa”, matiza Annelle Sheline, especialista de Medio Oriente en el Quincy Institute for Responsible Statecraft.
“Pero el diablo está en los detalles. Hay que saber lo que quiere decir en la práctica ‘acabar con el apoyo de Estados Unidos a las operaciones ofensivas’”, agregó. “¿Quien determina ese criterio? Los saudíes, por ejemplo, afirman que sus esfuerzos de guerra son defensivos”, explica Sheline.
Y los hutíes aseguran que sus misiles están destinados “a la defensa de Yemen”, según Mohamed Abdel Salam. “Para acabar realmente con la guerra, necesitamos la diplomacia, y para ello tenemos que ser capaces de volver a hablar con los iraníes” concluye la experta.