Mundo

Congelada: así estuvo una mujer en Estados Unidos; se creía que estaba muerta

La joven, de 19 años, decidió salir a caminar en medio del frío sin pensar lo que vendría.

16 de agosto de 2022
Las postales que nos deja el invierno en el mundo.
Mucho frío puede congelar a una persona Foto AP / Kent Porter / The Press Democrat | Foto: AP

En el mundo se producen diferentes fenómenos que retan a la ciencia, y al razonamiento humano, pues muchas veces ocurren sucesos que dejan sin argumentos a cientos de personas que intentan explicar el por qué de las cosas.

Así fue como ocurrió el 20 de diciembre de 1980 en el pueblo Lengby, Minnesota, Estados Unidos, cuando Jean Hilliard, una mujer que se movilizaba en su carro de regreso a su hogar, pero al caer en una zanja, no pudo continuar su camino. No le quedaba otra opción que caminar, pero el clima era inclemente, por lo que le era complicado salir a pedir ayuda; decidió caminar a casa de un amigo que estaba a 3,2 km de distancia desde donde ella se encontraba.

El frío era tal que la joven se congeló cuando estaba ad portas de llegar a la casa de su amigo (Wally Nelson) sobre la 1:00 a. m., por lo que él la encontró llena de nieve y totalmente rígida cerca de las 7:00 a. m., es decir, seis horas después de haber sido congelada, tras estar a más de 30 °C bajo 0. “La agarré por el cuello y la tiré al porche. Pensé que estaba muerta. Se congeló más que una tabla, pero vi algunas burbujas saliendo de su nariz”, conforme dio a conocer MPR News.

Wally decidió llevarla entonces al hospital más cercano, en donde fue imposible tomar su temperatura, pues era tan baja, y su cuerpo estaba totalmente inmovilizado, que no se le podía medir con un termómetro o ubicarlo bajo su axila. “Su cara estaba inerte y sus ojos se encontraban solidificados y no respondían al estímulo de la luz (...), su piel estaba tan rígida que era imposible canalizar”, agregó el New York Post.

Entre tanto, los médicos determinaron descongelarla, debido a que de su cuerpo salían algunos sonidos muy débiles que permitieron que existiera la esperanza de que pudiera vivir. La envolvieron en una manta térmica eléctrica y luego de varias horas se pudo escuchar su corazón, que tenía alrededor de ocho latidos por minuto, al tiempo que tenía tres respiraciones, según registró Tinta Indómita.

Así las cosas, “en la terapia de reanimación, comprender que la hipotermia extrema no necesariamente se traduce en muerte se volvió fundamental en el tratamiento. Gracias a experimentos en laboratorio sabemos que al reducir la temperatura corporal también se retrasa el metabolismo”, conforme al sitio Marcianosmx.

La mujer, quien en ese momento era una joven de tan solo 19 años, “sobrevivió gracias a que su flujo sanguíneo se tornó más lento de lo común y el oxígeno de su cuerpo se redujo considerablemente y los órganos no se vieron tan afectados por la congelación”, informó RadioMitre.

Al despertar, pidió un vaso con agua, pero le preocupaba lo que diría su padre, luego del choque; tres días después, recuperó la movilidad y luego de estar 49 días en el centro médico, salió sin ningún tipo de daño, por fortuna, conforme TI.

Asimismo, un profesor de medicina de emergencia de la Universidad de Minnesota, en diálogo con MPR News, expresó, dando respuesta a lo sucedido, que las personas que se encuentran en dicha situación “se sienten congelados como una roca. Eso de ninguna manera nos disuade del intento de reanimación. Y tenemos un historial de éxito con eso”.

Según TI, el cerebro “puede soportar de tres a seis minutos sin oxígeno antes de que ocurra un daño cerebral grave. Sin embargo, en casos de enfriamiento lento, el cuerpo se congela antes de que el corazón se detenga. El cerebro está tan frío que sus células requieren muy poco oxígeno y pueden sobrevivir durante varias horas sin sufrir ningún daño”.

“Es como si me hubiera dormido y despertado en el hospital. No vi la luz ni nada por el estilo. Fue un poco decepcionante. Lo resumo todo en una gran confusión y caos”, expresó la mujer, que trabaja en Walmart y tiene dos hijas.