Home

Mundo

Artículo

La mitad de los fallecidos en el país, 2.090, se concentran en la región de Madrid/Foto archivo SEMANA | Foto: BBC - GETTY IMAGES

MUNDO

"En España se está muriendo gente que se podría salvar": autoridades sanitarias

España es el segundo país del mundo con más fallecidos por covid-19, solo por detrás de Italia, y ya por delante de China, donde se originó la pandemia.

26 de marzo de 2020

La pandemia de coronavirus cobró 655 nuevas muertes en España, donde ya hay 4.089 fallecidos y 56.188 casos confirmados, anunció este jueves el ministerio de Sanidad en su balance diario.

El incremento de los fallecidos de un día a otro fue del 19%, menos que el miércoles (+27%), cuando se reportaron 738 muertos más.

La mitad de los fallecidos en el país, 2.090, se concentran en la región de Madrid, la más golpeada.

Los casos nuevos confirmados este jueves son 8.578, un 18% más que el miércoles.

Al mismo tiempo han sido curadas 7.015 personas, un 30% más que el miércoles, y 3.679 pacientes hasta ahora han requerido ingreso en las unidades de cuidados intensivos (UCI).

Se llaman Sara, Regina, Sonia e Irene y son parte del personal sanitario que está en la primera línea de la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus, que ha desbordado numerosos hospitales de España.

Así le cuentan a la AFP cómo están haciendo frente.

 "El hospital entero es coronavirus" 

Sara Chinchilla es pediatra, tiene 32 años y trabaja en Móstoles, cerca de Madrid. La afluencia de pacientes en su hospital es tal que tienen que privilegiar el ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de quienes tienen más posibilidades de sobrevivir, es decir los más jóvenes y sin patologías previas.

"¿Tengo cinco pacientes para elegir y una sola cama? Tengo que elegir. Se está muriendo gente que se podría salvar, pero que no puede entrar en UCI", explica.

Sara lamenta la falta de material en su centro. En los últimos días hay "más mascarillas", pero "lo que más necesitamos son respiradores. Se podrían salvar muchísimas más vidas si hubiese respiradores".

El personal está al límite porque muchos profesionales se han contagiado -"cada día están cayendo más"-, y el hospital se ha reorganizado para acoger a tanto paciente de coronavirus: "No hay planta de ginecología, de pediatría o de traumatología; ahora mismo todo el hospital es covid-19".

"Cada vez hay más pacientes y menos médicos, es una situación límite", insiste. En España, miles de sanitarios han resultado infectados, según las autoridades, y al menos tres han fallecido de covid-19.

Una soledad "inmensa" 

Regina Dalmau, 48 años, es cardióloga en el hospital madrileño de La Paz, y desde hace semanas atiende a pacientes del nuevo coronavirus.

"Cuando te vas del hospital, te vas más triste. Están solos (los pacientes), cuando se mueren, se mueren solos, cuando llegas a casa lo tienes que digerir, tienes que llorar. Esto no lo hubiera imaginado nadie".

Dice Regina que ve "situaciones muy dramáticas", como la de esos pacientes agónicos, cuya despedida será de una brevedad cruel.

"Llamas para que venga un familiar a despedirse", bajo la condición de no tener síntomas ni haber convivido con el paciente en los últimos cinco días. "Puede estar diez minutos, pero no puede acercarse" a su ser querido. "La soledad es bilateral y es inmensa".

Define la situación como una "guerra total", y cree que "lo peor" está por llegar, pues aún se está viendo "la consecuencia del contagio de hace dos o tres semanas".

Sostiene que desde las autoridades "se ha gestionado fatal" la crisis, ya que antes del confinamiento dictado el 14 de marzo, se permitieron partidos de fútbol, la feria de arte ARCO en Madrid y la manifestación del 8 de Marzo, con cientos de miles de participantes en todo el país.

"Es el virus de la ceguera selectiva", remacha.

"Una mascarilla no es eterna" 

Sonia Pacho, enfermera de 48 años, trabaja en el hospital de Galdácano, cerca de Bilbao, donde trabajaba la primera sanitaria fallecida de coronavirus en España, una enfermera de 52. "Fue un mazazo, sientes mucha impotencia".

Atiende a domicilio a pacientes con síntomas leves en una amplia demarcación -"a veces me hago ciento y pico de kilómetros" para ver a uno-, y explica haber efectuado tests a personas de todas las edades, utilizando en cada ocasión un kit entero de protección (guantes, bata, gorro, mascarilla, gafas, calzas para los pies) que luego toca quitarse escrupulosamente.

Insiste en que cuesta conseguir material de protección, y que la falta del mismo "te limita muchísimo".

"Hay compañeros que están reutilizando la mascarilla hasta la eternidad". Sin embargo, recuerda, "una mascarilla no es eterna".

En el hospital "se mastica el ambiente tenso", aunque hay "mucha disposición" y solidaridad entre los colegas para relevarse, cambiar turnos o hacer días extra.

"Si me llamaran de una planta que necesitara gente, seguro que iría".

De baja por contagio y "fastidiada" 

Irene Sanz, pediatra en un hospital de Valladolid, lleva de baja en casa con sus dos hijos pequeños desde que diera positivo por coronavirus el 13 de marzo.

"Tuve 39 grados de fiebre varios días, en total 10 días enteros de fiebre, con mucho dolor muscular, cansancio y algo de tos. He estado fastidiada".

Ahora está mejor y la semana próxima espera dar negativo en una nueva prueba.

"Tengo ganas de volver a trabajar, porque con todo el personal que se está contagiando, cada vez están más justos de recursos humanos. Pero también tengo miedo a partes iguales de lo que me voy a encontrar", añade esta médica de 35 años.

En su centro la movilización no ha llegado aún al nivel extremo de otros hospitales del país, pero "en función de cómo vaya la situación, hay activados varios planes de contingencia", que obligarán a profesionales de distintas especialidades a atender a adultos aquejados de coronavirus.

Con información de AFP