MUNDO
Más de tres mil soldados llegan a la Amazonía brasileña para prevenir incendios
La destrucción de la selva tropical más grande del mundo creció un 55 por ciento respecto al mismo periodo en 2019. El brote de coronavirus ha impactado negativamente a esta región y ha complicado los esfuerzos para combatir la deforestación.
Las alertas ambientales están prendidas por el nuevo récord que alcanzó la deforestación en la Amazonía brasileña en lo que va corrido del año. La destrucción de esta área creció un 55 por ciento respecto al mismo periodo en 2019, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) de Brasil.
Asimismo, entre enero y abril fueron talados 1.202 km2 de selva, de acuerdo con el INPE, lo que ha llevado a cuestionar la gestión del presidente Jair Bolsonaro sobre si se ha dado la correcta y oportuna protección a la selva tropical más grande del mundo.
No obstante, la semana pasado el mandatario ordenó el envío de las Fuerzas Armadas a diferentes regiones del país para combatir la deforestación y prevenir los incendios en la Amazonía. Es por esto que 3.800 soldados ya iniciaron las tareas de prevención y combate, principalmente en regiones fronterizas y en tierras indígenas.
Los militares son apoyados por once aeronaves y también llevan a cabo su trabajo en los estados brasileños de Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondonia, Roraima, Tocantins (norte) y una parte de Maranhao (nordeste).
El vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, aseguró en una rueda de prensa que los 3.800 soldados estarán en operaciones hasta el próximo 11 de julio, aunque no se descarta la posibilidad de prorrogar las funciones dependiendo de los resultados que tengan estas misiones.
Cabe resaltar que varios organismos oficiales de defensa del medio ambiente contarán con el apoyo logístico de los militares en su combate contra la minería ilegal y otras mafias del crimen organizado. Según Mourao, en la Amazonía brasileña operan numerosos grupos de mineros ilegales que se han enfrentado a las autoridades.
El brote de coronavirus ha impactado negativamente a esta región y ha complicado los esfuerzos para combatir la deforestación. Debido a los constantes riesgos para la salud, menos agentes de El Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) han podido visitar la zona y proteger tanto a las poblaciones que allí habitan como a los recursos naturales.