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Diario de una agonía: enfermera grabó su día a día con covid-19 hasta que murió
Pamela Orlando de 56 años trabajaba en un hospital de New Jersey, una de las zonas más afectadas por la pandemia de coronavirus. Sus grabaciones se convierten en un legado para que la humanidad entienda la magnitud del virus en algunos de los pacientes.
El espíritu de entrega que Pamela Orlando tenía con su profesión como enfermera le dio las fuerzas suficientes a nivel físico y mental para batallar en contra de la enfermedad que no solo afectaba a sus pacientes sino también a ella. La mujer murió a sus 56 años por coronavirus.
Pamela era enfermera del Valley Hospital de Ridgewood, en New Jersey, uno de los lugares más afectados por el incremento desmedido de los casos positivos y decesos por coronavirus en Estados Unidos. Aunque el lugar comenzó a estar saturado de pacientes, ella asistió todos los días para brindarles ayuda y atención.
Inevitablemente también resultó contagiada. Comenzó a tener fiebre y tos, pero no se sentía del todo mal. Aun así, como conocía la gravedad de la situación, tomó la decisión de aislarse en su casa y grabarse día a día para narrar su experiencia con la enfermerdad. “No voy a ir a la guardia (del hospital). Voy a controlar mis síntomas en casa”, contó la enfermera en su primer video.
Pero, al igual que muchos pacientes de la covid-19, su estado de salud empeoró, la fiebre no le bajaba, su cuerpo estaba debilitado y tuvo dificultades respiratorias. Sus dos hijos Reid y Ryan la llevaron al hospital en donde trabajaba y fue internada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
“No puedo casi moverme sin quedarme sin aire. Me siento espantosamente. Estoy tan mal como si no fuera a salir de esta. Por favor, Dios, ayúdame”, dijo Pamela, quien continuó con las grabaciones.
“Me siento tan mal que ni siquiera voy a lograrlo. Ni siquiera puedo moverme sin estar sin aliento... Solo rezo para que esté bien”, fue su testimonio para el 28 de marzo, pero en los días siguientes se debilitó y solo hubo videos grabados en silencio.
Estos se convirtieron en la prueba que documentó la agonía y el deterioro de Pamela con el paso de los días. Casi no podía hablar y era difícil ver su rostro por los tubos a los que estaba conectada. Falleció el 16 de abril, después de tres semanas de batalla contra la covid-19.
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Sus hijos encontraron en su celular los videos que a diario grababa y decidieron mostrarlos. Desde ahora, son uno de los legados para que la humanidad entienda la magnitud de la enfermedad y los estragos que causa en algunos de los pacientes.
“Los videos son muy difíciles de ver para mí y mi hermano. Pero los teníamos que dar a conocer porque ese es el testimonio que quería dejar mi mamá”, manifestó su hijo Reid en una entrevista para medios locales. “Ella quería que todo el mundo entendiera la importancia de mantener la distancia social y lo devastador que es el virus”, concluyó.