CORONAVIRUS

Díficil decisión: España priorizará atención médica a quienes puedan sobrevivir

Los respiradores y los ventiladores asistidos comienzan a faltar en el país. Así, los médicos se ven obligados a hacer "una tenebrosa selección". El ministro de Sanidad, Salvador Illa dice que "vienen los días peores", y que se acercan "al punto máximo".

20 de marzo de 2020
"Tenemos algunas unidades asistenciales bajo un estrés cercano al límite", reconoció en rueda de prensa el director de emergencias sanitarias Fernando Simón.

España acaba de llegar a uno de los dilemas éticos más grandes que puede tener un sistema sanitario: decidir a quién puede salvar y a quién no. Con los recursos escasos y los contagios de coronavirus creciendo, el país se debate en este momento ante esa díficil pregunta. Este viernes el diario El País de España relató que las salas de cuidados intensivos estaban llegando su capacidad máxima. Y que, por cuenta de esa dura realidad, la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) "elaboró una guía ética para ayudar a tomar esas decisiones a los facultativos. El texto recomienda, ante dos pacientes similares, priorizar la mayor esperanza de vida con calidad”.

El coronavirus ha cobrado ya más de 1.000 muertos en España, donde varios servicios de emergencias están desbordados ante una epidemia que creció exponencialmente en una semana y sumaba este viernes casi 20.000 casos en el país. En un gigantesco pabellón de congresos de Madrid, las autoridades regionales y el ejército están instalando un hospital con 5.500 camas y en Barcelona están preparando hoteles para acoger pacientes, una medida ya aplicada en la capital española.

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El personal médico advierte de una situación de "caos" en el sistema sanitario ante unas plantillas diezmadas por los contagios y la falta de material y camas de unidades intensivos que, según diferentes fuentes, está llevando a escoger qué pacientes reciben estos tratamientos. "Vienen los días peores", a medida que el país se acerca "al punto máximo", avisó el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

España sumaba este viernes 19.980 casos -un 16,5% más que el jueves- y 1.002 muertos, un 30% más que 24 horas antes, según datos del gobierno. En una semana, el número de víctimas se ha multiplicado por diez. Ahora el tercer país del mundo con más casos, lo que puede explicarse por su mayor capacidad que otros para realizar pruebas. La situación más angustiosa se da en la región de Madrid, que concentra algo más de un tercio de los casos, y 628 fallecimientos (63% del total), 130 de ellos en las últimas 24 horas.

Esto llevó a la región a solicitar asistencia del ejército para montar un hospital en el pabellón de IFEMA, donde habrá 500 camas de cuidados intensivos, y para el traslado de cadáveres de los fallecidos por coronavirus.

Triaje de pacientes 

El personal sanitario denuncia una escasez acuciante de material protector (guantes, mascarillas) para el personal, desbordado por el ingreso de pacientes y las bajas causadas por los contagios y el confinamiento preventivo de sanitarios.

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"Los protocolos no estaban pensados para esta afluencia de gente, falta material, falta personal, faltan equipos de protección (...) y todo esto en conjunto crea un caos", dice Eduardo Fernández, sindicalista y enfermero de la UCI del hospital público madrileño Infanta Sofía. "Lo peor es que el personal sanitario que está en cuarentena va en aumento", y eso "va a generar un problema serio", añadió, precisando que un 10% de la plantilla del centro (1.200) está aislado en su domicilio.

"Los respiradores y los ventiladores asistidos son limitados. No hay para todos" con lo que los médicos se ven obligados a hacer "una tenebrosa selección", dijo  José María Garcés, médico jubilado de 66 años que se reincorporó a su hospital de Barcelona esta semana.

En un protocolo que copaba titulares este viernes, la sociedad de médicos intensivos insta a "ingresar prioritariamente a quien más se beneficie o tenga mayor expectativa de vida, en el momento del ingreso". 

Si bien la situación no es "generalizable", esta tensión hace que "en algunas UCIs concretas (...) se tienen que hacer un poco más restrictivos" que de costumbre en la admisión de pacientes de coronavirus. Salvador Illa salió al paso aseverando que se están "movilizando todos los recursos disponibles, para asegurar que el personal sanitario tenga todo lo que necesita para atender a todos los españoles".

En los últimos días distribuyeron 1,5 millones de mascarillas, 500.000 procedentes de China, y "vienen 300.0000 mascarillas de Alemania", explicó Illa, que también incorporó a decenas de miles de médicos y enfermeras al sistema.

30.000 denuncias 

Desde el sábado pasado, la población española está sometida a un confinamiento casi total, por el que la gente sólo puede salir de casa para comprar productos de primera necesidad o acompañar a personas dependientes. Las calles de las grandes ciudades están vacías, los supermercados controlan el aforo para evitar focos de contagio, y miles de patrullas policiales vigilan dentro y fuera de las urbes que se cumpla el confinamiento.

El ministro del Interior señaló que se interpusieron más de 30.000 denuncias y se practicaron más de 300 detenciones por vulnerar estas restricciones, y advirtió de un aumento de los controles durante el fin de semana ante las imágenes que proliferaban el viernes de atascos de vehículos para salir de algunas ciudades.

Una avalancha de solidaridad

La crisis, sin embargo, ha sacado lo mejor de los españoles. "Tengo gallinas, y las docenas de huevos que me sobran las doy". En la España interior, vaciada por la emigración, las redes vecinales se han activado rápidamente para ayudar a los ancianos, los más vulnerables y aislados ante el coronavirus. Por el momento, regiones como Castilla o Aragón son las menos castigadas de una España que es el cuarto país del mundo con más casos de covid-19.

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Sin embargo, en pleno confinamiento para contener la epidemia, estas provincias enfrentan un desafío singular: atender a una población envejecida y dispersa en uno de los territorios con menos densidad de población de Europa. Sergio Caminero (30 años) es uno de esos jóvenes que se han ofrecido para hacer y llevar la compra a sus vecinos. Vive en Lovingos, una localidad castellana de unos 50 habitantes.

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El martes le hizo la compra a una vecina pensionista. "Es mayor y lo está viviendo con bastante miedo y tensión", dice. En su zona se cultivan patatas, un vecino suyo comparte la leche de sus cabras, y él mismo, los huevos de las gallinas que tiene en su patio.  "Las docenas que me sobran las doy. Ahora las gallinas están en plena producción; igual coges una o dos docenas diarias", cuenta Sergio, confiado en que "si las cosas van a peor, en los pueblos al menos tendremos autoconsumo".

En la ciudad aragonesa de Teruel, la federación de vecinos y el ayuntamiento han lanzado la iniciativa Aislados pero no solos. Una de las beneficiarias es María García, una mujer de 56 años aquejada de una incapacidad permanente por un accidente laboral. Vive con su padre de 88 años, convaleciente de un ictus, su madre de 86 y su perro. El miércoles, un voluntario, equipado de mascarilla y guantes, les trajo comida a casa. "He llamado para preguntar, y en una hora estaba el chico aquí", cuenta María, que seguirá recurriendo a esta red solidaria "siempre que lo necesitemos, y mientras estemos así".

¿Cómo vivir encerrados?

El aislamiento puede ser agobiante en zonas como las Tierras Altas de Soria, una comarca montañosa de Castilla vaciada por sucesivas olas migratorias desde de los años 1950. "Cubrimos 16 municipios, una zona con una tremenda despoblación y una densidad de menos de 2 habitantes por kilómetro cuadrado. En una situación como esta el panorama se agrava, porque los vecinos son gente muy mayor, sola, y en estos momentos aislada", explica la funcionaria Raquel Soria.

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Cuenta que están llamando a las personas mayores de la zona para "saber cómo van", "darles ánimos" y ofrecerse para llevarles bienes de primera necesidad. "Están agobiados, pero también concienciados de que es importante que se queden en casa", añade. En estas áreas varios ayuntamientos han publicado el teléfono móvil del alcalde, y en muchos, los funcionarios locales llevan comida y medicamentos a los mayores.

"Al ser un pueblo pequeño, de unos 2.000 habitantes, estas cosas son más fáciles. Nos conocemos todos", explica Belinda Peñalba, alcaldesa de San Leonardo de Yagüe, provincia de Soria. No lejos de allí, en Ágreda (3.000 habitantes), los más curtidos echan mano de experiencia y buen humor, como Isidro Omeñaca, un hombre viudo de 81 años que de niño trabajó de labriego con su padre y a los 12 tuvo que abandonar la escuela.

Para mantenerse sube y baja escaleras, va a la compra en bicicleta, cocina y se sienta al sol a la puerta de casa. En su memoria tiene los durísimos años de escasez de la posguerra civil española. Comparativamente, la gente es ahora "más exigente, menos disciplinada y menos sacrificada", dice Isidro, presidente de la asociación local de mayores, que lo zanja todo con una sonrisa: "¡No me deprimo!".

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En los días venideros, el temor es el riesgo de saturación en estas provincias con infraestructuras médicas limitadas. "Aquí para 15.000 km2 hay oficialmente una UCI con seis camas", detalla Manuel Gimeno, portavoz del partido Teruel Existe. "Como haya un pico relativamente elevado, y me refiero a pocos pacientes, te bloquea el sistema sanitario aquí en la provincia".

En Soria hay 12 camas de cuidados intensivos para 90.000 habitantes, y la inquietud es similar. Tomás Cabezón, diputado conservador por esta provincia, insiste en la necesidad de que el gobierno garantice un buen suministro de material de protección, empezando por las mascarillas. "Lo más importante es proteger a nuestros sanitarios", ante un virus que "está desbordando la sanidad donde hay más recursos", como la región de Madrid, la más golpeada, "y donde hay menos".

Una ‘app‘ para estar en contacto

Madrid, el epicentro de la pandemia de coronavirus en España, lanzará una aplicación que permitirá a los usuarios autoevaluar su estado de salud y evitar llamar sistemáticamente a los centros de atención telefónica desbordados. Disponible por ahora en internet (www.coronamadrid.com), esta herramienta "tendrá en los próximos días formato de aplicación" móvil, indicó la región de Madrid en un comunicado.

"Esta aplicación pretende ayudar a evitar el colapso de las líneas de atención de la Comunidad de Madrid. Realiza esta autoevaluación sólo si sientes que tienes síntomas. Seamos responsables: ayudemos a nuestros profesionales y a la sanidad pública", insisten las autoridades en la web.

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*Textos de AFP