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Coronavirus: Israel impone nuevas restricciones por aumento de infecciones a pesar de la vacunación masiva
El gobierno restableció la obligación de mostrar el certificado de vacunación o test PCR negativo para ingresar a restaurantes, hoteles, museos y bibliotecas, y asistir a eventos culturales y deportivos.
En marzo de 2021, Israel pensó que había visto y tocado la luz al final del túnel del covid-19. Más de la mitad de los 9,3 millones de habitantes del país habían recibido dos inyecciones de una vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad. El número se acerca ahora al 70 por ciento del país y sigue aumentando.
Sin embargo, parece que alcanzar la inmunidad de rebaño no fue suficiente para salir de la pandemia y controlarla, tal y como lo habían advertido algunos expertos.
Solo cuatro meses después, las cosas han cambiado nuevamente. Algunos países advierten que Israel es un destino de alto riesgo para viajeros. Los casos de covid han aumentado constantemente desde mediados de julio. El Gobierno asegura que se trata principalmente de niños no vacunados, pero hay también un número importante de infecciones irruptivas (o sea, de personas completamente vacunadas que se han infectado).
Por esto, en este país entraron en vigor a partir de este miércoles nuevas restricciones sanitarias, luego de que el martes registrara su mayor número de contagios desde enero pese a una gran campaña de vacunación contra la covid-19.
El gobierno restableció la obligación de mostrar el certificado de vacunación o test PCR negativo para ingresar a restaurantes, hoteles, museos y bibliotecas, y asistir a eventos culturales y deportivos.
Esta medida también se aplica a los lugares de culto que reciben a más de 50 fieles, se indicó.
El gobierno restableció en julio la obligación de usar mascarilla en lugares públicos y oficinas cerrados.
El martes, las autoridades sanitarias anunciaron más de 8.700 nuevos contagios, la cifra más alta desde enero.
Israel fue uno de los primeros países en lanzar una campaña de vacunación masiva a mediados de diciembre, en virtud de un acuerdo con Pfizer que entregó rápidamente millones de dosis a cambio de datos sobre el efecto y la efectividad de la vacuna en su población. La campaña permitió bajar drásticamente el número de casos.
Sin embargo, en las últimas semanas los contagios volvieron a subir debido a la variante delta entre adultos no vacunados pero también en personas vacunadas hace más de seis meses.
Por esa razón, Israel comenzó a inyectar una tercera dosis de la vacuna en personas de 50 años o más, a pesar del llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a no hacerlo para que los países pobres dispongan de más vacunas.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, respondió que la administración de estas dosis de refuerzo en Israel, un país de nueve millones de habitantes, no afectaría a las reservas mundiales y más bien permitiría probar la eficacia de la tercera dosis.
Bennett advirtió que se podría imponer un nuevo confinamiento en septiembre, mes en el que se celebrarán varias fiestas judías, si la situación no mejora.
En total, más de 950.000 personas se han enfermado de covid-19 en Israel, de las cuales 6.700 fallecieron.
Por su parte, el Ministerio de Salud de Israel ha citado estudios que sugieren que el nivel de protección que ofrecen las vacunas cae con el tiempo, especialmente frente a la variante delta.
Por eso, Israel quiere que las personas reciban una tercera dosis para estimular sus anticuerpos y aumentar sus posibilidades de luchar contra la enfermedad. Y ha estado impulsando esa iniciativa a una velocidad increíble, con decenas de miles de personas recibiendo inyecciones de refuerzo todos los días desde principios de agosto.
*Con agencias