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Corte de Estados Unidos ratificó decisión de juez de la Florida que no dejó abortar a joven de 16 años

La menor había argumento “no estar lista para tener un bebé”.

18 de agosto de 2022
Mujeres cruzan el mar de Irlanda hasta Inglaterra o Gales para abortar, dice el gobierno británico. (Photo by Christophe ARCHAMBAULT / AFP)
La prohibición del aborto sigue generando polémicas en los Estados Unidos. (Photo by Christophe ARCHAMBAULT / AFP) | Foto: AFP

Una corte de apelaciones de Florida confirmó un fallo según el cual una chica de 16 años no es lo “suficientemente madura” para tener un aborto, decisión que desató la ira de legisladores estadounidenses. Dos meses después de que la Suprema Corte revocara el acceso a la interrupción del embarazo en todo el país, el caso de la adolescente está provocando una nueva irritación alrededor de los derechos de las mujeres en Estados Unidos.

La chica, que no ha sido identificada, le dijo a una corte inferior que “no estaba lista para tener un bebé”, que estaba todavía en el colegio, que no tenía trabajo y que el padre de la criatura no podía ayudarla.

Las menores que quieran abortar en Florida necesitan el consentimiento de al menos uno de sus progenitores. Sin embargo, la chica no tiene a sus padres, vive con un familiar y tiene un tutor designado, según mostraron los documentos.

La menor buscaba una excepción a esa norma, pero el tribunal inferior decidió que ella “no estableció mediante evidencia clara y convincente ser lo suficientemente madura para decidir sobre la interrupción de su embarazo”. El lunes, la corte de apelación estatal ratificó esa decisión, desatando la ira de congresistas.

“Si estás furiosa porque una corte está forzando a una adolescente a llevar su embarazo a término tras el fallo que dice que no es suficientemente ‘madura’ para tener un aborto, no estás sola. Es aberrante”, escribió en Twitter la congresista Pramila Jayapal, quien ha hablado abiertamente de su propio aborto.

Lois Frankel, una congresista de Florida, calificó la decisión como “inaceptable” y añadió que “es un ejemplo peligroso y horroroso de la guerra de Florida contra las mujeres”.

“¿En qué mundo una chica de 16 años es demasiado inmadura para recibir un aborto, pero suficientemente madura para comprometerse a tener y criar a un hijo?”, preguntó la demócrata Joyce Beatty en un trino.

La chica dijo en la corte que a las 10 semanas de embarazo su tutor había dado el consentimiento para el aborto, pero al parecer no lo hizo por escrito, según los documentos.

Luego de que en junio la Suprema Corte derribó el derecho al aborto a nivel nacional y dejara en manos de cada estado la decisión, Florida cambió sus leyes para prohibir el procedimiento después de las 15 semanas, y no 24 como antes.

Otros estados liderados por republicanos en el sur estadounidense como Luisiana, Misisipi, Alabama y Georgia han prohibido casi por completo la práctica o reducido su margen hasta las seis semanas.

Clínicas de aborto en la Florida no dan abasto tras prohibición en otros estados

La doctora D. nunca ha tenido tanto trabajo como ahora. La clínica de abortos donde ejerce, en Jacksonville (Florida), está desbordada por la llegada de pacientes de estados vecinos, desde que se restringió la interrupción voluntaria del embarazo, aprovechando una polémica decisión de la Corte Suprema estadounidense.

“Antes veía a unas 25 pacientes en un día típico de trabajo, ahora atiendo a unas 45. Hay mucha demanda”, lamenta esta médica que prefiere guardar el anonimato por temor a recibir amenazas de militantes antiaborto.

Pese a que redujo en julio de 24 a 15 semanas el plazo para abortar, Florida es ahora uno de los lugares más permisivos para interrumpir el embarazo en el sureste de Estados Unidos.

A su alrededor, otros estados de mayoría conservadora como Luisiana, Misisipi, Alabama o Georgia han prohibido casi por completo esa práctica o reducido su plazo a seis semanas, después de que la Corte Suprema anulara el 24 de junio a nivel federal el derecho a abortar.

Esa decisión ha llevado a numerosas mujeres a viajar a clínicas de la Florida, entre las cuales el centro donde trabaja la doctora D., propiedad de la oenegé Planned Parenthood, uno de los mayores proveedores de servicios reproductivos del país.

“Estamos en una situación desesperada. Yo lo llamaría una emergencia de salud pública”, dice Laura Goodhue, directora ejecutiva de la alianza de afiliados de esa organización en Florida.

*Con información de la AFP.

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