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Crece la preocupación en Estados Unidos por aumento de desinformación en podcasts informativos
Estos espacios están siendo usados por activistas de todas las esferas políticas para difundir información falsa y generar miedo en la población.
La desinformación sobre todo tipo de temas, desde fraude electoral hasta las vacunas contra el Covid-19, está llegando a millones de estadounidenses a través de un medio tan popular como opaco: el pódcast. Varios pódcast promueven sin rodeos afirmaciones falsas o sin pruebas.
El centro de pensamiento The Brookings Institution encontró que el pódcast “War Room”, Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, emitió la mayor cantidad de informaciones falsas -alcanzando las 135 millones de descargas-, con acusaciones de fraude electoral en las elecciones de 2020.
El comentarista Joe Rogan, cuyo pódcast es el más popular en Spotify, también usó su plataforma para impulsar tratamientos no probados contra el Covid-19. Analistas aseguran que la gente busca los programas que reafirman sus propias creencias. Pero este formato íntimo y conversacional también ayuda a difundir desinformación sin control.
“Hay algo inherente a la relación entre anfitrión y audiencia que otorga este nivel de credibilidad, de confianza”, indicó a la AFP Valerie Wirtschafter, una experta analista de datos que lideró la investigación del centro Brookings. “Y el desafío, por supuesto, es que cualquiera puede ser un ‘podcaster’, puede tener un micrófono y empezar a hablar sobre lo que quiera”, agregó.
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El equipo de Wirtschafter analizó 36.000 episodios y encontró que el 70% de los pódcast más populares de Estados Unidos compartieron al menos una afirmación desacreditada por verificadores de hechos. Muchos ponen en duda las elecciones de 2020 o la pandemia de coronavirus.
A diferencia de las redes sociales, los pódcast ofrecen pocas o ninguna opción para que su audiencia comente o refute la desinformación. Esto “hace más fácil difundir el contenido falso, engañoso o sin fundamento con muy poca supervisión”, según destacaron los investigadores del centro Brookings en su reporte de febrero.
Rogan retiró un episodio en enero, luego de discutir un tuit sobre las vacunas contra el Covid-19 que se atribuyó falsamente a un doctor de Florida. Pero esto es algo inusual y Wirtschafter asegura que la moderación es algo “de verdad complicado” para las empresas tecnológicas.
Gran confianza de la audiencia
Un estudio del centro Pew de investigaciones -publicado en abril- encontró que cerca de la mitad de los estadounidenses escuchan algún pódcast y el 87% afirmó que espera que la información sea precisa, lo que representa un nivel de confianza más alto que el de otros medios. “La relación con el anfitrión es diferente”, explicó a la AFP Sylvia Chan-Olmsted, directora de investigación sobre consumo de medios de la universidad de Florida.
“Es como tener una conversación uno a uno; sientes que esa persona está hablándote”, agregó. “La gente confía más, y es por eso que tiene mayor impacto”. Otro pódcast que cita el centro Brookings es uno de los más importantes programas de comentarios de noticias de Apple, del activista conservador Charlie Kirk, que afirmó en falso que atletas estaban muriendo por las vacunas de Covid-19 y que funcionarios electorales en Arizona manipularon los resultados de 2020.
Las solicitudes de comentarios hechas por la AFP a Rogan, Bannon y Kirk no fueron respondidas. Bannon dijo al diario The New York Times que consideraba su inclusión en el reporte una “medalla de honor” y que lo que otros califican de desinformación, él lo llama “verdad”.
Se necesita ‘Inteligencia humana’
Responder a la desinformación de los pódcast es desafiante porque está descentralizada, basada principalmente en un ecosistema de plataformas de audio con diferentes reglas de moderación. Spotify, por ejemplo, tiene una política “peligrosa” para prohibir contenido, pero que al tiempo busca “respetar la expresión del autor”. La empresa apoyó a Rogan en 2022 cuando fue acusado de difundir desinformación sobre el coronavirus.
NewsGuard, una empresa que califica la credibilidad de sitios web, anunció en mayo que empezaría a evaluar la confiabilidad de pódcast populares y que publicará los índices de unos 200 pódcasts en 2024, dando más transparencia a la audiencia y permitiendo a los patrocinadores evitar los pódcast con desinformación o contenidos en desacuerdo con su marca.
Eric Effron, su director editorial, dijo que calificar los pódcast es “más desafiante” que con otros contenidos porque el formato de audio requiere tiempo para escuchar y examinar las transcripciones. “Esto representa una tremenda inversión porque usamos inteligencia humana”, dijo Effron.
La responsabilidad de contrarrestar la desinformación en los pódcast no está clara. Algunos apuntan a las plataformas que los alojan, o a las recomendaciones de los algoritmos de los gigantes tecnológicos como Apple, Google y Facebook. La analista Wirtschafter, del centro Brookings, asegura que los gobiernos, los anfitriones de estos pódcast y las audiencias pueden -entre todos- ayudar a mejorar la calidad de la información.
“Retirar cosas tal vez no es la mejor solución”, dijo la experta. “Pero agregar más contexto, proveer un entorno más rico, así las personas pueden explorar hechos o tener conversaciones, creo que eso sería extremadamente útil”.
Con información de AFP.